Hiperventilación y ansiedad: ¿cómo afrontarlas?
Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater
Falta el aliento, sensación de ahogo, necesidad de coger oxígeno en grandes bocanadas, temblores, tensión muscular… Estos y otros síntomas son los que aparecen con la hiperventilación.
Se trata de un fenómeno respiratorio que aparece casi siempre durante un ataque de pánico o ansiedad.
Esas emociones intensas y descontroladas pueden derivar en un desequilibrio respiratorio donde la persona que lo sufre podría llegar a pensar que se queda sin oxígeno.
La hiperventilación no es una condición grave, cabe señalar que se trata solo de un síntoma. Es una característica de afecciones como los ataques de pánico o de ansiedad.
A continuación exponemos en qué consiste la hiperventilación, sus síntomas y lo que puedes hacer contra ella.
¿Qué es la hiperventilación? ¿Qué es lo que me pasa?
La hiperventilación ocurre cuando, al respirar, eliminamos más dióxido de carbono del que nuestro cuerpo produce.
Así, estudios como el llevado a cabo en la unidad de psicología del King’s College Hospital, en Londres, sugieren que la hiperventilación surge de forma común durante un ataque de pánico o un estado de ansiedad muy elevada.
Nuestra respiración sufre un ligero cambio que desencadena todo el proceso. Veámoslo detenidamente:
- Cuando respiramos normalmente hay un equilibrio entre los dos principales gases: el O2 y el CO2.
- Cuando experimentamos un ataque pánico el equilibrio se descompensa, de manera que nuestros pulmones empieza a sufrir, apareciendo también una alteración de los gases O2 y CO2 en sangre.
- Este desequilibrio es detectado por el cerebro, y su reacción es la de reducir el impulso de respiración para que estos gases vuelvan a la normalidad.
- Cuando el cerebro manda esta orden de “reducir la respiración”, nosotros sentimos que nos ahogamos, que nuestro cuerpo se niega a respirar con normalidad.
- Ante esta sensación, nosotros nos esforzamos por lo contrario, por abrir la boca y encontrar más oxígeno, agravando aún más el desequilibrio.
- La sensación de miedo al ver que “nos ahogamos” agrava aún más el pánico, una situación desesperante que nos asusta, pero que, según los expertos, no es grave.
Nadie pierde la vida. Aunque ello no evita la sensación de miedo.
¿Qué síntomas tiene la hiperventilación?
Las sensaciones que cursan con la hiperventilación son desagradables y angustiantes. Sobre todo por que la persona no conoce su origen.
Estos son los síntomas y eventos fisiológicos que podrían sentirse en la hiperventilación:
- Sensación de ahogo.
- Presión en el pecho.
- Sudores fríos, o sensación de calor y frío en un mismo momento.
- Hormigueo en todo el cuerpo.
- Rampas.
- Mareos.
- Palpitaciones.
- Debilidad en las piernas.
- Visión borrosa.
- Tensión muscular.
¿Qué hacer ante un ataque de hiperventilación?
En el caso de que la hiperventilación y/o los ataques de pánico sean frecuentes, lo propio es consultar con un especialista. En principio, no hay porqué alarmarse por un ataque de ansiedad que curse con hiperventilación.
A continuación exponemos algunos consejos que pueden ayudarte con la hiperventilación. Ya que no están avalados por un profesional, es importante que tengas en cuenta que podrían no funcionar en tu caso, por lo que te recomendamos siempre acudir primero a un profesional.
Claves sencillas para manejar un ataque de hiperventilación
- Cuando notes que los nervios, el miedo y la ansiedad están ya a un nivel muy alto en tu cuerpo, intenta respirar de modo regular, con calma.
- Si permites que tus pulmones tomen aire de de modo rápido, acentuarás las sensación de ahogo y sufrimiento.
- Intenta mantener la calma, piensa que no va a pasar nada, que no vas a sufrir un ataque al corazón. Respira despacio.
- Respira con los labios fruncidos, como si fueras a apagar una vela.
- Puedes también taparte la boca y una fosa nasal (una parte de la nariz), de modo que la otra te quede destapada. Esto te obliga también a respirar más despacio, consiguiendo que aumente la cantidad de CO2 en los pulmones y que los gases se equilibren.
Una de las soluciones más recurridas es utilizar una bolsa de papel para ayudar a tu respiración a volver a la normalidad.
Puede que te parezca extraño, pero es un método sencillo y muy recurrido. Basta con poner tu boca y tu nariz en el interior de la bolsa unos minutos.
Esto va a hacer que inspiremos nuestro propio CO2, y que poco a poco se restablezca el equilibrio en nuestro organismo.
Bien es cierto que algunos profesionales no lo recomiendan, y que prefieran el sencillo acto de regular nosotros mismos nuestra respiración sin la ayuda de una bolsa. Pero ante una situación de emergencia, siempre es útil.
Conclusión
La hiperventilación cursa con un ataque de ansiedad. Si ya hemos tenido una experiencia de este tipo es muy probable que vuelva a sucederse en algún momento.
No debemos dudar en pedir ayuda profesional, existen terapias muy efectivas para estas condiciones. Detectar la raíz original del problema, hacerle frente e incluir en nuestro día a día adecuadas técnicas para gestionar mejor las emociones nos servirá de gran ayuda.
Asimismo, prácticas como el Mindfulness también pueden ser beneficiosas en estos casos. La meditación y la respiración profunda son muy adecuadas para reducir el impacto de la ansiedad.
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Bass, C., Chambers, J. B., Kiff, P., Cooper, D., & Gardner, W. N. (1988). Panic anxiety and hyperventilation in patients with chest pain: a controlled study. QJM: An International Journal of Medicine, 69(3), 949-959.
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