Postura del misionero y sus 20 variantes
Escrito y verificado por el psicólogo Bernardo Peña
Lejos de ser una pose sexual más, la postura del misionero tiene una larga historia y muchos beneficios que ofrecer. Se cree que su nombre proviene de la época de la colonización, cuando los misioneros les enseñaban a los indígenas que la «forma correcta» de tener relaciones sexuales era con el hombre de frente a la mujer. Sin embargo, el término solo comenzó a usarse a partir de 1960, lo que deja su origen bajo un halo de misterio.
Dentro de las posturas sexuales del Kamasutra, es una de las gratificantes, sobre todo porque permite variar los ángulos entre ambas pelvis, modificando la profundidad. Para hacerla, la persona que será penetrada se recuesta sobre su espalda, mientras que el amante que asume el rol activo se arrodilla al frente y se inclina hacia la pareja.
Aunque muchos consideran al misionero como muy simple o aburrida, es una de las más versátiles. Si es tu caso y estás buscando cómo renovarla, con algunos ajustes creativos, como elevar las piernas o colocarse de lado, se puede transformar en una variante todavía más placentera, tanto para hombres como mujeres. A continuación, te presentamos un amplio abanico de posibilidades que dan un toque extra de placer y te explicamos cómo realizarlas.
1. El misionero invertido
En esta oportunidad, quien está abajo hace una variación con sus piernas. Las mismas permanecen cerradas durante el coito. Con este cambio que parece insignificante, el placer puede ser mayor, ya que hay una suave presión en las paredes vaginales y las fricciones se dan con más continuidad.
2. El asiento de loto
Esta variante ya ha tomado bastante popularidad. Ambos amantes deben estar dispuestos a salir de su zona de confort. La persona de abajo, una vez acostada, levanta y flexiona ambas piernas. El otro se arrodilla frente a ella y el resto se limita a una intimidad más profunda y estimulante.
3. El agarre
Como toda relación sexual, se trata de un verdadero trabajo en equipo. A partir de la pose tradicional, quien está debajo levanta sus caderas y con las piernas rodea al amante por la cintura. Los brazos permiten mantener un equilibrio, pero las extremidades inferiores son las que funcionan como una especie de guía.
Pueden llevar a cabo movimientos de todo tipo. El amante arrodillado manejará, mientras resista la intensidad y el peso.
4. El número 8
Los números siempre tuvieron bastante significado en el sexo. En esta ocasión, un participante se tumbará encima y mantendrá sus brazos plenamente estirados. A su amante, que está con las piernas flexionadas, le toca aferrarse a las caderas o la espalda del compañero y marcar el ritmo.
5. El regazo
Se basa en formar un ángulo de 90°. La pareja se coloca a un lado y se unen con los genitales en la conjunción del ángulo. El resultado es una penetración extrema y cuerpos libres para expresar sus sensaciones. Pueden admirar centímetro a centímetro de todo su ser.
6. La caja
Similar a la cucharita, el juego consiste en no utilizar los brazos durante el acto sexual. Quien está detrás puede mantenerlos estirados hacia atrás o sostener a su compañía. Ambos se acuestan de lado, dándose la espalda y con las rodillas flexionadas. Suena un poco extraño, pero es un desafío muy excitante.
7. La pausa
La pausa proporciona un placer más prolongado. Ambos se colocarán enfrentados, pero de lado. Acercan sus caderas y comienza la acción. Está claro que no es lo mismo hacer fuerza de esta manera, aunque sale de modo natural.
8. El nirvana
En esta variación del misionero, ella se toma del respaldo de la cama con los brazos hacia atrás. Así, hace un efecto de sube y baja en el miembro de su amante. Entonces, puede manejar profundidad y ritmo. Sin embargo, también la persona de arriba puede tomar el control, si lo desea.
9. La patada
Diferente a las demás, para intentarla uno de ustedes debe acostarse de lado. Al igual que ocurre con el perrito, quien penetra lo hace desde atrás. Entonces, se ubica de rodillas y pasa una pierna de su pareja por debajo. Puede tomar envión para moverse hacia adelante, con la ayuda de sus piernas y manos.
10. Misionero elevado
Es casi igual al formato clásico, con la diferencia de que quien está en el rol activo eleva su torso para poder apreciar mejor a su acompañante. Aprovechen para observarse con pasión, para besarse y, si quieren, brindarse placer con ayuda de sus manos.
11. En el regazo
En este caso, la persona de arriba se arrodilla y lleva sus glúteos hacia los pies. Una vez en esa forma, quien le acompaña se sienta sobre el regazo (de allí el nombre) y deja caer su cuerpo hacia atrás. En cuanto a las piernas, puede flexionarlas por detrás del cuerpo de su pareja.
