Pruebas de coeficiente intelectual: ¿cómo surgieron y qué miden?

Las pruebas de coeficiente intelectual han suscitado debates entre los expertos. Para la mayoría de ellos, la inteligencia es un concepto que va mucho más allá de la capacidad para resolver un grupo de preguntas con rapidez.
Pruebas de coeficiente intelectual: ¿cómo surgieron y qué miden?
Elena Sanz

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 25 mayo, 2023

Las pruebas de coeficiente intelectual son herramientas que pueden ayudar a establecer el potencial intelectual de una persona. Estos instrumentos han dado lugar a grandes controversias, ya que muchos expertos piensan que solo miden un pequeño grupo de habilidades intelectuales.

Las pruebas de coeficiente intelectual son test estandarizados. Esto quiere decir que son iguales y se aplican de la misma manera a todos. Este aspecto también genera debate, ya que el concepto occidental de inteligencia no se puede abordar como si fuera universal.

¿Quién desarrolló las pruebas de coeficiente intelectual?

Desde los inicios del siglo XX empezó a hablarse de la inteligencia como una propiedad que podía medirse de forma objetiva. Los primeros en desarrollar pruebas de coeficiente intelectual fueron Alfredo Binet y Théodore Simon, en 1905.

Las pruebas que diseñaron estaban dirigidas a los niños y pretendían establecer la edad mental. En 1915, Lewis Terman se refirió a estos test como medidas de la escala de inteligencia.

Un psicólogo llamado Henry Herbert Goddard tradujo al inglés la prueba de Binet y Simon. Esta comenzó a aplicarse en los Estados Unidos para evaluar las funciones intelectuales básicas y para complementar los diagnósticos de salud mental.

Hoy en día existen numerosas pruebas de coeficiente intelectual. Las más comunes son las siguientes:

  • Escala de inteligencia de Stanford-Binet.
  • Prueba de logros individuales de Peabody.
  • Escalas de habilidad diferencial.
  • Pruebas de discapacidades cognitivas de Woodcock Johnson III.
  • Inteligencia no verbal universal.
  • Prueba de logros individuales de Wechsler.

¿Qué tipos de inteligencia existen?

Hoy en día se habla de varios tipos de inteligencia, aunque no todos los expertos en el tema están de acuerdo sobre este tópico particular. De todos modos, han ganado terreno varias teorías que plantean la existencia de formas diversas de la inteligencia.

Tiene particular relevancia la teoría de la inteligencia cristalizada y fluida de Raymond Cattell. También la teoría bifactorial de Spearman y la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner. Podríamos decir que hoy se habla de 12 tipos de inteligencia: lingüística, lógico-matemática, espacial, musical, corporal y cinestésica, intrapersonal, interpersonal, emocional, naturalista, existencial, creativa y colaborativa.

Inteligencia matemática.
La inteligencia matemática, por ejemplo, es solo una forma más de la capacidad de resolver problemas.

¿Qué significan los resultados de las pruebas de coeficiente intelectual?

La mayoría de las pruebas de coeficiente intelectual miden 4 aspectos:

  • Comprensión verbal.
  • Razonamiento perceptivo.
  • Memoria operativa.
  • Velocidad de procesamiento.

Con base en esto, se asigna un puntaje. Según el puntaje obtenido en las pruebas de coeficiente intelectual, la persona que se haya sometido a estas queda clasificada dentro de uno de los siguientes grupos.


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Capacidad cognitiva nula: puntaje de 0 a 4

Corresponde a una discapacidad intelectual severa. Se estima que menos del 0,000001 % de la población tiene este coeficiente intelectual. Corresponde a quienes no alcanzan siquiera la habilidad de hablar.

Discapacidad cognitiva profunda: puntaje de 5 a 19

Este puntaje corresponde a personas que tienen alguna enfermedad neurológica y presentan anomalías en el funcionamiento motor y en la percepción.

Discapacidad cognitiva grave: puntaje de 20 a 34

Aquí se incluye a quienes logran aprender a hablar y desarrollan habilidades básicas para su cuidado personal.

Discapacidad cognitiva moderada: puntaje de 35 a 54

Las personas con este nivel de discapacidad pueden hablar, aplicar autocuidado básico, hacer trayectos solos por lugares familiares y realizar trabajos elementales bajo supervisión.



