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Mindfulness para niños y adolescentes, ¿es eficaz?
Si somos capaces de integrar el hábito del mindfulness en el día a día de nuestros hijos podremos ver cómo mejoran muchos aspectos de su vida y su personalidad

El mindfulness para niños, adolescentes y adultos ha tenido una gran acogida en la actualidad. Se trata de una práctica que ha ayudado a muchas personas a liberar parte de su estrés y ansiedad para gozar así, de una vida mucho más plena y satisfactoria.
Ahora bien, ¿por qué el mindfulness puede ser una alternativa para los más pequeños? Ellos también están sometidos a un gran estrés y, quizás, enseñarles esta buena práctica desde temprana edad pueda ahorrarles un montón de esfuerzo después.
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Mindfulness para niños
Los niños son como esponjas. Por eso, enseñarles esta práctica en edades tan tempranas puede tener unos beneficios realmente apabullantes.
No obstante, para que el mindfulness para niños sea efectivo, deben ponerse en acción algunos ejercicios muy divertidos y que, sin duda, les transmitirán lo que en verdad queremos que logren comprender e integrar.
Ejercicios de mindfulness para niños
Uno de los primeros ejercicios puede ser enseñarles a realizar la respiración de la abeja. Esta consiste en sentarse bien, rectos y prestar atención a la respiración.
- A partir de ahí, se taparán las orejas con los dedos pulgares, mientras las manos se quedan apoyadas en la cabeza.
- A continuación, se cierran los ojos, se inspira profundamente y al expirar se imita el sonido de las abejas “zzzzzzz”.
Otro de los ejercicios puede ser contarles el cuento del famoso árbol de las preocupaciones, donde estas se sueltan, no se siguen rumiando en la mente y permitimos que se liberen.
Si desde pequeños les enseñamos a los niños a no cargar con una mochila llena de angustias, de pensamientos que no llevan a ninguna parte, esto les beneficiará en un futuro próximo.
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Existen muchos más ejercicios de mindfulness para niños. Algunos ya se sabe en qué consisten porque lo indica su nombre: “La postura de mente atenta”, “El juego del silencio”, “Observar como detectives”, “Atención, ¿qué suena?”.
Todos ellos tendrán una gran eficacia si se llevan a cabo de manera regular en casa y en las escuelas, como un hábito.
Mindfulness para adolescentes
La adolescencia es una etapa difícil. No obstante, si integramos el mindfulness, se pueden lograr grandes resultados.
- Esta práctica en la adolescencia ya no es tan infantil. Es decir, aunque se pueden utilizar variantes de los ejercicios de mindfulness para niños que hemos visto, los jóvenes se encuentran en una etapa donde entienden a la perfección todo.
Por lo tanto, si el mindfulness se integra de forma correcta, si le transmitimos a los adolescentes que es un hábito como comer, dormir o cepillarse los dientes, los resultados se verán a largo plazo.
Gracias a esta práctica, los adolescentes ganarán en paciencia, sabrán gestionar mejor sus emociones y observar sus pensamientos sin juzgarlos.
Asimismo, también sabrán dejar atrás esa mochila que no carga solamente libros, sino también preocupaciones, angustias, estrés por exámenes, por si la persona que les gusta se fija en ellas…
Si se lleva a cabo el mindfulness, se puede conseguir hasta una mejora en el rendimiento escolar y un consecuente crecimiento personal y maduración.
El apoyo de los padres
Los padres tienen una influencia muy grande en sus hijos, por lo que iniciarlos en esta práctica no es una cuestión de la que deban desvincularse.
Es más, ellos mismos pueden beneficiarse de ella al introducirla en la vida familiar: así todos saldrán ganando.
Será, además, una oportunidad de pasar tiempo de calidad con los hijos, y de aprender algo nuevo.
No desmerezcamos el mindfulness para niños y adolescentes. Nos puede ahorrar muchos conflictos innecesarios, muchos juicios de valor inexactos y nos permitirá madurar y crecer como personas.
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Esta práctica llevada como costumbre será de gran eficacia, pero para ello la perseverancia y la paciencia serán muy necesarias.
No esperemos ver resultados ahora mismo. Después de una única sesión nuestro hijo no mejorará su rendimiento académico ni controlará más sus brotes de ira. Esto solamente será posible con el tiempo…
Graduada en Estudios de Gallego y Español por la Universidad de Vigo (2013). Máster en Lingüística Aplicada, Lenguas y Tecnologías (Universidad de Vigo, 2015). Título de Experto en Herramientas de Marketing de Google y Social Media Marketing (Universidad Rey Juan Carlos, 2017). Raquel Lemos Rodríguez es redactora, correctora y ha sido editora responsable del equipo de traducción de la Editorial Voz y Alma. En la actualidad, colabora con diferentes empresas como redactora y con algunas editoriales como correctora. Además, realiza trabajos esporádicos relacionados con la gestión de redes sociales. Es profesora de letras en Avanza Formación. Está estudiando el Grado en Psicología en la UNED.