Psicología del espacio: ¿la arquitectura interior influye en nuestro comportamiento?
Escrito y verificado por el psicólogo Andrés Carrillo
La psicología del espacio es un concepto relativamente nuevo. Se trata de entender cómo los ambientes que habitan las personas influyen en sus pensamientos y comportamientos. Dicho de otro modo, es aceptar la relación que existe entre los lugares que habitamos y nosotros.
Este aspecto es importante porque promueve una forma de mejorar las experiencias de las personas en relación a su entorno directo. Por ejemplo, aplicando la psicología ambiental podemos prevenir la ansiedad y el estrés por medio del desarrollo de espacios armoniosos.
¿Qué es la psicología del espacio?
Como hemos mencionado, se trata de una relación directamente proporcional entre las características físicas del entorno y el comportamiento de los seres humanos que lo habitan. Ya existen estudios al respecto.
Algunos psicólogos y arquitectos han trabajado en conjunto para demostrar que los espacios naturales y aquellos que han sido construidos provocan diversos efectos en la psique humana. Por ejemplo, los paisajes de la naturaleza son capaces de producir una sensación de paz.
En este orden de ideas, los arquitectos tienen cada vez más en cuenta las necesidades humanas al momento de diseñar. Desde la psicología se promueve que, mientras más ordenado y práctico sea el ambiente, mejor será la experiencia de las personas.
En resumen, la arquitectura y la psicología se unen para desarrollar ambientes que sean habitables para las personas. Un ejemplo de esto son las construcciones que incorporan aspectos de la naturaleza en zonas urbanas; responden a una necesidad de conectar con el medio ambiente.
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¿Cómo impacta la psicología del espacio en nuestra salud?
La salud física y la mental están relacionadas. Es por tal motivo que, cuando estamos estresados o ansiosos, el sistema inmune responde peor. La psicología del espacio tienen un impacto positivo en la salud mental y, por consiguiente, en el bienestar físico.
En definitiva, la mayoría de las enfermedades mentales tienen un componente ambiental significativo. Resulta lógico pensar que cuando se logra disminuir el impacto hostil del ambiente, la calidad de vida de quienes lo habitan mejora.
La psicología ambiental o psicología del espacio busca impactar en los centros neuronales de placer ubicados en el cerebro. Esto quiere decir que, de la misma forma en que podemos llegar a disfrutar de una deliciosa comida, también podemos deleitarnos con la satisfacción de un ambiente armonioso.
Dentro de este orden de ideas, uno de los principales recursos que emplean los arquitectos para generar buenas sensaciones en la psique humana son las proporciones áureas; la simetría que hay en las cosas. Mientras mayor es el nivel de simetría que posee un objeto, mayor será la atracción hacia el.
¿Cómo influye la psicología del espacio en el comportamiento?
Las emociones provocadas por el entorno que habitamos desencadenan ciertas reacciones comportamentales. Esto es que, cuando un lugar nos resulta estresante tendemos a reaccionar de forma hostil; se frunce el ceño, nuestra paciencia disminuye y nos hacemos menos tolerantes.
No es de extrañar que cada vez más los ambientes de trabajo se adapten mejor a las necesidades psicológicas de los trabajadores. En efecto, cuando las personas pasan un tiempo prolongado en un lugar con características desfavorables en términos de habitabilidad se vuelven hostiles. Para evitarlo, se toma en cuenta el diseño de interiores.
Por otro lado, la experiencia de comportamiento se vuelve placentera cuando los espacios cumplen con ciertos criterios de habitabilidad, que van desde la forma del lugar hasta el diseño y la disposición de los objetos. Un ambiente ordenado, limpio y habitable promueve el buen comportamiento.
Algunos entornos que estimulan el comportamiento hostil son aquellos desordenados, con el espacio sobrecargado de objetos. Mientras tanto, los minimalistas suelen tener un efecto relajante.
El espacio en el que nos desarrollamos puede entenderse como una extensión del pensamiento. Dentro de este marco se comprende que un ambiente ordenado y limpio es producto de un estilo de pensamiento con las mismas características. Los diseños de interiores son una manera de expresión.
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¿Cómo procurar un entorno sano?
El entorno no se trata solo de quienes nos rodean. También se debe tomar en cuenta el lugar en el que forjamos la vida.
Ahora bien, para procurar un entorno agradable debemos tomar en cuenta algunos criterios básicos, como lo son el orden, la simetría y la limpieza. En lo referente al orden, se trata de mantener los objetos en lugares que no resulten inconvenientes.
La simetría tiene que ver con la forma típica de los objetos; mientras más típico sea un ambiente, mejor acogido será por las personas. Para finalizar, la limpieza del espacio es una clave indispensable.
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