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Lesión de los músculos isquiotibiales: causas y tratamiento

5 minutos
La lesión de los músculos isquiotibiales es frecuente entre los bailarines y algunos deportistas. En especial, cuando no complementan su actividad con un programa de acondicionamiento físico.
Lesión de los músculos isquiotibiales: causas y tratamiento
Leidy Mora Molina

Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina

Escrito por Edith Sánchez
Última actualización: 06 julio, 2023

La lesión de los músculos isquiotibiales, por desgracia, es un accidente muy común. Aunque rara vez reviste gravedad, sí provoca síntomas molestos y limita el movimiento por algún tiempo. Sin embargo, solo en casos excepcionales requiere cirugía.

Lo usual es que la lesión se produzca por una tensión o estiramiento excesivo. Los isquiotibiales son un grupo de 3 músculos que se extienden a lo largo de la parte posterior del muslo. Van desde la cadera hasta justo debajo de la rodilla.

Las personas que practican deportes como fútbol, baloncesto, tenis y todos aquellos que exijan correr a alta velocidad y detenerse, son más propensas a tener una lesión de los músculos isquiotibiales. También los bailarines.

¿En qué consiste la lesión de los músculos isquiotibiales?

La lesión de los músculos isquiotibiales es un accidente con distintos niveles de gravedad, que origina un fuerte dolor en la parte posterior del muslo. Puede afectar a cualquier persona, pero es más común en quienes practican deportes que implican velocidad o movimientos rápidos.

Los músculos isquiotibiales son tres: el bíceps femoral, el semitendinoso y el semimembranoso. Están ubicados en la zona posterior del muslo y cumplen con la función de ayudar a extender la cadera y flexionar la rodilla.

Estos músculos no se utilizan mucho al estar de pie o al caminar. En cambio, se tornan muy activos cuando alguien hace un ejercicio que requiere flexionar la rodilla, como ocurre en el caso de las trepadas, dar saltos o al correr.

El trastorno se clasifica en diferentes grados:

  • Grado 1: corresponde a un tirón o a una distensión muscular.
  • Grado 2: hay un desgarro parcial del músculo.
  • Grado 3: el desgarro muscular es total.
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En el fútbol, los isquiotibiales lesionados son frecuentes. Al inicio, el problema se puede confundir con trastornos de las rodillas.

Causas

La lesión de los músculos isquiotibiales ocurre casi siempre cuando se hace un movimiento repentino y poderoso, que exige un estiramiento importante. Sin embargo, también puede producirse de forma paulatina con movimientos más lentos.

Los factores de riesgo son los siguientes:

  • Actividades que exigen grandes estiramientos. Comprenden el baile y deportes en los que se corre o se salta.
  • Baja flexibilidad. Una persona con flexibilidad deficiente tiene más dificultades para realizar movimientos súbitos y fuertes.
  • Desbalance muscular. Aunque este aspecto causa controversias, la opinión general es que tienen mayor riesgo de lesión las personas con los músculos de la parte delantera del muslo más desarrollados.
  • Glúteos débiles. Los glúteos trabajan en conjunto con los isquiotibiales. Si los primeros son muy débiles, generan una sobrecarga y mayor tensión a los segundos.
  • Calentamiento deficiente. Si no hay calentamiento o este es muy pobre, aumenta el riesgo de lesión.

Síntomas y diagnóstico

El principal síntoma de la lesión de los músculos isquiotibiales es el dolor en la parte posterior de la pierna. Este suele ser repentino y muchas veces acompañado de una sensación de chasquido o estallido.

También es habitual que se experimente dolor en la parte inferior de los glúteos al caminar, al agacharse o al estirar la pierna. Suele haber sensibilidad en la zona y moretones.

De todos modos, los síntomas varían dependiendo de la gravedad:

  • Grado 1: se siente el dolor repentino, el cual suele reaparecer al mover la pierna. Sin embargo, la fuerza del músculo no se ve afectada.
  • Grado 2: el dolor es más intenso y casi siempre va acompañado de inflamación en la zona y de moretones. Se pierde algo de fuerza.
  • Grado 3: hay un dolor bastante fuerte, con sensibilidad en el área, hinchazón y moretones. Se produce una sensación clara de estallido al momento de la lesión. Hay dificultad para ponerse de pie y caminar.

El diagnóstico de la lesión de los músculos isquiotibiales se hace mediante entrevista clínica y exploración física. En algunas ocasiones se ordenan pruebas de imagen, como radiografías, ecografías o resonancias magnética para determinar el alcance del daño.

Tratamiento de la lesión en los músculos isquiotibiales

Si la lesión de los músculos isquiotibiales es de leve a moderada, lo habitual es que remita por sí sola. Sin embargo, para acelerar la curación y evitar complicaciones, lo más probable es que el médico recomiende algunas medidas:

  • Evitar actividades extenuantes.
  • Usar bastón o muletas.
  • Aplicar compresas heladas en la zona.
  • Utilizar un vendaje de compresión.
  • Elevar la pierna.
  • Tomar analgésicos y antiinflamatorios de venta libre.

Una vez que ceden el dolor y la inflamación iniciales, es posible que se recomiende el agendamiento de una cita con el fisioterapeuta para que indique ejercicios específicos. Estos ayudarán a aumentar la flexibilidad y la fuerza.

Si la lesión de los músculos isquiotibiales es grave, se requerirá una cirugía para corregir el problema. En general, este procedimiento se lleva a cabo cuando el músculo se suelta de la zona que lo une a la pelvis o a la tibia.

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El trabajo de fisioterapia es esencial en estas lesiones. De este modo, se acortan los tiempos de recuperación.

¿Se puede prevenir?

Para prevenir una lesión de los músculos isquiotibiales, lo más indicado es realizar ejercicios regulares de fortalecimiento y estiramiento. Los programas de acondicionamiento físico, en especial cuando se practican deportes, son lo aconsejable.

También es muy importante calentar antes de la actividad física y estirar después. La intensidad del ejercicio debe aumentar en forma paulatina. Si se siente dolor en la parte posterior del muslo, es preferible detener la actividad.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


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