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Ictericia en bebés: síntomas y tratamiento

8 minutos
La ictericia en bebés es una condición que no suele presentar un peligro en sí. Pero hay que estar alerta a sus causas y síntomas para acudir al médico.
Ictericia en bebés: síntomas y tratamiento
Marcela Caffulli

Revisado y aprobado por la pediatra Marcela Caffulli

Última actualización: 06 julio, 2023

Aunque la ictericia en bebés no es una enfermedad como tal, sí se debe considerar una señal de alerta porque puede ser indicio de una afección no diagnosticada.

¿Por qué se produce? ¿Cómo identificarla? Como padres, es importante responder a estas interrogantes. Por eso, te informamos acerca de las causas relacionadas, sus síntomas y las terapias disponibles para su control.

¿Qué es la ictericia? ¿Qué papel representa la bilirrubina?

La ictericia es una condición que se caracteriza por un cambio de color en la piel y las escleróticas (blanco de los ojos); las cuales empiezan a verse amarillentos. Se desarrolla debido a una acumulación excesiva de bilirrubina en la sangre.

Por otro lado, la bilirrubina es un pigmento de color amarillo que resulta de la descomposición normal de los glóbulos rojos. Esta sustancia, por lo general, pasa a través del hígado para ser liberada en el intestino en forma de bilis.

La mayor parte de las veces, la ictericia es temporal e inofensiva y responde bien a los tratamientos no invasivos. Aun así, es necesario acudir siempre al médico para descartar cualquier patología.

Causas de la ictericia en bebés

Es normal que los bebés tengan la bilirrubina un poco elevada después del nacimiento. De hecho, la mayoría de los recién nacidos tienen algún color amarillento en la piel (ictericia).

Llegado a este punto, es importante hacer la distinción entre las diferentes variantes de ictericia neonatal. Según una publicación de la revista Pediatría Integral, existen dos tipos:

  • Fisiológica: afecta a un gran porcentaje de recién nacidos, no presenta síntomas asociados, se presenta del segundo al séptimo día de vida y desaparece por sí sola. Este tipo de ictericia suele ser moderada o leve y el tipo de bilirrubina predominante será la indirecta.
  • Patológica: aparece en el primer día de vida, es bastante intensa, se acompaña de otros síntomas y es más duradera. Además, la pigmentación amarilla será a expensas de la bilirrubina directa en estos casos.

Según del estudio citado de Pediatría Integral, un 80 % de los bebés que nacen de forma prematura y en un 60 % de los que nacen a término tendrán ictericia en la primera semana de vida. Sin embargo, no siempre es perceptible y puede desaparecer por sí sola al cabo de 14 días.

Su causa principal es la inmadurez del hígado del bebé, que no consigue procesar de forma óptima la bilirrubina. Además, al parecer, los recién nacidos fabrican más bilirrubina porque renuevan más a menudo sus glóbulos rojos. Otras posibles causas incluyen las siguientes:

  • Antecedentes familiares de ictericia.
  • No ser alimentado con leche materna.
  • Sangrado interno.
  • Infección en la sangre del bebé (septicemia).
  • Infecciones virales o bacterianas.
  • Incompatibilidad entre la sangre de la madre y la sangre del bebé.
  • Insuficiencia hepática.
  • Anomalía en los glóbulos rojos del recién nacido.
  • Atresia (estrechamiento) de las vías biliares.

Síntomas de la ictericia en bebés

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Es fácil identificar clínicamente a un bebé con ictericia, aunque determinar la causa específica requiere varios estudios.

El principal signo de la ictericia en bebés es una coloración amarillenta de la piel y la parte blanca de los ojos. A menudo, se hacen notorios entre el segundo y cuarto día después del nacimiento.

El color suele empezar en la cara y luego se extiende hacia el abdomen, piernas y plantas de los pies. Además, cuando se produce de forma severa, puede acompañarse con:

  • Alimentación deficiente.
  • Mal progreso de peso.
  • Irritabilidad.
  • Aspecto cansado.

Diagnóstico

El médico puede diagnosticar ictericia en bebés de acuerdo al aspecto del recién nacido. No obstante, son necesarias múltiples pruebas de laboratorio para indicar la gravedad del problema. Una publicación reciente sugiere que el estándar para el diagnóstico implica un análisis de sangre.

El verdadero reto aparece cuando se trata de identificar la causa de la ictericia en el bebé. Para lograr el cometido, suelen ser necesarios diferentes exámenes de laboratorio. Entonces, además de la exploración física, se sugiere realizar lo siguiente:

