¿Mantener la juventud ayunando una vez a la semana?
Aunque el secreto de la longevidad aún esté por descubrir y no haya evidencias científicas que nos indiquen qué hacer para vivir más, popularmente se ha extendido la creencia de que si quieres vivir muchos años y sentirte bien, has de ayunar una vez a la semana. Lo que sí se sabe gracias a los estudios es que, adoptando hábitos de vida saludables, tienes menos probabilidades de desarrollar enfermedades, pero no hay matemáticas que valgan.
¿Cómo podemos saber que esto será bueno para nosotros? ¿Es posible no comer por un día? ¿Puedo soportar el hambre y el dolor de estómago? Estas son todas preguntas cuya respuesta encontrarás en el siguiente artículo.
Por qué el ayuno puede ser bueno para nuestra salud
Pensemos en algo interesante: nuestro sistema digestivo siempre está activo, aun cuando nosotros estamos durmiendo. Las enfermedades que padecemos tienen mucho que ver con las toxinas que se van acumulando a lo largo de los años producto, por ejemplo, de lo que comemos. Si sabemos que dormir bien es vital para nuestro organismo, ¿por qué no lo sería darle un descanso al estómago?
Mahatma Gandhi fue uno de los defensores del ayuno y lo hizo en variadas ocasiones. Por esta práctica, según los investigadores, el hombre vivió con mucha lucidez y actividad. Falleció porque le dispararon a los 79 años.
Sin embargo, antes de ayunar, consulta a un médico especialista para comprobar que puedes realizarlo. Aquellos que dejan de comer varios días porque creen que se quitarán grasa, pueden estar incurriendo en un error. Un ayuno prolongado provoca pérdida de músculo y no de grasa y, además, puede afectar directamente al corazón, según los estudios.
Según los estudios, entre los principales beneficios que aporta el ayuno tenemos que destacar el descanso y la regeneración de los órganos. Esto puede causar una sensación de rejuvenecimiento, de mayor lucidez mental, tendrás mejor ánimo, fortalecerás el sistema inmune y serás más productivo en el trabajo. Hay quienes incluso afirman que ayunar cura enfermedades crónicas como puede ser el asma, la artritis, la hipertensión o las alergias. Pero no hay evidencias científicas que lo avalen.
No solo las ventajas se reflejan a nivel físico, sino también emocional o espiritual. El ayuno se cree popularmente que repercute en una mayor paz mental, sosiego, descanso..
¿Cómo puedo empezar a ayunar?
Te recordamos que es fundamental que consultes a un especialista antes de imponerte cualquier tipo de ayuno. No existen evidencias científicas que avalen los beneficios del ayuno de manera semanal, por lo que ten precaución a la hora de realizarlo.
Existen diferentes tipos de ayuno, pero para los primeros, puede ser mejor que practiques aquel que restringe los alimentos sólidos durante todo el día. No puedes tampoco esperar ansioso que sean las 12 de la noche y comer un buffet porque sería contraproducente para ti y para tu cuerpo. Se cree que la ingesta de líquidos y zumos diarios no debe superar las 300 calorías.
No inicies tu rutina de ayunos de un momento al otro. Lo mejor será preparar al cuerpo. El día anterior, come vegetales y frutas crudas únicamente (además de agua e infusiones de hierbas).
Si quieres seguir un plan de ayuno con un día sin alimentos sólidos a la semana, puedes comer normalmente cuatro días y los tres restantes modifica tu alimentación: pre ayuno, ayuno y post ayuno. Estas tres jornadas son especiales y requieren de cierta preparación.
Primer día (pre ayuno)
Si, por ejemplo, harás el ayuno el sábado, el viernes sigue una dieta de frutas y vegetales crudos, la cantidad que quieras. Puede que tengas hambre, pero no caigas en la tentación de comer algo más pesado o fuera de lo permitido. Recuerda que puedes beber zumos de fruta, batidos, infusiones y caldos, siempre y cuando sean naturales. Finaliza el día cenando liviano y acostándote pronto.
Segundo día (ayuno)
Después de dormir 8 horas seguidas, comienza tu día de ayuno con mucha agua. Es bueno que ese día te quedes en casa (por ello se recomiendan los fines de semana) y te mantengas ocupado con tareas que no requieran mucho esfuerzo. Aprovecha para leer, para meditar, para acomodar la ropa, para regar las plantas, cosas que no te requieran demasiado gasto de energías. Bebe agua sola o bien puede ser agua de frutas (ciruelas, manzanas, naranjas), sin comer la fruta.
Algunos optan por zumos naturales y caldos de vegetales, sin embargo, todo depende de tus características y también de lo que incluyes en estos alimentos. Si solo es zumo de naranja está bien, pero no si añades la pulpa de la fruta. Si el caldo de verduras ha sido filtrado y es simplemente el agua, es correcto, pero no si dejas los vegetales cortados o procesados. La idea del ayuno líquido es que no te deshidrates y que el estómago no tenga que digerir alimentos. Tampoco es bueno “engañar” al estómago con líquidos cuando se tiene hambre.
Tercer día (post ayuno)
Como ya se dijo antes, no se trata de esperar a que termine el día e ir corriendo a la nevera. El tercer día de la semana (que podría ser el domingo), aprovecha para hacer dieta de todo aquello que no es bueno para tu salud, es decir, las harinas blancas, los azúcares refinados, la comida rápida, las grasas, los fritos, las carnes y los lácteos. En cambio, puedes ingerir frutas, vegetales (en lo posible, crudos), frutos secos, legumbres y harinas integrales. Come poca cantidad y no hagas demasiados esfuerzos físicos.
Insistimos en la necesidad de que consultes a un especialista para que sea él el que te prescriba el ayuno que mejor se adapte a tu cuerpo.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.