Infección de prótesis articulares: ¿por qué ocurre?

La infección de las prótesis articulares puede producirse de forma aguda o crónica. En cada caso, los síntomas son diferentes, por lo que es importante saber identificarlos. Te lo explicamos.
Infección de prótesis articulares: ¿por qué ocurre?
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 09 julio, 2023

La infección de prótesis articulares es una complicación relativamente frecuente tras los reemplazos articulares. La colocación de prótesis es una cirugía muy extendida en la actualidad, que ayuda a tratar numerosas patologías relacionadas con el aparato óseo.

La mayor parte de los casos involucran prótesis de cadera o de rodilla. Aunque son procedimientos con muy buenos resultados, pueden tener complicaciones, como cualquier otra técnica quirúrgica. ¿Por qué ocurre esta infección? ¿Cuáles son sus síntomas? A continuación, resolvemos estos interrogantes.

¿En qué consiste la infección de prótesis articulares?

La infección de prótesis articulares también se conoce como ‘infección periprotésica’. Se trata de una complicación que compromete tanto la zona del reemplazo articular como los tejidos adyacentes.

Artroplastia es el nombre médico de este procedimiento. Según información de la Clínica Universidad de Navarra, en España se realizan alrededor de unas 30 000 intervenciones de este tipo al año. Es un procedimiento seguro que, en la mayoría de casos, produce una mejoría notable en la calidad de vida del paciente.

Las articulaciones más propensas a ser sustituidas por una prótesis son la cadera y la rodilla.

Aun así, como lo expone una publicación en Clinical Microbiology Reviews, una minoría de pacientes experimentará fallos en el dispositivo y requerirá una cirugía adicional en algún momento de su vida. Se estima que entre un 2 y un 4 % de los casos de artroplastia acaban en infección.

El gran problema es que puede causar otras complicaciones graves, además de suponer un alto costo para el sistema sanitario. En sí, suele derivarse por bacterias del propio paciente, que forman una matriz gelatinosa sobre la prótesis.

Lo que ocurre es que estos microorganismos se adhieren a la superficie de la prótesis. Una vez ahí, se multiplican y dan lugar a esa matriz, que recibe el nombre de biofilm. Es un mecanismo que les defiende de la acción de los antibióticos, por lo que las hace más resistentes a los tratamientos.

¿Por qué puede ocurrir la infección de prótesis articulares?

La infección de prótesis articulares puede producirse por diferentes tipos de bacterias. Como hemos señalado, estas se adhieren a la prótesis y forman un biofilm. Para esto, se organizan en capas, unas encimas de otras. Esto explica por qué las que se encuentran en las capas más profundas son más resistentes a los antibióticos.

Ahora bien, la propia prótesis también altera la función de ciertas células del sistema inmunitario, como los fagocitos. Todos estos factores favorecen que la infección avance y sea compleja de tratar.

Las bacterias que suelen estar implicadas son los estafilococos. Dentro de este grupo, los microorganismos más frecuentes son el Staphylococcus aureus y el Staphylococcus epidermidis. Otros agentes involucrados son los siguientes:

  • Escherichia coli.
  • Pseudomonas aeruginosa.
  • Enterococcus spp.

También puede tratarse de una infección polimicrobiana. Es decir, causada por más de una bacteria. Las infecciones por hongos son menos frecuentes.



Tipos de infección

La infección de prótesis articulares suele clasificarse en función del tiempo de evolución. Algunos autores distinguen entre infección aguda y crónica. No obstante, tal y como explica la Guía Prioam, también se puede clasificar de las siguientes formas:

  • Infección posquirúrgica precoz (IPP).
  • Infección crónica tardía (ICT).
  • Hematógena aguda (IHA).
Los que solo distinguen entre infección aguda y crónica engloban en el primer grupo la infección hematógena aguda.

Infección posquirúrgica precoz o infección aguda

La infección posquirúrgica precoz es aquella que se produce en el primer mes tras la colocación de la prótesis. Algunos indican que sigue considerándose infección aguda hasta los tres meses después de la cirugía.

