15 mitos sobre la lactancia materna que no debes creer

Los mitos sobre la lactancia materna siempre han existido. Afortunadamente, la ciencia se ha encargado de esclarecerlos.
15 mitos sobre la lactancia materna que no debes creer
Leidy Mora Molina

Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina.

Escrito por Ana Núñez

Última actualización: 10 julio, 2023

Un novedoso mundo se despliega en las vidas de las madres primerizas. Conscientes de ello, queremos compartir contigo los mitos sobre la lactancia materna que no debes creer y las recomendaciones que indican los especialistas.

En la actualidad, está clara la importancia de amamantar a los bebés de forma exclusiva hasta que cumplan, por lo menos, 6 meses. Y se debe comenzar en la primera hora de vida, según advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto les garantiza a los niños todos los nutrientes que requieren y les refuerza el sistema inmunitario.

Mitos sobre la lactancia materna

Los mitos que se tejen sobre la lactancia materna y que no debes creer si quieres alimentar de manera saludable a tus hijos, tienen su origen en el desconocimiento y en los temores infundados culturalmente por generaciones. Otras veces, los intereses económicos buscan privilegiar la alimentación artificial antes que la natural.

Estas falsas creencias no parecen contemplar los estudios científicos, que con el pasar de los años han dado respuestas a estas inquietudes. Veamos, entonces, cuáles son los 11 mitos más comunes, con los que seguro te toparás en algún momento de la maternidad.



1. Te va a doler mucho mientras amamantas

El dolor no es sinónimo de amamantar; más bien es una señal de que hay algo que atender. Al principio, quizás es normal que te duela un poco si los pechos están muy cargados, porque no pudiste unir al bebé en las primeras horas. Pero una vez que comienzas a amamantar con continuidad, no debe doler.

Tendrías que revisar si no se trata de un mal agarre del bebé en el pezón y eso ocasiona la molestia. A veces, el dolor está advirtiendo de alguna infección u otro problema en la mama que es bueno consultar con el médico de cabecera.

2. Se debe esperar a que suba la leche

Antes de la leche materna como tal, el calostro es una fuente increíble de nutrientes. Las investigaciones apuntan que entre los elementos que protegen de infecciones y otros trastornos se encuentra la lactoferrina, cuya concentración es más alta en el calostro. Un líquido denso, cremoso, y de color amarillento, que los pechos de la madre producen precisamente antes de la subida de la leche.

3. Tienes que lavar los pezones antes de amamantar

Está aceptado que no hay razón para lavar tus pezones o pechos para las tomas, incluso no es recomendable el uso del jabón salvo en circunstancias especiales.

Leemos en un documento dedicado a la lactancia materna, que: “Para el cuidado de los pezones sólo se requiere extraer unas gotas de la misma leche después de la tetada y cubrir con ésta el pezón y la areola dejando secar al aire libre“.

“El pezón y la areola tienen protección especial dada por las glándulas de Montgomery que secretan un tipo de grasa con efecto bactericida y lubricante”.

– Bioquímica Sara Morales López

4. No podrás dar pecho si no produces leche suficiente

Parte del milagro de la vida es que los pechos de la madre producen lo que el bebé necesita, en cantidad y calidad. Una alimentación sana y la entrega a la lactancia a demanda, garantizará las tomas y los requerimientos del niño para crecer sano y fuerte. De hecho, como leemos en el artículo Lactancia materna exclusiva, ¿siempre?: “a mayor succión la madre producirá más cantidad de leche”.

5. Hay unos alimentos permitidos y otros restringidos mientras amamantas

Todos los alimentos están permitidos para la madre, quien debe preocuparse por llevar durante la lactancia una alimentación balanceada. Esto significa que aunque puedes comer de todo, lo ideal es que se garanticen las porciones de frutas, vegetales y proteínas.

La variedad de alimentos se traduce en variedad de sabores para el bebé, que a su vez lo preparan para la siguiente fase: la alimentación complementaria. Por consiguiente, no es descabellado acudir al inicio con un nutriólogo que realice una planificación.

