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Punción y canulación arterial

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La punción y canulación arterial son técnicas utilizadas de forma habitual en la unidad de cuidados intensivos en diferentes situaciones. Te explicamos todo al respecto a continuación.
Punción y canulación arterial
Alejandro Duarte

Revisado y aprobado por el biotecnólogo Alejandro Duarte

Escrito por Equipo Editorial
Última actualización: 23 mayo, 2023

La punción y canulación arterial es el segundo procedimiento médico más realizado en las unidades de cuidados intensivos. Asimismo, también tiene una importancia fundamental en las unidades quirúrgicas. ¿En qué consiste este procedimiento médico?

Se trata de un proceso sencillo que, bien realizado, no tiene por qué suponer ningún riesgo significativo para el paciente. Concretamente, la punción y canulación arterial es un sistema de control en el período perioperatorio de pacientes inestables que cobra gran importancia debido a la utilidad y eficacia del procedimiento.

Conocimientos anatómicos

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Hay muchos vasos sanguíneos para obtener la muestra.

Ahora bien, para el correcto desarrollo del proceso, es fundamental tener conocimiento de la anatomía arterial. Este es un factor clave para realizar una punción y canulación arterial con éxito.

A modo de simplificación, las arterias que resultan básicas son las siguientes:

  • Arteria radial: consiste en un lugar de elección para llevar a cabo una punción y canulación arterial. Esto se debe principalmente a la facilidad que otorga para localizar su posición anatómica.
  • Arteria braquial: se localiza en posición medial en la fosa antecubital. Para su utilización, se debe mover de forma lateral hasta que se palpe el borde medial del músculo bíceps.
  • Arteria femoral: en este caso, las referencias anatómicas óseas son la cresta ilíaca anterosuperior y el tubérculo de la sínfisis del pubis.

Técnica de punción y canulación arterial

En primer lugar, para el correcto desarrollo de la técnica de punción y canulación arterial, hay que colocar la muñeca en dorsiflexión y sujetar con una pequeña toalla. Seguidamente, el profesional debe palpar el pulso con la mano no dominante.

Es muy importante limpiar la zona en la que se va a trabajar, ya que así se podrán evitar infecciones. Tras la limpieza, se localiza el pulso; es entonces cuando se inserta la aguja formando un ángulo de 30 o 45 grados con la piel.

Como todo procedimiento invasivo, la canulación arterial estará determinada por la consideración del beneficio obtenido, así como sus posibles riesgos.

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Indicaciones y contraindicaciones del procedimiento

La punción y canulación arterial está indicada fundamentalmente en tres situaciones:

  • En caso de que haya que obtener numerosas muestras arteriales. Esto suele realizarse para evitar ciertas molestias al paciente.
  • Inestabilidad hemodinámica: En caso de que el paciente esté en shock con elevadas resistencias vasculares sistémicas. Si ocurre, puede haber una discrepancia significativa entre la presión obtenida por auscultación y palpación y la intraarterial directa.
  • Si hay una necesidad de infusión intraarterial de medicamentos.

Las dos primeras indicaciones mencionadas anteriormente son las más comunes. La tercera, en tanto, suele ser requerida en situaciones más especiales, como pueden ser las angiografías, así como determinados procedimientos quirúrgicos.

Si el paciente únicamente necesita tomas aisladas de sangre arterial para hemogasometrías, no se deben dejar colocadas las cánulas arteriales. En este caso, se realizan punciones arteriales “a demanda”.

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Criterios de selección y características de la arteria seleccionada

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En ocasiones el sangrado puede ser excesivo.

Las características que debe reunir la arteria en la que se realice este procedimiento son las siguientes:

  • Que tenga suficiente diámetro. Así, el catéter no producirá oclusión arterial o trombosis.
  • Debe tener una adecuada circulación colateral.
  • Tiene que ser de fácil acceso a los cuidados de enfermería. En el mismo sentido, el sitio elegido debe ser lo más confortable posible para el paciente.
  • Debe resultar cómoda para la monitorización. Nunca debe situarse en una zona fácil de contaminación.
  • Es importante que no exista infección ni alteraciones cutáneas en la zona. El profesional debe evitar pieles y arterias dañadas por traumatismos, quemaduras o dermatitis grave.

Los lugares más comunes usados son la arteria radial y la femoral, que se utilizan en el 90 % de los casos. Seguidamente, la pedia dorsal, la axilar y, ocasionalmente, la braquial. Cabe mencionar que la arteria temporal se puede canalizar en menores. Más allá de todo esto, en el 90 % de los casos se utilizan la arteria radial y femoral.

Mientras que en las grandes arterias se hace uso de la técnica de Seldinger, en las arterias periféricas se utilizan catéteres de Teflón, no afilados, montados sobre la aguja.

Una técnica sencilla y útil

Habitualmente la canalización es percutánea, de modo que no se recomienda la técnica quirúrgica. Esto se hace así porque aumenta los riesgos de infección y trombosis, además de no aportar grandes ventajas.

En el caso de que haya complicaciones, estas tienen una incidencia del 15 % al 40 %, aunque las clínicamente relevantes suponen aproximadamente un 5 %. Las más comunes son la trombosis, la embolia cerebral, las hemorragias y las infecciones.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


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