Hay una serie de criterios que ayudan a identificar este tipo de infección de prótesis articulares. Suele haber dehiscencia y supuración de la herida quirúrgica. Además, al extraer líquido de la articulación y examinarlo en el laboratorio, también se detecta la presencia de bacterias.

En estos casos, es importante realizar un diagnóstico y tratamiento precoz. De este modo, se evita la necesidad de cambiar la prótesis debido a la infección.

Infección hematógena aguda

La infección hematógena aguda es aquella que se produce cuando el foco de la infección se encuentra en otro lugar del cuerpo. Es decir, las bacterias pueden proceder de otro proceso como una neumonía, una infección urinaria, una endocarditis, etcétera. Lo que ocurre es que se movilizan con la sangre y acaban colonizando la prótesis.

Infección de prótesis articulares de tipo crónico

La infección crónica se suele considerar cuando han pasado tres meses desde la colocación de la prótesis. Es más complicada de tratar que las agudas, ya que el biofilm bacteriano ha madurado y no se puede retirar.

Esta condición evoluciona de forma progresiva e insidiosa. El dolor se mantiene durante meses, aunque no hay signos tan claros de infección ni fiebre. En algunos casos, puede haber abscesos y fístulas. En estos casos, es necesario el recambio de la prótesis.

Síntomas asociados

Los síntomas de la infección de las prótesis articulares varían en función de si son agudas o crónicas. Es importante destacar que más o menos la mitad de los casos son de tipo crónico. Por eso, uno de los síntomas predominantes es el dolor de tipo inflamatorio. 

El problema es que las artroplastias producen dolor sin que haya necesariamente una infección. De ahí que en ocasiones sea complejo alcanzar un diagnóstico correcto. Sumado al dolor, puede haber falta de funcionalidad de la articulación.

En los casos de infección aguda, los pacientes presentan fiebre. La herida quirúrgica no cicatriza de forma adecuada y puede haber supuración de material purulento a través de ella. La zona suele estar inflamada, caliente y enrojecida.

¿Cómo se diagnostica la infección de prótesis articulares?

El diagnóstico de este tipo de infección se debe realizar de forma precoz. Con ello, se evita que la infección se cronifique y que haya que repetir la operación. Para poder hacerlo, es importante realizar un seguimiento adecuado del paciente y estar atentos a cualquier signo de alarma.

No obstante, hay una serie de pruebas complementarias que ayudan al diagnóstico. Una de ellas es la tomografía por emisión de positrones. Es una técnica que utiliza un trazador de glucosa. Esta molécula es captada por las bacterias causadas de la infección.

Así, mediante el escáner, se pueden apreciar las zonas donde se sitúan las bacterias. Otras de las pruebas más útiles son el análisis del líquido sinovial y el análisis de sangre. La ecografía y la radiografía también son de 0utilidad.

Tratamientos disponibles

La infección de prótesis articulares requiere un tratamiento multidisciplinar. En todos los tipos se suele combinar el tratamiento médico con el quirúrgico. El médico se basa en disminuir el dolor y en administrar antibióticos específicos para curar la infección.

La cirugía puede emplearse para limpiar y desbridar los tejidos. En los casos en los que la infección es crónica, es probable que se requiera el cambio de prótesis. Esto se realiza en un solo tiempo o en dos tiempos.

Es decir, puede colocarse la nueva prótesis en la misma cirugía. La opción de dos tiempos consiste en retirar la prótesis, realizar una limpieza de la zona y colocar un espaciador que contenga antibióticos. Después, en otra intervención, se coloca la nueva prótesis.

Para instaurar el tratamiento antibiótico se recomienda identificar primero el germen causante y su sensibilidad a dichos fármacos. La duración del tratamiento puede ser larga. En algunos casos, como en las prótesis de rodilla, llega a recomendarse seis meses de tratamiento.

Recuerda, la infección de prótesis articulares puede ser grave

Aunque no es una complicación demasiado frecuente, la infección de las prótesis es muy temida por los cirujanos. Esto se debe a que en algunos casos requiere otra intervención y el recambio de la prótesis.

Es importante que los pacientes conozcan los signos y síntomas para poder identificar de forma precoz una infección. Además, los médicos deben realizar el diagnóstico lo más rápido posible, ya que reduce la probabilidad de que haya que reintervenir.


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