La atrofia vaginal en la menopausia

Los tratamientos para la atrofia vaginal que se da en la menopausia tienen como objetivo restaurar la fisiología de esta zona del cuerpo y aliviar los síntomas.
La atrofia vaginal en la menopausia
Alejandro Duarte

Revisado y aprobado por el biotecnólogo Alejandro Duarte.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 julio, 2023

La atrofia vaginal aparece como un conjunto de síntomas y signos asociados a la disminución de estrógenos y otros esteroides sexuales. Se trata de una enfermedad crónica, frecuente durante la menopausia.

A menudo, la atrofia vaginal no se diagnostica, por lo que tiene un gran impacto en la salud sexual de la paciente, así como en su calidad de vida. La disminución de los niveles de estrógenos y otras hormonas se relacionan con cambios en labios mayores y menores, introito, vestíbulos valvulares, clítoris, vagina uretra y vejiga.

Los estrógenos son necesarios para mantener la estructura y la función de la vagina. La disminución de los niveles de estas hormonas se ha asociado a cambios en la fisiología de la vagina, que son la base de los síntomas que definen la atrofia vaginal.

Síntomas de la atrofia vaginal

La atrofia vaginal en la menopausia
Muchos de los síntomas de la atrofia vaginal aparecen durante o después de la menopausia.

La menopausia es un proceso fisiológico y natural que consiste en el cese definitivo de la menstruación. A este proceso se le asocian una serie de cambios, algunos temporales y otros definitivos, en el organismo de las mujeres.

Con esta patología asociada a la menopausia, las pacientes pueden padecer un cuadro clínico de moderado a agudo caracterizado por la presencia de los siguientes signos y síntomas:

  • Sequedad vaginal.
  • Ardor vaginal.
  • Picazón genital.
  • Sensación de ardor al orinar y aumento de la sensación de la misma.
  • Molestias durante las relaciones sexuales.
  • Sangrados leves después de haber mantenido relaciones sexuales.
  • Estrechamiento y acortamiento del canal vaginal.

No obstante, la sequedad vaginal, aunque es más frecuente en la menopausia, es un problema que puede afectar a la mujer en cualquier etapa de su vida, por el uso de anticonceptivos, lactancia, postparto, peri y postmenopausia. De hecho, más de la mitad de las mujeres que padecen este trastorno tienen menos de 50 años.

Factores de riesgo de la atrofia vaginal

Determinados factores contribuyen al desarrollo de la atrofia vaginal. Algunos de ellos son:

  • Tabaquismo: fumar cigarrillos afecta a la circulación sanguínea, lo cual produce una deficiencia de oxígeno en la vagina y otros tejidos. El tabaco también disminuye los efectos de los estrógenos naturales del organismo.
  • No haber tenido partos naturales: los investigadores han deducido que las mujeres que nunca han dado a luz por parto vaginal son más propensas a tener el síndrome que las que sí han tenido partos.
  • Falta de actividad sexual: la actividad sexual, con una pareja o sin ella, aumenta la circulación sanguínea y favorece la elasticidad de los tejidos vaginales.

¿Cómo se puede tratar?

Mujer en ropa interior

Los tratamientos para la atrofia vaginal tienen como objetivo restaurar la fisiología de esta zona del cuerpo y aliviar los síntomas. Cuando los síntomas son leves, las terapias de primera línea incluyen el uso de hidratantes vaginales no hormonales y lubricantes en el momento de la relación sexual para mejorar la sequedad vaginal, el ardor o el escozor.

Además, las crema hidratantes enriquecen la hidratación del colágeno en la vagina y proporcionan un alivio sintomático, aunque no mejoran el epitelio vaginal.

En los caso en los que la paciente sufra un cuadro moderado-severo, se recomienda el tratamiento con estrógenos. Si solamente existe atrofia vaginal, la opción terapéutica de elección es la administración de estrógenos locales. Sin embargo, si coexiste con sintomatología vasomotora que afecte la calidad de vida, la elección será la terapia hormonal sistémica.

Aunque la prevención de la atrofia vaginal en la menopausia es muy difícil porque se trata de una condición natural del ciclo biológico de la mujer, sí podemos atenuar los síntomas en la medida de lo posible. Lo más sencillo es comenzar por adoptar un estilo de vida saludable, eliminando los factores de riesgo como el tabaco.

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Otros tratamientos para la atrofia vaginal

A parte de las medidas mencionadas anteriormente, existen otros métodos para tratar de mejorar esta enfermedad como por ejemplo el tratamiento con láser.

Se trata de una técnica mínimamente invasiva que utiliza el calor para estimular la producción de colágeno en las células de la zona vaginal. Sustituye las capas más secas de la piel por células nuevas, reorganiza y equilibra los componentes de la mucosa vaginal.


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