¿Qué motiva a Nadal a seguir compitiendo? «Sin objetivos las cosas son mucho más complicadas»

Escrito y verificado por la psicóloga deportiva Gloria Redondo

Última actualización: 30 enero, 2024

Rafa Nadal comunicó, hace poco, que no jugaría el Abierto de Australia debido a una lesión muscular. Su esperado regreso a las canchas, después de casi un año de parón, no duró demasiado. En el partido de cuartos de final de Brisbane contra Jordan Thompson sintió molestias y tomó la decisión de resguardar su cuerpo por un tiempo.

El plan del tenista es llegar a las disputas de abril de 2024 en su mejor estado para competir en Roland Garros. Ahora bien, el mundo del deporte se pregunta: ¿por qué Nadal quiere seguir jugando?

Ha ganado todas las competiciones internacionales. Durante años se mantuvo en primera posición en el ranking ATP. Podría decirse que no le falta nada en su carrera. Entonces, ¿qué lo motiva ahora?

Su capacidad de lucha y sacrificio es algo destacable, pero no lo único. Analicemos qué otros factores explican por qué Nadal quiere seguir jugando.

Trabajar y entrenar por entrenar, sin un objetivo de ser mejor, aunque luego no lo consigas, no tiene sentido, es aburrido.

Motivación intrínseca: hacer algo por el placer que produce

Rafa Nadal tiene la gran suerte de poder vivir de su pasión. Combinar ocupación y afición es algo al alcance de muy pocas personas. Cuando la circunstancia ocurre, existe una motivación añadida que aumenta el rendimiento.

En estos casos estamos hablando de la motivación intrínseca. O lo que es lo mismo: hacer algo por el mero placer que nos proporciona.

En el otro extremo tendríamos la motivación extrínseca, que es realizar una actividad para obtener un incentivo o recompensa material. Es decir, por algo que viene de fuera.

Cuando una tarea se realiza porque en sí misma es gratificante, el desempeño suele ser mayor. Mucho más que cuando algo externo controla lo que hacemos.

Quizás esto explica, en parte, por qué a pesar de que el tenista ahora no levanta tantos trofeos, sigue esforzándose. A pesar de sus más de 20 años de carrera, compite como si el próximo partido más emocionante estuviese a la vuelta de la esquina.

Mi peor rival es el próximo.

Revisar los objetivos

A lo largo de su carrera, uno de los mejores tenistas de la historia ha dejado en claro la importancia que tienen para él los objetivos. De hecho, aseguró: «Sin objetivos, las cosas son mucho más complicadas». Una reflexión que nos da información acerca de la necesidad que tiene de un propósito por el que esforzarse.

Muchos pueden pensar que por estar lesionado, Rafa no tiene objetivos concretos. Pero esto no es la realidad.

Estos últimos años han obligado a Nadal a revisar sus metas. Tuvo que adaptarlas y adecuarlas a su recuperación, su tiempo fuera de la cancha y su capacidad física. No obstante, nunca pierde de vista el plan último de competir.

Todo deportista debería establecerse metas a corto, mediano y largo plazo. Es una técnica que potencia el rendimiento deportivo, tal y como señala un estudio de la Universidad de Sevilla.

Además, una de las principales características que deben cumplir los objetivos es que tienen que ser flexibles. Hay que tener en cuenta que surgirán imprevistos fuera de nuestro control, por lo que la capacidad de adaptación será nuestra mejor aliada.

Siempre trabajo con una meta y es mejorar como jugador y persona.

Sacar lecciones de cada situación vivida

La capacidad de tomar un aprendizaje de cada evento, ya sea positivo o negativo, es toda una virtud. Es habitual que los atletas celebren sus éxitos y lloren las derrotas, pero no es frecuente que haya un análisis acerca del impacto personal de la experiencia atravesada.

Rafa Nadal no cumple con ese paradigma. Él es capaz de sacar partido de todas las competiciones y ver los eventos en términos de crecimiento personal, no como una dicotomía de ganar o perder. Quizás, por esa razón, a pesar de tantas lesiones, consiguió retornar más fuerte de ellas.

Esta cualidad, muy relacionada con la resiliencia, hace que uno pueda crecer en la adversidad. En una revisión publicada en los Cuadernos de Psicología del Deporte, se afirma que esta variable se relaciona con otros constructos que potencian el rendimiento deportivo, como la motivación, la autoconfianza y la concentración.

Perder no es mi enemigo. El miedo a perder es mi enemigo.

La relevancia del factor mental

En varias ocasiones, el tenista español habló de la relevancia que tiene para él trabajar la mente. En una entrevista afirmó lo siguiente: «Uno debe poner remedio cuando tiene problemas mentales, enfermedades… Uno debe trabajar con profesionales para solventarlos. A la salud mental hay que entrenarla».

Parte de su éxito se debe a que, para él, los factores físicos y psicológicos están al mismo nivel. E incluso, en momentos en los que el cuerpo no responde como nos gustaría, esta faceta mental debe ser más preponderante.

Si bien es cierto que Rafa Nadal no cuenta con un psicólogo oficial dentro de su cuerpo técnico, esto no quiere decir que no recurra a técnicas de la psicología para mejorar su rendimiento. En entrevistas comentó que, a su modo, se valía de la autodisciplina y la orientación al momento presente.

La parte mental es muy importante, porque al final siempre vienen momentos malos y tienes que estar preparado para aceptarlos y así superarlos.

Nadal quiere seguir jugando porque todavía tiene mucho que demostrar

Rafa es uno de los tenistas más laureados de la historia. Por desgracia, en los últimos años, los problemas musculares y el encadenamiento de lesiones le impidieron dar siempre su mejor versión.

A lo largo de su carrera afrontó diversos reveses. De todos ellos fue capaz de recuperarse y volver a la pista.

Sin embargo, en la actualidad, se acumulan las lesiones, el desgaste y la edad. Algunos periodistas deportivos afirman que hasta podría ser contraproducente para su salud continuar en las competencias de élite.

No es fácil responder a la pregunta de por qué Nadal quiere seguir jugando. La única respuesta certera y real la tiene el tenista en su cabeza.

Entender por completo su fortaleza mental es algo solo a su alcance. No obstante, es posible aprender mucho de él.

La forma de gestionar sus inconvenientes lo transforman en un ganador nato. Es muy probable que pronto vuelva a dar la mejor versión, a la que nos tiene acostumbrados. En Roland Garros y en los Juegos Olímpicos de París todavía tiene mucho que demostrar.