Discapacidad cognitiva leve: puntaje de 55 a 69

Alrededor del 87 % de las personas con discapacidad cognitiva corresponden a este grupo. Tienen algún nivel de autonomía, pero requieren de asistencia y orientación en diversas situaciones.

Inteligencia límite: puntaje de 70 a 84

La persona tiene autonomía y realiza por sí sola las tareas básicas de la vida cotidiana. Sin embargo, presenta dificultades de aprendizaje en la escuela.

Debajo de la media: puntaje de 85 a 99

El nivel de inteligencia es un poco menor al del promedio, pero esto es casi imperceptible. Alrededor del 11 % de la población mundial se ubica en esta categoría.

Media de cociente intelectual establecida: puntaje de 100

La mayor parte de la población se encuentra en este rango. Hay autonomía, capacidad para desarrollar tareas comunes, habilidades de aprendizaje y desarrollo normal.

Encima de la media: puntaje de 101 a 119

Es un poco superior al promedio, pero la diferencia no es muy notoria. En general, aprenden con un poco más de facilidad. Se estima que 3 de cada 10 personas corresponden a este grupo.

Inteligencia brillante: puntaje de 120 a 129

El nivel de inteligencia es superior al promedio. Estas personas desempeñan trabajos exigentes que implican actividades complejas y habilidades desarrolladas.

Superdotación intelectual: puntaje de 130 a 139

En este grupo se ubican quienes destacan de forma notoria en las actividades intelectuales. Son capaces de realizar tareas de elevada complejidad, que la mayoría no logra.

Genialidad intelectual: puntaje de 140 a 154

En la escala de las pruebas de coeficiente intelectual el genio es alguien que está capacitado para adquirir todo tipo de aprendizaje con relativa facilidad y resuelve tareas muy complejas. En esta escala se ubica solo una de cada 1000 personas.

Inteligencia superior: puntaje de 155 a 174

Las habilidades intelectuales van más allá de la comprensión general y es frecuente que este tipo de personas tengan dificultades para adaptarse y funcionar en el mundo. 1 de cada 3500 personas tiene este tipo de inteligencia.

Inteligencia excepcional: puntaje de 175 a 184

Dentro de este grupo solo se ubica 1 de cada 700 000 personas. Sus habilidades intelectuales son notorias. Por ejemplo, pueden aprender a leer antes de cumplir los 3 años.

Inteligencia profunda: puntaje de 185 a 201

Solo 1 de cada 18 millones de personas alcanza este puntaje en las pruebas de coeficiente intelectual.

Inteligencia mayor a 201

Se considera improbable que alguna persona alcance este puntaje en las pruebas de coeficiente intelectual. Se estima que solo 1 de cada 8000 millones de personas podría conseguir este resultado, pero la humanidad apenas sobrepasa los 7000 millones.

Cerebro e inteligencia.
La idea de medir las capacidades cerebrales para resolver problemas es muy discutida y no hay consenso sobre estas pruebas de coeficiente intelectual.

¿Cómo saber mi coeficiente intelectual con una prueba?

Por lo general, las pruebas de coeficiente intelectual son aplicadas por psicólogos y pedagogos. Sin embargo, también hay otros profesionales que las efectúan, como médicos, trabajadores sociales y terapeutas ocupacionales.

Es común que sean aplicadas en las escuelas para establecer el promedio de inteligencia en el alumnado. Así mismo, en algunos sitios de trabajo se llevan a cabo dentro de los exámenes de ingreso laboral.

De hecho, hoy en día se pueden encontrar en internet varias pruebas de coeficiente intelectual. Es posible hallarlas a través de un motor de búsqueda. El puntaje final aparece de forma automática y también incluye una interpretación del mismo.

Como se anotó desde un comienzo, las pruebas de coeficiente intelectual son objeto de debate continuo. En el caso de una discapacidad, no sirven por sí solas para determinar el grado de la misma; se requiere de pruebas adicionales.

No se consideran testeos concluyentes. Si bien dan una idea sobre el potencial de inteligencia de una persona, no permiten extraer una conclusión definitiva.


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