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Cómo proteger la salud de tus pies en invierno

6 minutos
Los pies permanecen ocultos en invierno, bajo gruesas medias y calzado voluminoso. No te olvides de ellos y sigue cuidándolos durante la época fría con esta guía.
Cómo proteger la salud de tus pies en invierno
Leidy Mora Molina

Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina

Escrito por Samanta Ruiz
Última actualización: 05 enero, 2024

Cuando las temperaturas bajan y las condiciones climáticas se vuelven más frías, tenemos que reforzar ciertos cuidados. Nos protegemos con bufandas y guantes, nos ponemos chaquetas para la lluvia, pero ¿cómo atendemos la salud de los pies en invierno?

La estación trae consigo desafíos específicos, desde la sequedad extrema hasta la exposición a temperaturas gélidas con riesgo de lesiones. Dermatitis y sabañones son algunos de los problemas que se concentran en la piel de los pies. Pero también podrán empeorar síntomas subjetivos, como el hormigueo o la sensación de tener las extremidades frías.

Los siguientes consejos contribuirán a que tengas unos pies más saludables. Es el momento de ponerlos en práctica.

1. Hidrata la piel de tus pies en invierno

La sequedad es una preocupación constante en invierno. Para combatirla, la hidratación es la clave.

Puedes optar por cremas hidratantes que estén formuladas para las extremidades. Algunas se comercializan dedicadas en específico a los pies y te las colocas después de bañarte.

Elige las que son ricas en ingredientes capaces de retener la humedad, como la manteca de karité, el aceite de coco y la glicerina. Aplica las cremas con generosidad, en especial, en los talones.

Los talones son más propensos a agrietarse por el tipo de piel que se encuentra en esa zona. Así que si usas una piedra pómez en ellos, antes de hidratarlos, quizás obtengas mejores resultados.

Aunque pueda ser tentador, evita baños o duchas con agua muy caliente. La temperatura elevada elimina los aceites naturales de la piel y contribuye a la sequedad.

2. Elige calzado confortable y abrigado

Es importante elegir calzado apropiado para proteger tus pies del frío y la humedad. Si vas a salir, busca los que sean impermeables y que tengan aislamiento térmico.

En lo posible, compra con una suela antideslizante, para evitar resbalones en superficies mojadas. Respecto a esto, hay formas de medir la capacidad de antideslizamiento, como bien indica una investigación del 2021. Algunas marcas señalan la capacidad en sus etiquetas o en las cajas de embalaje.

También fíjate que no sea un calzado demasiado ajustado. Esto puede contribuir a una mala circulación sanguínea y, además, restringir la ventilación entre las medias y las zapatillas. En ese caso, se acumula más humedad y aumenta el riesgo de proliferación de hongos.

Si vives en una zona donde nieva, considera usar botas altas que cubran tus tobillos. Después de exponer el calzado al agua o a la nieve, sécalo por completo antes de volver a usarlo.

Al llegar a lugares cubiertos, como el sitio de trabajo o tu casa, cambia tu calzado invernal por zapatos secos. Ello prolongará la vida útil de tus prendas y evitará que la humedad se acumule en los pies.

Para la práctica de deportes invernales, no escatimes en la compra de zapatillas o botas diseñadas para ese fin específico. En general, los fabricantes producen materiales y diseños que previenen lesiones típicas del frío, como las ampollas y el congelamiento.

Este calzado especial se consigue, en general, para tres rangos diferentes de clima, como lo detalla el Handbook of Footwear Design and Manufacture:

  • Más de 5 ºC.
  • Entre 5 y -10 ºC.
  • Menos de -10 ºC.

3. Mantén tus uñas

Las uñas también requieren atención especial durante los meses invernales. Si están cortas, podrás prevenir las uñas encarnadas. Además, los bordes cuidados evitarán enganches con los calcetines gruesos que se suelen usar en invierno.

