Preeclampsia y sus complicaciones en el embarazo
Revisado y aprobado por el biotecnólogo Alejandro Duarte
La preeclampsia consiste en una complicación del embarazo que puede derivarse, entre otros problemas, de hipertensión arterial o daño renal. Afecta al 5-8 % de las mujeres embarazadas y puede resultar, tanto para ellas como sus bebés, altamente peligroso.
Habitualmente, la preeclampsia suele manifestarse a partir del último trimestre. Este hecho no es óbice para que pueda aparecer igualmente durante el parto, así como durante la segunda mitad del embarazo o después de dar a luz, durante las primeras semanas.
Este problema puede presentarse en forma leve o con mayor gravedad. Además, en el caso de no tratarse adecuadamente y a tiempo, puede derivar en complicaciones de mayor seriedad como pueden ser la eclampsia o el síndrome de HELLP.
¿Por qué aparece la preeclampsia?
La preeclampsia se produce debido a un riego sanguíneo reducido a la placenta. La placenta no se implanta correctamente en las paredes del útero y las arterias de esa zona no se dilatan como deberían.
Además, la hipertensión crónica y la diabetes también pueden disminuir el riego sanguíneo hacia la placenta. Hay profesionales que consideran que la preeclampsia, en caso de producirse, surge desde el principio del embarazo aunque los síntomas aparezcan después.
Síntomas de la preeclampsia
La preeclampsia puede resultar confusa la hora de ser diagnosticada, sobre todo porque no siempre se presentan los síntomas característicos. Igualmente, no siempre todas las mujeres presentan los mismos síntomas.
El principal problema, independientemente, es que algunos de los síntomas de la preeclampsia, como las náuseas o la hinchazón, pueden ser interpretados como molestias normales del embarazo.
Es por ello que el profesional debe saber reconocer los signos de alerta de este problema de embarazo de manera eficaz y temprana. Estos son los siguientes:
En el caso de la preeclampsia leve
- Hipertensión arterial.
- Retención de líquidos.
- Proteínas en la orina.
En el caso de la preeclampsia grave
- Dolores de cabeza y visión borrosa.
- Incapacidad para tolerar la luz brillante.
- Fatiga, náuseas y vómitos.
- Orinar en pequeñas cantidades.
- Dolor en el lado derecho de la parte superior del abdomen.
- Tendencia a hacerse moratones fácilmente.
Es muy importante recordar que no todas las mujeres con preeclampsia presentan hinchazón visible o un incremento de peso drástico. Así como no todas las mujeres que lo sufren tienen preeclampsia. Los síntomas, como se ha mencionado anteriormente, pueden resultar confusos.
Factores de riesgo para la preeclampsia
Existen una serie de factores que, además, pueden resultar favorecedores al desarrollo de la preeclampsia. Si la mujer embarazada es primeriza, ha experimentado previamente hipertensión o enfermedades renales, o sus familiares cercanos han padecido preeclampsia, el riesgo de padecerla será mayor.
Así mismo, mujeres con embarazos múltiples, que han padecido previamente hipertensión gestacional o preeclampsia en embarazos anteriores o que tienen un IMC de 30 o mayor, son igualmente más susceptibles. Las mujeres embarazadas menores de 20 años o mayores de 40 también pueden desarrollar preeclampsia con mayor facilidad.
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Prevención
Los profesionales, a través de revisiones prenatales ordinarias, medirán y ordenarán:
- La presión arterial.
- Los niveles de orina.
- Realización de análisis de sangre.
Además, existen otras formas con las que controlar la aparición de este problema como son:
- Pruebas para controlar la coagulación sanguínea, así como las funciones renales.
- Realización de ecografías.
- Realización de un ultrasonido Doppler.
Independientemente de la realización de estas pruebas, no existe un método que de forma asegurada que la evite. Esto es debido a que no todos los factores que contribuyen a la aparición del problema pueden controlarse.
Los profesionales, de forma preventiva natural, siempre recomiendan llevar una dieta equilibrada y hacer ejercicio, además de seguir los controles médicos adecuados.
Tratamiento
El tratamiento depende del momento del embarazo en el que se encuentre la mujer. Esto se debe a que si el problema aparece cerca de la fecha del parto y el bebé se encuentra desarrollado, los profesionales muy posiblemente provoquen el parto lo más pronto posible.
En caso de que la preeclampsia sea leve y el bebé no esté desarrollado, el tratamiento se basará en aumentar las revisiones prenatales. Igualmente, se cambiará la dieta de forma que esta incluya más proteínas.
También es importante consumir menos sal y beber mucha agua. Por último, deberá realizarse mucho reposo. La paciente deberá acostarse sobre su lado izquierdo de forma que aleje el peso del bebé de los vasos sanguíneos principales.
En caso de que se padezca preeclampsia grave, además de los tratamientos anteriores, los profesionales pueden actuar con fármacos para controlar la presión arterial.
La preeclampsia es una importante complicación del embarazo que puede comprometer la vida de la madre y la del futuro bebé. Por ello, realizar hábitos de vida saludables, en especial durante la gestación, y acudir a los controles médicos periódicos son las mejores medidas para prevenirlo.
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