Psiquiatría nutricional: ¿qué es y en qué ayuda?

La psiquiatría nutricional estudia la relación entre la nutrición y la salud mental. Aunque aún es materia de investigación, los hallazgos son prometedores para el desarrollo de nuevas terapias.
Psiquiatría nutricional: ¿qué es y en qué ayuda?
Maria Patricia Pinero Corredor

Revisado y aprobado por la nutricionista Maria Patricia Pinero Corredor.

Última actualización: 12 diciembre, 2022

Todos queremos tener una buena salud mental, pero los factores que la rodean son complejos. Dentro de estos, la nutrición es crucial y, a su vez, es un campo de estudio en los trastornos psiquiátricos. La falta de nutrientes contribuye a una mala salud cerebral. Justamente, es aquí cuando entra en juego el término psiquiatría nutricional.

Se trata de un nuevo campo de investigación que utiliza alimentos y suplementos nutricionales en el tratamiento y la prevención de las enfermedades mentales. Si bien la medicina convencional aboga más por el uso de fármacos y terapias, en el caso de la depresión, por ejemplo, se ha determinado que la falta de apetito, los alimentos dulces o saltarse las comidas pueden incidir en este trastorno.

Por lo tanto, hay que atender los factores nutricionales que están entrelazados con la cognición, el comportamiento y las emociones humanas. En este artículo te mostramos cómo la psiquiatría nutricional es complementaria para ayudar a mejorar los problemas de salud mental.

¿Cómo influye la dieta en la salud mental?

Según la revista Nutrititon Journal, 4 de las 10 causas principales de discapacidad en los Estados Unidos y otros países desarrollados son los trastornos mentales. Además, una de sus causas puede ser la falta de ciertos nutrientes.

Algunos estudios comentan que muchas afecciones de salud mental pueden comenzar como respuesta inflamatoria del intestino. La capacidad de respuesta se asocia a la falta de probióticos, micronutrientes y omega 3.

Otro grupo de expertos refuerzan estos hallazgos. Por ejemplo, las personas con ansiedad y depresión pueden mejorar su estado de animo con suplementos de zinc, magnesio, omega 3 y vitaminas del complejo B y D3.

En el caso particular del magnesio, se ha encontrado que un suplemento diario de citrato de magnesio conduce a una mejora importante de la depresión y la ansiedad, a cualquier edad, sexo o nivel de la enfermedad.

En cuanto a los omega 3, algunos estudios consideran que son fundamentales para el desarrollo y la función del cerebro. Sus niveles bajos se han relacionado con un bajo estado de ánimo, deterioro cognitivo y mala comprensión.

El uso de probióticos también se ha explorado en la psiquiatría nutricional. Investigaciones han encontrado que tomar a diario bacterias vivas saludables puede disminuir la depresión y la ansiedad. De hecho, algunos especialistas han acuñado el termino «psicobióticos» para referirse a los probióticos con un impacto positivo en la salud mental.

¿Cómo influye la dieta en la salud mental?
Las investigaciones han podido establecer que hay una relación entre la nutrición y la salud mental.


¿Cuál es el objetivo de la psiquiatría nutricional?

Un estudio sobre psiquiatría nutricional plantea ciertos objetivos para abordar la relación entre la nutrición aplicada a los trastornos mentales. Los desafíos clave para este campo de investigación son los siguientes:

  • Ampliar la intervención dietética en trastornos mentales, a nivel clínico y poblacional.
  • Identificar con claridad las causas biológicas que soportan la relación nutrición-desorden mental.
  • Desarrollar estudios científicos que avalen el efecto de nutrientes clave y psicobióticos en las enfermedades mentales. Además, se requiere predecir su respuesta al tratamiento.
  • Realizar estudios observacionales y experimentales en psicosis centrados en la dieta y en los tratamientos dietéticos.

 ¿Cómo debe ser la alimentación según la psiquiatría nutricional?

En la psiquiatría nutricional se incluye una alta ingesta de verduras, cereales integrales, frutos secos, pescados y semillas, con pocos o nulos alimentos procesados. Muchos estudios señalan que los mejores alimentos para el cerebro son aquellos que protegen el corazón y los vasos sanguíneos. A continuación, mencionamos los más emblemáticos en este sentido.

