Hipertensión posparto: ¿qué es y cuáles son sus riesgos?
Escrito y verificado por el médico Leonardo Biolatto
La hipertensión posparto, como su nombre indica, es el aumento de la presión arterial por encima de la normalidad tras el parto. Es posible referirse a ella como preeclampsia posparto, aunque para ello debería constatarse la presencia de proteínas en la orina.
La hipertensión posparto se suele manifestar poco después del nacimiento del bebé. Sin embargo, en algunos casos no aparece hasta pasadas 6 semanas o más. La padecen, en su gran mayoría, mujeres que tienen antecedentes previos de presión arterial alta.
El problema es que esta afección conlleva complicaciones graves e incluso pone en riesgo la vida de la madre. Por ello, en este artículo te explicamos todo lo que debes saber sobre la hipertensión posparto y cómo se trata.
¿En qué consiste la hipertensión posparto?
La hipertensión posparto consiste en la elevación de la presión arterial de la madre tras el nacimiento del bebé. En concreto, se produce durante la etapa del puerperio. Esta etapa comprende desde el nacimiento hasta pasados unos 40 o 42 días.
Afecta a mujeres que ya están diagnosticadas de hipertensión arterial antes o durante el embarazo. La presión arterial se considera alta cuando supera los valores de 140 milímetros de mercurio (mmHg) para la tensión sistólica y 90 mmHg para la diastólica.
También es más común en aquellas mujeres que han sufrido preeclampsia o eclampsia durante la gestación. No obstante, no se descarta su aparición en cualquier madre. Por eso es importante tenerla presente y conocer sus síntomas.
De hecho, tal y como expresa un artículo de BMJ, la hipertensión arterial afecta entre un 6 y un 10 % de todas las embarazadas. El problema es que hay pocos estudios dedicados a diferenciar la incidencia de la hipertensión posparto como tal.
Es importante volver a destacar que a menudo los términos hipertensión y preeclampsia posparto se utilizan indistintamente. Ambos son trastornos hipertensivos. La principal diferencia estriba en que en la preeclampsia se eliminan cantidades altas de proteínas por la orina.
Síntomas y riesgos que se asocian
Tanto la hipertensión arterial como la preeclampsia posparto pueden ser difíciles de identificar. La razón es que, en la mayoría de las ocasiones, los síntomas son muy inespecíficos.
Como hemos señalado antes, la hipertensión puede aparecer poco después de dar a luz o en cualquier momento durante el puerperio. Es decir, durante los primeros 40 días. Según explican los especialistas de la Clínica Mayo, uno de signos más usuales es el dolor de cabeza.
Cuando la presión arterial está muy alta o se mantiene elevada en el tiempo suelen aparecer otros síntomas. Por ejemplo, cambios en la visión. Algunas mujeres sufren pérdidas temporales de la misma, visión borrosa o hipersensibilidad a la luz.
En el caso de la preeclampsia posparto, también suele haber disminución de la necesidad de orinar y de la cantidad de orina excretada. Además, las proteínas pueden estar elevadas en la orina. También es posible que haya dolor en la parte superior del abdomen.
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¿Qué causa la hipertensión posparto?
Las causas de la hipertensión posparto no son bien conocidas. Se sabe que durante el embarazo se produce una sobrecarga de volumen sanguíneo. Esto hace que haya tendencia a que la presión arterial aumente y también a que aparezcan edemas, o sea, acumulaciones de líquido en las partes blandas.
Parece ser que tras el parto todo el líquido del espacio extravascular se reabsorbe y ocupa los vasos sanguíneos. Por eso, la presión que se produce contra las paredes arteriales aumenta.
No obstante, sí se han identificado una serie de factores que aumentan el riesgo. Lo primero es tener la presión arterial alta de forma crónica. Es decir, que la madre ya fuera una hipertensa antes de quedar encinta.
Ocurre lo mismo si la presión arterial aumentó en algún embarazo previo o si hubo preeclampsia. Por último, la diabetes y la obesidad influyen de manera notable en la hipertensión posparto.
Posibles complicaciones
La hipertensión posparto y la preeclampsia pueden dar lugar a complicaciones graves. Una de ellas es la eclampsia, que consiste en la aparición de daños en el resto de órganos del cuerpo, como el cerebro y los riñones. La eclampsia produce convulsiones.
También puede haber edema pulmonar y tromboembolia. El edema pulmonar es el acúmulo excesivo de líquidos en los pulmones, lo que altera el intercambio gaseoso. La tromboembolia, por otra parte, consiste en la obstrucción de un vaso sanguíneo por la presencia de un coágulo.
Según explica una publicación de Cochrane, la hipertensión posparto puede producir accidentes cerebrovasculares. Lo que ocurre es que una parte del cerebro deja de recibir sangre oxigenada.
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Diagnóstico y tratamiento de la hipertensión posparto
La hipertensión posparto puede pasar desapercibida. Por eso, lo más importante es intentar tener un control de las cifras de presión arterial.
En el caso de que haya antecedentes de preeclampsia, es importante un seguimiento médico posparto. Para diferenciar la hipertensión posparto de la preeclampsia se suelen realizar análisis de orina.
Es fundamental establecer un tratamiento para bajar la presión arterial. Se suelen emplear los llamados fármacos antihipertensivos. Por ejemplo, los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECAs) o los antagonistas de los receptores de la angiotensina (ARA II).
Son medicamentos que se consideran seguros durante la lactancia. No obstante, siempre deben estar indicados y recetados por un especialista.
En algunos casos también se recetan fármacos para prevenir la aparición de convulsiones. El principal es el sulfato de magnesio. Se emplea en aquellas mujeres que tienen preeclampsia posparto con síntomas graves.
¿Se puede prevenir la hipertensión posparto?
La hipertensión posparto no siempre es prevenible. Hay factores predisponentes que no se pueden modificar, como los antecedentes personales o incluso la edad. Sin embargo, hay otros muchos aspectos que pueden ayudar a reducir el riesgo de padecerla.
Se recomienda llevar un estilo de vida saludable antes, durante y después del embarazo. La dieta es un aspecto fundamental. Debe ser una alimentación variada, que no abuse de la sal, el alcohol o de los alimentos ricos en grasas saturadas.
También se aconseja mantener un peso adecuado y realizar ejercicio moderado con frecuencia. En las mujeres que se identifique un riesgo alto de sufrir preeclampsia o hipertensión puede recomendarse aspirina en tomas regulares.
Un trastorno de riesgo
La hipertensión posparto es una afección con una incidencia real que se desconoce, debido a que muchas veces pasa desapercibida. El problema es que, si no se trata, puede dar lugar a complicaciones graves. Por ejemplo, accidentes cerebrovasculares.
Además, muchas veces se trata de preeclampsia posparto y no solo hipertensión. Es una situación que aumenta aún más el riesgo. Las madres diagnosticadas de preeclampsia suelen requerir un ingreso más largo tras el parto. Por eso es importante que estas mujeres cuenten con un buen apoyo de las personas de su entorno.
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