El proceso de la lactancia materna no debería generar un dolor insoportable. En ese caso, hay que sospechar un problema.

6. Podrás amamantar solo si el bebé lo hace justo al nacer

Claro que será más fácil si el bebé se alimenta en la primera hora después del parto, pero no siempre están dadas todas las condiciones. En todo caso, que sea lo más pronto posible. Él está listo para hacerlo. Si necesitas ayuda, no dudes en pedirla al pediatria porque el secreto de que todo fluya es lograr el enganche adecuado.

“Una postura correcta de la madre y del lactante y el enganche eficaz al pecho son la base de un amamantamiento feliz”.

7. Si tienes los pechos grandes tendrás mucha leche

O viceversa, si tienes pechos pequeños no tendrás casi leche. En ambos casos es falso. El tamaño de la mama no determina la cantidad de leche que la madre va a producir. Sí influyen otros factores que no tienen nada que ver con el volumen, como la estimulación que tengan las mamas con la succión del recién nacido.

8. Amamantar hará que los pechos se te caigan o deformen

Los cambios en los pechos comienzan desde el embarazo. Aunado al aumento de peso, se va modificando el tamaño de las mamas, lo que no quiere decir que se deformen ni en la gestación ni por la lactancia.

Y con respecto a la caída o descenso, es falso que suceda por la succión del bebé. Acontece como un proceso natural evolutivo, asociado a la edad, a los cambios bruscos de peso o a la genética. Amamantar no se relaciona con deformidad en los pechos.

9. Hay que habituar al bebé a un horario preestablecido para comer

Amamantar a demanda y sin restricciones es la sugerencia que hacen pediatras. Lo que deja sin efecto este mito del horario preestablecido. Según ese método, los bebés tienen la capacidad de autorregularse y poco a poco irás conociendo si su llanto se debe a una demanda de hambre.

Al principio querrá tomar el pecho cada 2 horas o hasta menos. Luego irá espaciando. No te dejes llevar por consejos que te digan que lo dejes llorar si no ha llegado a las 3 horas. Si el bebé llora, abrázalo y dale el pecho; si no es hambre, con tu afecto también lo ayudarás a desarrollarse sano y a madurar en armonía.

10. El bebé tiene que tomar el mismo tiempo en cada pecho

No hay un tiempo establecido para vaciar los pechos. Se trata de otro de los mitos sobre la lactancia materna que no debes creer. Cuando amamantes, sabrás que debes alternar al sentir la mama blanda. No tiene un tiempo de reloj estipulado y preciso.

Unas veces lo hará más rápido que otras. En todo caso, al terminar, debes intentar sacar sus gases antes de comenzar con el otro. Si en el ínterin se duerme, no lo despiertes.

11. El sacaleches secará tus mamas

Entre los mitos sobre la lactancia materna está que el sacaleches secará tus mamas. Eso sí, no sustituye la fuerza de succión del bebé. Sin embargo, el sacaleches puede ser tu aliado en algunos momentos claves, cuando no puedes amamantar y tienes los pechos llenos.

También cuando te incorporas al trabajo y quieres continuar la lactancia exclusiva. Puedes sacar la leche y dejarla almacenada en el refrigerador para que su cuidador lo alimente.

O para que alternes las tomas de las madrugadas con tu pareja, quien puede darle tu leche al bebé en biberón. En el mercado encontrarás una variedad de productos que se adaptan a todas las necesidades.

12. La leche es aguada y ya no está alimentando al bebé

La leche materna tiene diferentes densidades y tipos. La primera puede que sea más líquida, mientras que la que sale al finalizar el vaciado del pecho tiende a estar más espesa por la grasa.

Lo esencial es saber que en todas sus presentaciones le ofreces al bebé, a cualquier edad, los nutrientes que necesita. Ten seguridad de que tu leche es la mejor opción para tu hijo.

