Mi pareja me hace sentir mal, ¿qué puedo hacer?
Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz
Tu relación de pareja debería ser tu refugio, tu lugar seguro; un espacio en el que te sientas amado, respetado y reconocido. Esto no es una utopía ni el reflejo de unos estándares demasiado exigentes. Realmente es el mínimo que debería cumplirse en cualquier vínculo afectivo. Por eso, cuando mi pareja me hace sentir mal de forma constante o reiterada no he de resignarme; por el contrario, he de analizar por qué sucede y buscar una solución.
Es cierto que todas las relaciones atraviesan altos y bajos. Todos, en un momento dado, hemos perdido los nervios y hemos alzado la voz o hemos pronunciado una palabra hiriente.
Sin embargo, cuando esto se convierte en la tónica general de la pareja, las consecuencias a nivel psicológico y emocional pueden ser devastadoras. Por ello, te animamos a evaluar la gravedad de tu situación y a comprender qué puedes hacer al respecto.
Mi pareja me hace sentir mal
Sentirse mal es un término ambiguo, que proporciona poca información y ofrece poco margen de maniobra. Muchas personas saben que su pareja les hace sentir mal, pero no logran identificar qué sienten exactamente ni por qué.
Precisamente, esta falta de claridad puede llevarles a restar importancia a su sentir y dejarlo pasar, permitiendo que la situación se agrave. Por ello, es fundamental disponer de un vocabulario emocional amplio.
Pregúntate por un momento lo siguiente: “cuando mi pareja me hace sentir mal, ¿cómo me siento?”. A continuación, te mostramos algunas de las respuestas más comunes.
- Invalidado: siento que mis emociones no son importantes, que exagero o que no tengo derecho a expresarme.
- Humillado: mi pareja hace que sienta vergüenza de mí mismo, que me perciba inferior e insuficiente.
- Controlado: la relación me resulta asfixiante porque mi compañero fiscaliza cada ámbito de mi vida y decide por mí.
- Manipulado: con frecuencia termino haciendo cosas que no quiero hacer para que mi pareja no se enfade o se entristezca.
- Despreciado: siento que mi pareja siente asco o rechazo hacia mí, que no me considera una persona digna y valiosa.
- Ignorado: tengo que pedir y suplicar a mi pareja que pase tiempo conmigo o que me tenga en cuenta. Nunca soy una prioridad para ella.
¿De qué forma me hace sentir mal mi pareja?
Los anteriores son algunos de los sentimientos más comunes que las personas experimentan en relaciones nocivas, perjudiciales y poco saludables. Ahora bien, ¿por qué aparecen estas emociones?
En la mayoría de las ocasiones no surgen de la nada, sino que se derivan de un comportamiento poco apropiado de la pareja. Veamos más en detalle.
Quejas y críticas
Tu pareja critica constantemente tu forma de ser, de pensar, sentir y actuar. Identifica y resalta tus defectos y no aprecia tus virtudes. Finalmente, te hace sentir que no haces nada bien, que debes cambiar y que tu entrega y tu persona nunca son suficientes.
Burlas, insultos o descalificaciones
Las palabras tienen un gran poder y pueden ser muy hirientes, incluso aunque se pronuncien en un supuesto tono jocoso. Los insultos y las descalificaciones, las burlas y los sarcasmos, van minando la autoestima y generando un gran daño emocional.
Además, si se pronuncian en público crean un gran sentimiento de humillación. Este tipo de violencia psicológica es una de las más comunes en los noviazgos adolescente y una flagrante muestra de la falta de respeto imperante.
Chantaje y manipulación emocional
La manipulación emocional busca que la pareja actúe como uno quiere, utilizando los sentimientos como moneda de cambio. Así, tu pareja puede decirte frases del tipo “si de verdad me quisieras, harías esto”. Pero también puede solo enfadarse o castigarte con el silencio.
Gaslighting
El gaslighting hace que la persona que lo sufra termine dudando de su propio juicio y criterio y quede a merced del abuso de la pareja. Si tu compañero te hace sentir loco o exagerado, si niega lo evidente, si te confunde para que no confíes en tu instinto y tus emociones, no permitas que esto siga ocurriendo.
Falta de empatía y de responsabilidad afectiva
Por último, si mi pareja me hace sentir mal es posible que sea porque esta no tiene empatía. Probablemente, solo se preocupe de sí misma y cuando tú expresas tus necesidades, emociones o peticiones de cambio, se desentiende. Te hace sentir que estás solo en esta relación.
¿Por qué sucede esto?
Si tu pareja te hace sentir mal, has de tener en cuenta que pueden estar confluyendo varios factores:
- Características personales de tu pareja: puede ser una persona egoísta, egocéntrica o narcisista. Es posible que posea un estilo de apego inseguro, falta de habilidades sociales y escasa inteligencia emocional.
- Dinámica de la relación: este tipo de comportamientos son frecuentes en relaciones que presentan un desequilibrio o una jerarquía muy marcada. Así, es posible que tu pareja adopte una posición superior en la que tiene más privilegios y tú un lugar inferior.
- Rasgos de tu personalidad: es importante recalcar que, si permaneces en una relación de este tipo, es probable que también tengas aspectos por trabajar. Quizá posees una baja autoestima, un miedo al rechazo o al abandono, una necesidad por complacer al otro y una escasa capacidad para poner límites.
¿Qué hago si mi pareja me hace sentir mal?
Si te has sentido identificado con lo expuesto, es importante que no sigas dejándolo pasar. Comienza por poner límites; no permitas que ninguno de estos comportamientos se sigan repitiendo.
Para ello, habrás de aprender a comunicarte asertivamente y deberás perder el miedo a abandonar la relación. De nada sirven los ultimátums si no estamos dispuestos a cumplir con las consecuencias.
Si tu pareja es capaz de reconocer su mala conducta y su grado de responsabilidad, es posible que el acompañamiento profesional sea de gran ayuda. Tanto a nivel individual, para que esa persona adquiera las habilidades relacionales de las que carece, como de pareja.
Tanto si decides continuar con la relación como si optas por abandonarla, es fundamental que trabajes en ti esos aspectos que te han llevado a establecer y mantenerte en una relación de este tipo. Sanar heridas y miedos, potenciar la autoestima y las habilidades comunicativas resultará fundamental en ambos casos.
Ante todo, es importante que recuerdes que tu prioridad eres tú mismo. Mantente atento a las señales y ante cualquier falta de respeto, ante cualquier abuso o desprecio, actúa y no busques justificación a los actos. Si no te ves capaz de abandonar la relación por ti mismo, busca ayuda.
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