  • Pescado graso: los pescados grasos, como el salmón, las sardinas y la trucha, son fuente de ácidos grasos omega 3. De acuerdo a diferentes investigaciones, pueden ayudar a retrasar el deterioro mental y a prevenir el Alzheimer. Otro estudio habla sobre los omega 3 y su eficacia antidepresiva.
  • Nueces:  según la revista Nutrición Hospitalaria, el ácido graso linolénico contenido en las nuecesayuda a bajar la presión arterial y a mantener las arterias limpias. Esto es bueno tanto para el corazón como para el cerebro.
  • Fresas y arándanos: los pigmentos de estas frutas son las antocianinas. Según un grupo de expertos, actúan como antiinflamatorios y antioxidantes que protegen contra el envejecimiento cerebral y las enfermedades neurodegenerativas.
  • Brócoli y hojas verdes: las verduras verdes como el brócoli, la espinaca, la col rizada y otras coles son abundantes en vitamina K. La ciencia sugiere que la presencia de esta vitamina puede ayudar a retrasar el deterioro cognitivo y a tener una mejor memoria.
  • Café y té: estudios revelan que la cafeína puede estimular la liberación de serotonina, una sustancia que permite sentirse bien. A largo plazo, el consumo de café puede disminuir el riesgo de alzhéimer o párkinson.
  • Cúrcuma: la curcumina, un ingrediente activo de la cúrcuma, es un potente antioxidante y antiinflamatorio. Una revisión detalla los beneficios que tiene sobre la memoria, y otros expertos aseguran que ayuda contra la depresión.


Importancia del microbioma intestinal

La microbioma intestinal se refiere a los millones de bacterias «buenas » que conviven en el tracto digestivo y que desempeñan un papel fundamental en la salud. En la actualidad, existen argumentos acerca de la relación entre la función del cerebro con la microbiota intestinal, y la posibilidad de que influyan en los trastornos neuropsiquiátricos.

Las bacterias «buenas » protegen el revestimiento de los intestinos y aseguran una barrera fuerte contra las toxinas y las bacterias «malas».  Además, tienen un rol bidireccional entre el tracto digestivo y el sistema nervioso central, llamado eje intestino-cerebro.

Algunos expertos consideran este eje como una base para numerosos trastornos neurológicos de gran impacto, como el alzhéimer, el párkinson o la esclerosis múltiple.

Importancia del microbioma intestinal
Parte de la psiquiatría nutricional está orientada en el estudio de la relación entre el equilibrio del microbioma intestinal y la salud mental.

Psiquiatría nutricional: un área en desarrollo

Aunque existe mucha evidencia sobre la calidad de la dieta y las enfermedades mentales comunes, estas se basan en observaciones. Son pocos los ensayos controlados aleatorios que se han realizado al respecto, en especial en grupos clínicos.

La mayoría de los estudios se han centrado en analizar la relación entre la dieta y la depresión. Pero otras enfermedades mentales más graves, como el trastorno bipolar y la esquizofrenia, se han examinado de forma limitada.

A pesar de que la psiconutrición es un área de investigación muy joven, el uso de suplementos dietéticos se convierte en un complemento para mejorar la salud mental en todos los grupos de edad.

Llama la atención que la educación médica aún no incluye el área de conocimiento nutricional para el tratamiento de los trastornos mentales como parte de la formación profesional. Como lo indica un grupo de expertos, el tratamiento médico está dominado por los fármacos (como antidepresivos) y las terapias psiquiátricas. No obstante, estas evitan menos de la mitad de estas enfermedades.

En este sentido, una revisión sugiere recopilar los hallazgos de los estudios de alta calidad e implementar la psiquiatría nutricional en la práctica clínica. Esta es una tarea importante para el futuro de esta área del conocimiento.

Una edición publicada por la Sociedad de Nutrición postula que las intervenciones nutricionales  pueden reducir de manera significativa la carga de las enfermedades mentales. También recomiendan revisar evidencias sólidas y reunir a las comunidades para compartir sus hallazgos.

En concreto, se sugiere investigar sobre el sistema inmune, la biología oxidativa, la plasticidad cerebral y la microbioma-intestino-cerebro como objetivos clave.

Si se quiere una sociedad con más salud mental, los médicos y psiquiatras deben estar claros sobre la relación de la dieta y los trastornos mentales. La psiconutrición debería ser una terapia alternativa o complementaria.


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