La hidratación también es una necesidad para las uñas de los pies, si pretendes cuidarlas del clima frío. Puedes aplicar aceites esenciales o cremas nutritivas para las cutículas. Otra opción es remojar los pies en agua tibia con unas gotas de aceite de oliva.

4. Haz ejercicios para mejorar la circulación en los pies

La circulación sanguínea puede afectarse por las bajas temperaturas del invierno. El resultado son pies fríos y con sensación de entumecimiento.

Prueba con estos ejercicios simples para realizar a diario, en medio de tu rutina, y calienta tus extremidades:

  • Rotación de tobillos: levanta los pies del suelo y gira los tobillos en círculos, en el sentido de las agujas del reloj y en sentido contrario.
  • Estiramientos de los dedos: extiende las piernas, flexiona los dedos de los pies hacia arriba y mantén la posición durante unos segundos. Luego, flexiona los dedos hacia abajo.
  • Elevación de piernas: siéntate en el suelo o en la cama con las piernas extendidas. Levanta una pierna a la vez y mantén la posición elevada durante unos minutos antes de cambiar de extremidad.
  • Flexión plantar: siéntate con los pies en el suelo y levanta los talones, manteniendo los dedos en el suelo.

5. Realízate masajes

Puedes integrar automasajes en tu rutina de cuidado para mejorar la comodidad de tus pies. No hay contraindicaciones para esta práctica, pero sí debes prestar más atención si tienes alguna enfermedad de base, como la diabetes. En dicho caso, consulta con un profesional de la salud para no lastimar tus extremidades.

Los masajes, tanto en los pies como en las manos, se asocian con reducción de los dolores corporales, disminución de la presión arterial y mejoría del sistema inmunitario. Así lo relata una revisión publicada en Complementary Therapies in Clinical Practice.

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6. Programa un baño de pies semanal en invierno

Un spa para pies es una forma relajante y efectiva de cuidar tus extremidades, sobre todo en invierno. Con el agua tibia y la inmersión relajarás los músculos y reducirás la tensión acumulada durante el día. Además, estarás hidratando tu piel.

Busca un recipiente y coloca agua tibia hasta una altura que cubra tus pies. Puedes añadir unas gotas de aceites esenciales de lavanda, menta o eucalipto. Y si deseas exfoliación, agrega sales de baño caseras.

Sumerge tus pies en el agua tibia y permanece durante 15 a 20 minutos. Para exfoliar mejor, emplea piedra pómez o pasa un cepillo suave para eliminar células muertas.

Al finalizar, seca bien con una toalla y no dejes humedad restante en la piel. Puedes aplicar una crema hidratante.

7. Visita al podólogo

La visita a un podólogo en invierno es tan importante como en cualquier otra temporada del año. Incluso, podría ser más relevante, debido a los desafíos específicos de esta época.

Si ya sufres hongos en las uñas, callosidades o problemas circulatorios, el invierno exacerbará estos problemas. Un podólogo te proporcionará el tratamiento adecuado y el asesoramiento óptimo para mantener tus pies saludables, ya que ambas son competencias de su profesión, como afirman tecnólogos médicos de La Habana.

La piel seca y las grietas también son situaciones que se pueden analizar con el profesional. En la consulta, se podrían identificar signos de condiciones médicas generales que se manifiestan en los pies, como problemas circulatorios, neuropatías o diabetes.

Los pies cuidados en invierno permanecen saludables todo el año

Cuidar los pies en invierno no solo es esencial para evitar molestias, sino también para garantizar tu bienestar general. La salud de nuestras extremidades es una parte importante de la salud de todo el cuerpo.

La inflamación, el dolor y las incomodidades en los pies afectan la calidad de vida. Es posible que ante dichas circunstancias, hagamos menos ejercicio, descansemos peor y nos predispongamos a sufrir otras enfermedades.

Al seguir los consejos que te compartimos, estarás en el camino de mantener tus pies suaves, hidratados y resistentes a las inclemencias del frío. Dedica tiempo y atención a esta parte fundamental de tu cuerpo. ¡Disfruta de la comodidad que te mereces en cada paso que das!


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


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