  • Hemograma o conteo sanguíneo completo. Se trata del análisis de una pequeña muestra de sangre que permite determinar los componentes celulares en la sangre: glóbulos rojos (eritrocitos o hematíes), plaquetas (trombocitos) y glóbulos blancos (leucocitos). Estos últimos se dividen en varios tipos: linfocitos, neutrófilos, monocitos, eosinófilos y basófilos.
  • Un análisis con un dispositivo llamado bilirrubinómetro transcutáneo. Se trata de un pequeño aparato que, como su nombre indica, permite obtener estimaciones de los niveles de bilirrubina. Esto se hace mediante la emisión de luces con diferentes longitudes de onda que se aplican sobre la frente. Es útil para evaluar cambios de los nieveles  de bilirrubina en sangre de forma rápida.
  • Prueba de CoombsSe trata de una técnica de laboratorio ampliamente utilizada para determinar el origen inmunitario de una anemia hemolítica (es decir, cuando los glóbulos rojos se destruyen y liberan la hemoglobina, que luego se convierte en bilirrubina). Solo se requiere una muestra de sangre y se divide en dos tipos: directa e indirecta.
  • Conteo de reticulocitos. Este método también requiere una muestra sanguínea pequeña (de hecho, se suele determinar junto con la biometría hemática completa). Los reticulocitos son eritrocitos inmaduros que suelen estar en la médula ósea, pero cuando hay anemias hemolíticas se liberan a la sangre en respuesta a diversos estímulos.

Tratamiento de la ictericia en bebés

La ictericia en bebés suele desaparecer por sí sola en dos o tres semanas, sin necesidad de tratamiento. No obstante, cuando se manifiesta de forma moderada o grave, es probable que el recién nacido deba permanecer hospitalizado por unos días.

Las medidas para su control dependerán del nivel de bilirrubina en la sangre, la edad del bebé o si nació de forma prematura. Un bebé necesitará tratamiento si la bilirrubina es alta o se está elevando con mucha rapidez. En estos casos, la terapia incluye lo siguiente:

1. Fototerapia

Algunas investigaciones establecen que se trata de una forma simple y efectiva de reducir el nivel de bilirrubina. El bebé es expuesto a una lámpara especial que emite luz en un espectro verde azulado. Esta luz tiene la función de ayudar a descomponer las moléculas de bilirrubina en la piel, para que pueda ser eliminada por la orina o las heces.

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La fototerapia es la forma menos invasiva y quizás la más efectiva para tratar la ictericia en los bebés.

No es una luz ultravioleta, pero cuenta con un protector plástico que actúa como filtro. Además, durante el tratamiento, el bebé usará solo pañales y parches protectores para los ojos. En algunos casos, se complementa también con el uso de una almohadilla o colchón que emite luz.

2. Inmunoglobulina intravenosa (IgIV)

Cuando la ictericia está relacionada con diferencias entre el grupo sanguíneo de la madre y el bebé, se emplea una infusión intravenosa de inmunoglobulina. Este procedimiento puede disminuir la ictericia y reducir la necesidad de una transfusión como lo sugieren algunos estudios, no obstante, aún es necesaria más evidencia al respecto.

3. Exanguinotransfusión

En casos reducidos, cuando no hay respuesta positiva con otros tratamientos, la ictericia en bebés requiere de una exanguinotransfusión.

Como bien explican los expertos, se trata de la extracción de pequeñas cantidades de sangre en repetidas veces para diluir la bilirrubina y anticuerpos de la madre. Una vez realizada, se transfiere de nuevo la sangre al bebé.

4. Hábitos alimentarios

Si la ictericia en bebés no es grave, el médico recomienda unos simples cambios en los hábitos alimentarios. Algunas madres requieren apoyo porque tienen problemas para amamantar. En estos casos, los siguientes consejos ayudan a disminuir la ictericia:

  • Amamantar con mayor frecuencia al bebé para que tenga más evacuaciones intestinales.
  • Usar alimentación complementaria, como leche de fórmula, cuando haya problemas para amamantar. Además, es necesario tomar esta medida sobre todo cuando el recién nacido pierde mucho peso o está deshidratado.
  • Emplear una leche maternizada por un par de días y, luego, retomar la lactancia materna (solo bajo recomendación médica).

Complicaciones

Según explica la Clínica Mayo, hay una variedad de complicaciones que pueden aparecer en bebés con ictericia grave:

  • Encefalopatía bilirrubínica aguda: clínicamente se caracterizan varias fases, que van desde somnolencia, cambios en los reflejos, irritabilidad y problemas en la alimentación hasta convulsiones, rigidez muscular, estupor y coma.
  • Ictericia nuclear: se trata del conjunto de secuelas, por lo general irreversibles o de poca mejoría, que ocurren como consecuencia del daño cerebral. Esto puede acarrear problemas del neurodesarrollo, incluyendo movimientos involuntarios.

Por supuesto, todas estas situaciones clínicas derivan de la forma patológica de la ictericia y no de la fisiológica. En todo caso es imprescindible contar con la valoración médica correspondiente.

¿Cuándo consultar al médico?

Todos los bebés deben ser evaluados por un profesional en sus primeros cinco días de vida para determinar si tienen ictericia. Es primordial acudir a emergencias si la coloración amarillenta viene acompañada con fiebre, mala alimentación o apatía.

La ictericia no suele ser peligrosa en bebés recién nacidos que no presentan otras enfermedades. Pero, si se trata de un bebé prematuro, requiere atención especial; ya que algunas complicaciones incluyen encefalopatía bilirrubínica aguda, parálisis cerebral y sordera.


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