Los ruidos más extraños que hace el cuerpo
Revisado y aprobado por el médico José Gerardo Rosciano Paganelli
Nos cruje el estómago cuando tenemos hambre, nos suenan las articulaciones cuando caminamos o tenemos un pitido en los oídos cuando nos mareamos. ¿Cuáles son los ruidos más extraños que hace el cuerpo? En este artículo te los contamos.
Los 9 ruidos más extraños que produce el organismo
Muchos de ellos aparecen sin que los “busquemos” o hagamos a propósito. El cuerpo produce ciertos sonidos o ruidos para avisar sobre aquello que está ocurriendo en el interior. Estos son los más comunes y, a la vez, extraños:
1. Flatulencias
Se trata de uno de los sonidos más frecuentes en el cuerpo. Los gases se producen cada hora y, en un día, un adulto puede expulsar hasta dos litros. La mayoría de estas ventosidades no tienen olor, aunque todo depende de la comida que hayamos ingerido. Por ejemplo, comer lácteos, cebolla, ajo o condimentos provocan hedor.
En el caso de que, además, los gases se liberen con ruidos demasiado fuertes, esto puede deberse al padecimiento de cálculos biliares o intolerancia a la lactosa. Lo mismo si se sienten sonidos en la parte baja del estómago o los intestinos.
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2. Crujido en las tripas
Es algo muy común cuando tenemos apetito. Estos sonidos están relacionados a los movimientos —contracciones y extensiones— que realizan los músculos del estómago y el intestino en un proceso conocido como peristalsis.
Los ruidos que se pueden escuchar o sentir son el producto, además, del tratamiento de gases, líquidos y alimentos. El estómago está continuamente en acción, pero lo oímos más cuando tenemos hambre. Suele darse unas dos horas después de la ingesta anterior, para ser más precisos.
En ese momento, el órgano se ha vaciado por completo y recibe señales del cerebro. De esta manera, puede prepararse para el siguiente ingreso de alimento. Como el estómago y los intestinos están vacíos, no hay nada que amortigüe el ruido, y por ello se oye más fuerte.
3. Ronquidos
Se suelen relacionar con los hombres obesos, aunque afectan también a las mujeres e incluso a los niños, sin importar cuánto pesan. Los ronquidos son una obstrucción de la vía respiratoria superior.
Si bien el sobrepeso agrava este cuadro por la acumulación de grasa en el cuello, no es el único factor que provoca este ruido nocturno. Beber alcohol antes de dormir puede también causarlo, ya que relaja los músculos de la garganta y la boca y dificulta la respiración.
Por otro lado, los ronquidos también pueden ser un indicador de un problema en el sistema respiratorio como, por ejemplo, una malformación en la mandíbula o hasta bocio.
4. Silbido de nariz
Al respirar, muchas veces se produce un sonido muy característico. El exceso de mucosidad en las fosas nasales obstruye el flujo aéreo; esto significa que el aire no puede “pasar” como corresponde.
Tal y como sucede cuando hay viento y este se cuela por una hendija, el aire que respiramos debe sortear varios obstáculos para llegar a los pulmones. Así, en el trayecto inicial produce sonidos.
Es necesario prestar atención, ya que un silbido de nariz esporádico puede deberse a una congestión, un resfriado o una alergia. Sin embargo, si el cuadro se repite a diario, podría deberse a un desgarro en el cartílago o una desviación del tabique nasal.
5. Estornudos
Continuamos con los sonidos relacionados con el sistema respiratorio. Es preciso saber que los estornudos son un arma de defensa del organismo. Gracias a ellos, las vías nasales se despejan. Las expulsiones de aire pueden llegar a los 160 km/h y, además, acompañarse con saliva.
Cuando la nariz recibe un microorganismo no conocido y que puede ser perjudicial (polvo, ácaros, humo, etc.) su primera reacción es estornudar para expulsarlo lo más lejos posible.
6. Crujido de articulaciones
¿Cuántas veces nos habrá pasado de hacer un movimiento puntual y que los huesos se “quejen”? Lo mismo sucede cuando nos tronamos los dedos o giramos las muñecas, los tobillos y los hombros. Para comprender este fenómeno, debemos hablar del líquido sinovial.
Este se encarga de lubricar las articulaciones y contiene diferentes gases. Entre ellos, se destacan el oxígeno, el dióxido de carbono y el nitrógeno. Cuando se mueven las “juntas”, dichos gases son liberados; al hacerlo, provocan ruido.
7. Chasquido en la mandíbula
Al abrir o cerrar la boca, al bostezar, comer, hablar o gritar, oímos una especie de chasquido en la mandíbula. En los adultos, esto se debe a un mal funcionamiento en la articulación temporomandibular, a la falta de piezas dentales o a la disminución del tamaño de los dientes.
Una mala mordida, el estrés, usar ortodoncia o rechinar los dientes —bruxismo— también son causantes de este ruido. Asimismo, el chasquido de mandíbula puede estar relacionado con la mala postura y la tensión en los músculos del cuello.
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8. Hipo
Puede ser divertido para quien lo escucha, pero no tanto para el que lo padece. El pitido repetitivo conocido como hipo lleva el nombre de “singulto” en la medicina. Se trata de un sonido respiratorio provocado por una contracción brusca e involuntaria del diafragma.
Cuando esto sucede, la epiglotis se cierra y el ritmo respiratorio se altera. Si bien suele aparecer sin motivo aparente, en muchos casos deriva del nerviosismo, de la excitación o de la distensión estomacal tras la comida.
9. Pitido en los oídos
Este sonido puede comenzar siendo leve e ir aumentando con el paso del tiempo. Cuando nos tapamos la oreja, lo escuchamos más alto todavía.
Se trata de una condición llamada tinnitus o acúfeno. Se caracteriza por un pitido de duración e intensidad variables, que está causado por diferentes motivos:
- Lesiones en los huesos del rostro.
- Infecciones.
- Presencia de cuerpos extraños en el oído.
- Tapones de cerumen.
Como verás, los diferentes ruidos que el cuerpo produce tienen una explicación perfectamente lógica. Además, en la mayoría de los casos, no hay de qué preocuparse. ¿Tu organismo suele sorprenderte con alguno de estos sonidos?
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