13. Si te embarazas y estás amamantando a tu primer hijo, debes suspender la lactancia

Si quedaste embarazada y no quieres interrumpir la lactancia de tu primer hijo, no hay problema. Es falso que si lo haces perderás tu embarazo o tendrás un parto prematuro. No hay ninguna evidencia que respalde ese argumento.

Por el contrario, lo que sí existe es suficiente literatura sobre los beneficios de la lactancia en tándem, que es como se le denomina. Así que si consideras que tienes las energías y las ganas para amamantar a dos a la vez, no te inhibas por mitos sobre la lactancia materna que no debes creer.



14. No puedes amamantar en simultáneo dos hijos de distintas edades

Esto es falso. Ocurre al revés y así lo exponen los expertos. La lactancia en tándem se asocia a una ganancia mayor de peso en el recién nacido, ya que el primogénito ha estimulado de manera constante la producción de leche en la madre.

Lactancia tándem.
La lactancia de dos niños es posible la mismo tiempo. Es falso pensar que uno se quedará sin leche.

15. El tipo de parto decidirá el éxito de la lactancia

Ciertamente, la cesárea puede retrasar el inicio de la lactancia porque el tiempo de contacto piel con piel del niño y la madre, se distanciaría debido a la operación.

Está documentado que, siguiendo sus reflejos, la mayoría de los bebés que nacen por parto vaginal llegan al pecho y realizan la primera toma en los primeros 60 minutos de vida. Ese contacto favorece el inicio de la lactancia materna y su mantenimiento de forma exclusiva.

No obstante, en la mayoría de las cesáreas sí es posible el contacto inicial en la sala de reanimación e incluso desde el quirófano. El objetivo que debe prevalecer es el de no separar a la madre y al recién nacido.

Para lograr el contacto inicial de la mamá y su bebé

El personal sanitario y los familiares han de estar preparados, informados y conscientes, pues ese contacto permite:

  • Adaptación fisiológica y psicológica de madre e hijo.
  • Adecuada transición y adaptación fisiológica al medio extrautrerino.
  • Organización cerebral y del sistema motor.
  • Mejora de la oxigenación del recién nacido.
  • Facilidad de la regulación térmica.
  • Disminución del gasto energético.

Todas estas y otras razones convierten el protocolo de encuentro de la madre y del hijo al nacer, en una práctica recomendada por los muchos beneficios que reporta. La evidencia científica recopilada corrobora que el contacto piel con piel es beneficioso a corto plazo para mantener la temperatura y disminuir el llanto del niño, y a largo plazo para aumentar el tiempo de lactancia materna.

De cualquier modo, a un mes la diferencia entre la lactancia tras un parto natural o por cesárea ya no será evidente. Y por todo lo ya dicho, la calidad a fin de cuentas no residirá en el tipo de nacimiento, sino en los procedimientos que se sigan inmediatamente después del parto.

Conociendo esto, dispón lo necesario para que no te pierdas del contacto piel con piel; tu médico seguro sabrá garantizarlo.

Datos para no creer en los mitos sobre la lactancia materna

El mejor alimento siempre será la leche materna y ningún mito puede ser lo suficientemente poderoso para que desistas si quieres dar pecho y garantizarle a tu hijo un futuro saludable. Lee estos datos que aporta la Organización Mundial de la Salud, en el libro “La alimentación del lactante y del niño pequeño”, editado en el 2010:

“A largo plazo, los niños alimentados de manera artificial tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades que tienen una base inmunológica, como ser el asma y otras condiciones atópicas; diabetes tipo 1; enfermedad celíaca; colitis ulcerativa y enfermedad de Crohn. La alimentación artificial también ha sido asociada con un mayor riesgo para desarrollar leucemia durante la niñez”.

La investigación también aporta importantes recomendaciones basadas en estudios científicos que te serán de gran utilidad. Si como madre estás decidida a dar lactancia materna exclusiva, estás escogiendo no solo el camino más sano, sino el más amoroso para ti y para tu bebé.


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