12. El doblez
Esta variación acrecienta todavía más el contacto físico. Quien realiza la penetración está sentado y recibe a su pareja en los muslos. Esta debe flexionar sus rodillas y llevar los pies y el cuerpo hacia atrás. Entonces, la otra persona reclina su torso hacia adelante, siguiendo al de su acompañante.
13. Medio doblez
Semejante a la anterior, aunque un poco más sencilla de llevar a cabo. La diferencia está en que quien tiene el control de la acción no está sentado, sino recostado sobre el cuerpo de su pareja. Para ello, puede apoyar sus antebrazos. De ese modo, se sostendrá mientras se mueve al compás del amor.
14. Control de tracción
Es parecida a la pose del regazo. Sin embargo, la persona que está erguida tiene que sentarse en la cama. De esa manera, sus piernas quedan a ambos lados de la pareja y pueden sostener su cuerpo. Con las manos, eleva los muslos de su acompañante y controla el ritmo.
15. El yunque
Mientras uno yace recostado, su amante se acerca y le toma ambas piernas. De rodillas, puede hacer movimientos hacia atrás y adelante con la pelvis. También, cuenta con la posibilidad de abrir las piernas de la pareja como a ambos les guste y resulte cómodo.
16. El palo profundo
Si se animan a alcanzar mayor profundidad, les encantará. Además, se puede hacer tanto en el sexo anal como en el vaginal. En la misma disposición que con el asiento de loto, la persona que está de rodillas toma las piernas de la otra con un brazo, ubicándolas a un lado. Así, puede elevarlas para tener una mayor visión de la zona íntima.
17. El bamboo
Desde la posición anterior, una de las piernas de quien está recostado se pasa por debajo del cuerpo del compañero. Él seguirá siendo el guía y quien controle la velocidad y profundidad de los desplazamientos.
18. El águila
A partir de la postura del yunque, quien está arriba deja caer su cuerpo sobre el del acompañante. Para evitar pasar un mal rato, es importante que la persona de abajo tenga suficiente elasticidad. De otra manera, puede resultar molesto y desvanecer el disfrute de la situación.
19. El arco
Arrodillado, uno debe sostener el peso de la persona sumisa. Para esto, la toma por las caderas y las eleva, pasando una pierna a cada lado de su cuerpo. Entonces solo quedará con la cabeza y los brazos apoyados sobre la cama, expectante para recibir el placer. Es parecida a la carretilla, pero sobre la cama y de frente.
20. El balancín
Como en el asiento de loto, quien está arrodillado sostiene las rodillas de su amante. A la vez, este le toma por los muslos. Manteniendo esa forma, ambos deben moverse hacia atrás y adelante, como si se tratara de un balancín. Eso sí, hagan fuerza con los brazos para no perder el control.
Consejos para hacer el misionero y sus variantes
Como puedes observar, las formas de hacer el amor con esta pose son muchas. Aun así, conviene que tengas en cuenta una serie de criterios que te ayudarán a implementarlas de forma segura. Te compartimos las más importantes:
- No te olvides de los besos y las caricias. Dado que permite un encuentro cara a cara, es una de las más idóneas para acompañarla con besos. Lo mismo sucede con las caricias, al tener las manos libres.
- Ajusta el ritmo. Como se asocia con una exigencia física moderada y permite una penetración profunda, de la mano de un ritmo acelerado puede hacer que el hombre eyacule más rápido. Ajusta el movimiento entonces para que ambos la disfruten a pleno.
- Explora diferentes ángulos. Quien dice que es monótona o no causa placer es porque no ha jugado con los ángulos y sus variantes. La penetración no tiene que hacerse siempre en la misma dirección. Incluir pequeñas modificaciones en el ángulo permite variar las sensaciones.
Siempre recuerda que todas las posturas sexuales las puedes realizar en diferentes ambientes (como en la ducha) o muebles (como el sillón tantra). No te encierres en la idea de que el dormitorio es el único lugar para tener sexo. Por el contrario, hay días que se convierte en el último. En sintonía con la innovación, puedes incluir juguetes sexuales en la cama, que encuentras a disposición en tiendas especializadas.
De igual modo, ten en cuenta que el misionero te es útil tanto para el sexo vaginal como para el sexo anal. Para este último conviene que uses un lubricante íntimo y que regules la intensidad y la profundidad.
Explora las diferentes posibilidades
No tengas miedo de explorar tu sexualidad. Aumentará la satisfacción en tu pareja y les unirá más. Tampoco debes olvidar la importancia que esta tiene para reforzar el vínculo y la confianza. Pero no solo el sexo, sino los momentos previos y posteriores al acto, donde se refuerza la afectividad, intimidad y confianza mutua.
Por eso, es importante que sepas cultivar esta área e introducir modificaciones para evitar caer en el tedio y la rutina. ¡Sorprende y cambia! Seguro tu pareja lo valorará.
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- Priest, R. J. (2001). Missionary positions: Christian, modernist, postmodernist. Current Anthropology, 42(1), 29-68. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/14992209/
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