Miel de brezo: beneficios, consumo y contraindicaciones
Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias
La miel de brezo está considerada como un alimento saludable con varias propiedades para el organismo. Se trata de un tipo de miel que cuenta con un tono oscuro muy característico. Incluso, puede llegar a parecer negra, lo que no agrada a ciertas personas a primera vista. Ahora bien, hablamos de un comestible que no resulta tan dulce y que cuenta con un toque amargo en el paladar.
Antes de comenzar, hay que destacar que es recomendable moderar el consumo de la miel tradicional. A pesar de los antioxidantes y los minerales que pueda aportar, es fuente de azúcares de alto índice glucémico.
Estos elementos pueden impactar de manera significativa sobre las glucemias sanguíneas, llegando a provocar una sobredemanda a nivel pancreático. Esto resulta en el desarrollo de patologías metabólicas a medio plazo, como la diabetes de tipo 2.
Características de la miel de brezo
Como hemos comentado, la miel de brezo es característica por su color y sabor. No es tan amarilla como las versiones tradicionales, ni tan dulce. De hecho, se produce a partir de una planta conocida como brezo o brecina que no está presente en todas las zonas del continente europeo. En España, es frecuente, por ejemplo, por lo que existen ciertas facilidades para encontrar este tipo de miel en los supermercados del país.
Ahora bien, dentro de las propiedades de este producto, resulta astringente, antiséptico, diurético y relajante. También, se proponen ciertos beneficios para la salud derivados de su consumo.
Podría llegar a provocar un mejor funcionamiento del sistema circulatorio y del sistema renal. Hasta la piel experimentaría beneficios derivados de su inclusión en la dieta. Eso sí, existen pocas evidencias en la literatura científica que confirmen todo esto.
Tradicionalmente, se ha utilizado la miel, también la de brezo, para mejorar el tratamiento de algunas patologías de tipo vírico, como los catarros. Se cree que permitiría suavizar la garganta y conseguir una mayor sensación de bienestar.
Sin embargo, no está demostrado que potencie la función del sistema inmune. Para ello, existen otras estrategias que sí cuentan con el respaldo de la evidencia científica, como el consumo de dosis elevadas de vitamina C.
Cuidado con el azúcar de la miel
Lo que se debe dejar claro siempre que se habla del consumo de miel es que este alimento ha de incluirse en la pauta dietética con cierta moderación. A pesar de sus posibles beneficios, no debemos olvidar que nos encontramos ante un comestible con muchos carbohidratos simples en su interior.
De acuerdo con una investigación publicada en la revista Current Diabetes Reports, la ingesta regular de estos elementos podría potenciar el desarrollo de la diabetes 2 cuando no se realiza ejercicio suficiente.
Eso sí, cuando hablamos de deportistas, la cosa cambia. En este caso, será determinante cubrir las demandas diarias de azúcares para lograr un buen rendimiento y una óptima recuperación.
La clave es la restauración del glucógeno muscular y hepático tras las sesiones de trabajo. Para ello, no hay nada mejor que combinar en la dieta hidratos de carbono con una dosis de proteínas de alto valor biológico, según un estudio publicado en Nutrients.
No obstante, las personas sedentarias no deben actuar del mismo modo. Lo adecuado es priorizar la presencia de los carbohidratos de tipo complejo en la pauta para lograr, así, el mantenimiento de las glucemias estables. Incluso, marcará la diferencia el hecho de lograr cubrir los requerimientos diarios de fibra. Este elemento consigue modular la absorción de los azúcares y la velocidad de entrada en el torrente sanguíneo.
En este sentido, cuando se consume miel, no se debe emplear más de una o dos cucharadas. Es factible su uso como endulzante de diversos alimentos como los yogures, aunque siempre en dosis moderadas.
Ten en mente que no está demostrado que sea una opción mucho mejor que el azúcar de mesa como tal. Está claro que concentra antioxidantes en su interior, mas no es la fuente dietética principal de los mismos.
Miel de brezo, un alimento de características diferentes
Como has visto, la miel de brezo cuenta con unas características organolépticas diferentes a las de la miel tradicional. pero desde el punto de vista nutricional no hay excesiva diferencia.
Realmente, las mejores partes de la miel de calidad son la jalea real y el propóleo. Ambos elementos se comercializan en forma de suplementos en casi cualquier supermercado y pueden contribuir a mejorar el estado de salud si se incluyen en las rutinas de manera óptima.
Para terminar, hemos de destacar que el hecho de controlar la cantidad de azúcar ingerido es una de las prioridades en las dietas de mucha gente. Sobre todo cuando se pretende mejorar el estado de composición corporal. Si existiesen problemas metabólicos derivados de un aporte demasiado alto de carbohidratos simples, se volvería mucho más difícil oxidar y movilizar grasas de manera eficiente.
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