Metabolismo de los lípidos: todo lo que debes saber
Escrito y verificado por la nutricionista Florencia Villafañe
Las grasas son sustancias que se ingieren por medio de los alimentos y son sintetizados en el hígado. Si bien la acción más conocida es la de nutrientes energéticos, tienen otras funciones importantes en el cuerpo, como la regulación de la temperatura. Te contamos, entonces, de qué se trata el metabolismo de los lípidos y por qué es tan importante.
En concreto, son un grupo de compuestos diversos que se forman con carbono, hidrógeno y oxígeno, pero también pueden tener azufre, nitrógeno y fósforo. La característica común es que son insolubles en agua, por lo que requieren de partículas específicas para transportarse en la sangre.
Ahora bien, ¿cómo es el proceso dentro del cuerpo humano y qué etapas comprende? Para entenderlo, detallamos más al respecto a continuación.
Tipos de lípidos y sus funciones
Como se mencionó, no todos los lípidos son iguales. En relación a ello, un estudio publicado en Biochim Biophys Acta los clasifica en los siguientes grupos:
- Triglicéridos.
- Fosfolípidos.
- Colesterol.
- Glucolípidos.
- Esteroides.
En este sentido, según del tipo que sean llevarán a cabo diferentes funciones esenciales. Así pues, de acuerdo a lo establecido por la ciencia, veremos sus acciones más relevantes.
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Reserva de energía
La función principal de las grasas es ser reservorio energético para el cuerpo. Ello quiere decir que, cuando se necesite energía y no se disponga de carbohidratos, se liberarán los lípidos almacenados. Así pues, un gramo de grasa aporta 9 kilocalorías.
Formación de estructuras
Los lípidos como el colesterol y los fosfolípidos forman parte de todas las membranas celulares. Por este motivo, son indispensables para conformar las estructuras del organismo.
Transporte de sustancias
Existen lípidos que funcionan como transportadores de otras sustancias (no solubles en agua) dentro del cuerpo humano. En general, los ácidos biliares y las lipoproteínas son los encargados de esta tarea.
Regulación térmica
La grasa que se almacena debajo de la piel, junto a la que recubre los órganos, funcionan como aislantes y protectores del frío. Así pues, lo que hacen es evitar que el calor se disipe hacia el exterior.
Comunicación celular
Las células se comunican entre sí por medio de diferentes sustancias que envían señales. En relación a ello, compuestos de naturaleza lipídica, como las vitaminas liposolubles, las hormonas esteroideas y los glucolípidos son capaces de ejercer esta acción.
Proceso de digestión y metabolismo de los lípidos
La digestión de estos compuestos es un proceso que comprende diferentes etapas:
- Absorción.
- Emulsificación de las grasas.
- Digestión.
- Metabolismo en sí.
- Degradación.
1. Absorción
Más del 95 % de los lípidos que provienen de la dieta son triglicéridos, así pues, el 5 % restante se compone de otros tipos. En concreto, la absorción sucede en la primer y segunda porción del intestino delgado.
Como se explicó, las grasas alimentarias son incapaces de solubilizarse en agua, por lo tanto, para que puedan trasladarse en el plasma sanguíneo y sea posible la absorción intestinal es necesario que se degraden a partículas de menor tamaño.
2. Emulsificación
Para que sea posible la absorción, las grasas sufren un proceso de emulsificación. Son los ácidos biliares del hígado los que funcionan como emulsionantes y permiten la formación de micelas (cápsulas que contienen sustancias lipídicas en su interior, pero en el exterior están en contacto con el agua).
Los mismos se liberan hacia el duodeno tras la llegada de las grasas y logran que la superficie de contacto de las mismas aumente, permitiendo que la acción de las enzimas sea efectiva.
3. Digestión
Después de la emulsificación, las grasas son hidrolizadas o degradadas por las enzimas sintetizadas por el páncreas. En concreto, estas son proteínas capaces de romper los enlaces que las unen.
Entre ellas, la más importantes en esta tarea es la lipasa pancreática. La acción que tiene la misma es liberar las uniones entre el glicerol y los ácidos grasos.
Sin embargo, este órgano también produce, sintetiza y libera otras enzimas que se encargan de degradar el colesterol y los fosfolípidos, como así también los carbohidratos y las proteínas.
4. Metabolización
Los ácidos grasos de cadena corta, es decir, aquellos que tienen hasta 12 átomos de carbono, ingresan directamente a la circulación sanguínea. Por el contrario, lo que poseen mayor longitud se vuelven a unir con glicerol y proteínas para conformar lipoproteínas llamadas quilomicrones.
Estas partículas pueden tener diversos tamaños, densidades y aportar diferentes tipos de grasa, ya que son propensas a la acción de una enzima llamada lipoproteína lipasa durante su recorrido en la sangre.
Finalmente, los ácidos grasos que libera la misma se pueden almacenar como grasa en el tejido adiposo o se usan como energía. El destino de los mismos va a depender de factores hormonales y dietarios.
5. Uso y degradación
Los ácidos grasos se descomponen en las mitocondrias celulares en un proceso denominado oxidación beta. Cabe resaltar que dicho procedimiento es el opuesto a la síntesis.
Gracias a ello, se produce un compuesto final llamado acetil-CoA, que luego puede iniciar otro ciclo y convertirse en energía, dióxido de carbono y agua.
¿Qué es la lipogénesis y qué papel ocupa en el metabolismo de los lípidos?
Contrario al proceso anterior, la lipogénesis es el mecanismo por el que el cuerpo sintetiza lípidos. Esto ocurre en el hígado y en el tejido adiposo.
Según diversos estudios, la síntesis de los mismos es estimulada por una dieta con un contenido elevado en carbohidratos y por la acción de la insulina. Por otro lado, la presencia de ácidos grasos poliinsaturados, el ayuno y niveles altos de la hormona glucagón son capaces de frenar este proceso.
El metabolismo de los lípidos es esencial para la vida
Como has comprobado, el metabolismo de los lípidos es un proceso complejo que involucra la participación de enzimas digestivas provenientes del páncreas, la presencia de ácidos biliares y de otras proteínas transportadoras. Asimismo, juegan un papel clave los hormonas como la insulina y el glucagón.
Por último, es importante mencionar que, a pesar de que el cuerpo tiene la capacidad de producir sus lípidos, existen ciertos tipos de grasa que son indispensables para el organismo y que solo se pueden obtener a través de los alimentos.
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