¿Por qué abusamos de la comida durante la noche?
Revisado y aprobado por la médica Karla Henríquez
Un viejo consejo dice que hay que desayunar como rey, almorzar como príncipe y cenar como mendigo. A pesar de esta buena intención, se trata de una recomendación difícil de mantener en la práctica: no somos pocos los que abusamos de la comida durante la noche.
No solamente comemos en exceso en la cena, sino que también es frecuente que, después de dar varias vueltas en la cama, decidamos ir hacia la nevera por algo para picar. Al intentar justificarnos, tenemos la creencia de que la comida nos ayudará a dormir. Una comida muy abundante en la cena no nos ayudará a dormir mejor, sino que tendrá otras consecuencias no tan gratas para el funcionamiento del organismo.
Comer abundantemente en la noche nos deja, según los expertos, sentimientos de culpa, tristeza e irritabilidad que inciden negativamente en el descanso y la calidad del sueño.
Exceso de comida durante la noche
Entre las razones por las que comemos más por la noche se encuentran el estrés y la ansiedad. Estos males de la vida moderna nos están llevando a que aumente el deseo de comer cuando ya debemos descansar.
Según los psicólogos, al llegar a casa de noche después de una jornada estresante, buscamos formas de complacernos. La comida es, sin duda, nuestro principal calmante. En otras palabras, utilizamos la comida como chivo expiatorio.
También el ciclo circadiano juega un papel importante cuando abusamos de la comida durante la noche. Los estudios indican que el reloj biológico nos empuja a consumir alimentos dulces y salados con alto contenido de almidón, pero consideran esta práctica como nociva.
Este comportamiento ayudó considerablemente a nuestros ancestros a almacenar energía. A nosotros, por el contrario, nos afecta negativamente y nos dificulta el mantenimiento de un peso saludable.
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¿Qué solemos comer de noche?
Los carbohidratos se encuentran a la cabeza de las preferencias para esa cena tardía o ese antojo de medianoche. Este tipo de alimentos nos provoca no sólo placer, sino cierta adicción que no termina en la sensación de saciedad que buscamos.
Los alimentos con alto contenido en carbohidratos son densos en calorías. Al comerlos por la noche, se consume un gran porcentaje de las calorías que deberían estar repartidas durante el día.
No es por casualidad que la comida con gran concentración de carbohidratos es llamada en inglés comfort food, que vendría a traducirse literalmente como ”comida para el confort”. Es decir, esta sería el tipo de comida que nos hace sentir bien, y que, en algunos casos, nos alivia las penas del alma.
Esos son los alimentos que el organismo demanda en las horas nocturnas, entre sueño y sueño. Sin embargo, está demostrado que la ingesta de productos con alta cantidad de azúcar resulta perjudicial a medio plazo.
¿Por qué no debemos abusar de la comida?
Según estudios científicos, hacemos algo más que ganar peso cuando abusamos de la comida durante la noche. Las comilonas nocturnas hacen que aumente el riesgo de padecer diabetes y enfermedades cardíacas.
Esa cena abundante o ese bocado que decidimos comer o beber a medianoche aumentan los niveles de glucosa e insulina. Si lo hacemos costumbre, seremos candidatos perfectos para la diabetes tipo dos.
Comer mucho en horario nocturno también puede incrementar los niveles de colesterol. Esta es una de las principales causas para enfermedades coronarias o ataques al corazón.
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Otras razones para no comer tanto de noche
- Las comilonas nocturnas pueden alterar los patrones de sueño. Incluso, pueden causar sueños raros y pesadillas, sobre todo en edad juvenil.
- Comer de noche puede afectar a la memoria y a las funciones cognitivas y de aprendizaje.
- Según estudios, comer después de las siete de la noche aumenta el riesgo de ataques al corazón.
- Comer abundantemente y acostarnos a dormir promueve el reflujo gastroesofágico.
- Gracias a la insulina que produce el cuerpo al comer, se disparará una mayor sensación de hambre al despertar.
Evitar abusar de la comida durante la noche
- Evitar cenar tarde. Lo ideal es procurar cenar antes de las 8 o 9 de la noche.
- Planificar las comidas. Si se tiene un plan de las comidas que se ingerirán durante cada día, será más fácil mantener el control. Llegar cansados, sin saber qué comer puede llevar a que comamos de más en la noche.
- Escribir una lista de lo que comemos durante el día. Al hacerlo se toma conciencia del tipo de alimento y la cantidad que ingerimos. Al saber esto, podemos modificar hábitos de alimentación que nos hagan sentir menos hambre al llegar la noche. En este sentido, es importante priorizar la ingesta de vegetales. De acuerdo con un estudio publicado en International Journal of Epidemiology, dichos alimentos son capaces de ayudar a prevenir enfermedades.
- Aunque suene a lugar común, mantener una rutina de sueño disminuirá las visitas nocturnas a la nevera. El mantenernos despiertos hasta altas horas de la noche nos lleva a ceder a la tentación de comer cada dos por tres.
Reduce los picoteos nocturnos
Si tú también formas parte del “club” de quienes abusamos de la comida durante la noche, ¡Ahora sabes por qué deberías evitarlo! Pon nuestros consejos en práctica y ¡lleva una vida más saludable! Recuerda también realizar actividad física a diario para mejorar el estado de salud.
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