¿Qué significa ser «niño cristal»?
Revisado y aprobado por la pediatra Marcela Caffulli
El niño cristal forma parte de una generación que promete intervenir en el mundo por medio del amor, la paz y la armonía. Por tanto, es un niño con una sensibilidad especial, muy conectado con la empatía.
De hecho, se considera que un niño cristal tiene la capacidad de liderar grandes cambios y llevar al mundo a una nueva etapa más justa y tolerante. Pero, ¿qué hay de cierto en esta teoría? Profundicemos.
Los niños del tercer milenio
Se dice que la piedra fundamental para la transformación del mundo son los niños. Desde hace años, existe una teoría —con cierta tendencia espiritual— que indica que la humanidad mejorará poco a poco mediante la alteración genética de una o más generaciones.
Desde esta idea, se clasifica a los niños de acuerdo a sus patrones psicológicos y a sus comportamientos inusuales. Algunos opinan que la primera generación de niños espirituales llegó a la tierra durante los años 50 o 60. Sin embargo, sus intentos por mejorar al mundo no fueron tomados en cuenta.
Como resultado, desde los 70 hasta los inicios de los 90, llegó otra generación conocida como los niños índigo. Estos, por su parte, serían de carácter aguerrido, y se les conocería como «rompedores de sistemas». Tendrían, además, la misión de luchar contra las acciones y actitudes que no provengan del amor.
Los niños índigo buscarían también el respeto por los valores humanos y la honestidad. No obstante, en la actualidad se han presentado infantes con una naturaleza distinta: los niños cristal.
El primero en identificar a esta generación fue Steve Rother, en el año de 1999. En 2002, publicó de manera oficial sus hallazgos en un capítulo de su libro Re-member: A Handbook for Human Evolution.
¿Quiénes son los niños cristal?
Los niños cristal son seres pacificadores que buscan la verdad y el equilibrio entre lo intuitivo y lo irracional. Al contrario de los niños índigo, quienes conseguirán que la humanidad se enfoque en el bienestar humano por medio del cambio, el niño cristal tiene por misión la sanación.
El niño cristal suele ser muy bello, con un aura pura y luminosa, de ojos grandes y muy expresivos. Son niños con dos atributos muy particulares: tienen poderosas habilidades que suelen percibirse como extraordinarias y cuentan con una sensibilidad muy acentuada frente a la energía con vibración más baja.
Hoy en día, existe corriente robusta que identifica como niños cristal, a todo niño nacido a partir del año 2000, los cuales se diferencian por ciertas consideraciones psicológicas centrales tales como la empatía, la generosidad y el sentido de la gratitud, entre otros.
¿Qué significa «niño cristal»?
«Índigo» o «cristal» no son etiquetas. Se refieren a diferentes niveles de expansión de la conciencia. Esta generación de pequeños se asocia con la vibración cristal, una energía que vibra en todos los seres vivos. A medida que se da el movimiento de un plano de conciencia a otro, se eleva la vibración de la persona.
Según se cree, la frecuencia vibratoria cristal es una de las formas más puras que tiene la materia para manifestarse. De hecho, la energía cristal manifiesta el equilibrio exacto entre las polaridades energéticas (masculino-femenino, pensar-sentir). Así que este tipo de energía es la que vibra de manera particular en estos niños.
¿Cómo es el niño cristal?
Esta generación de niños es de carácter tranquilo, sanador, conciliador, pacífico, amoroso y compasivo. En el libro Crianças Cristal: A transformação do ser humano, se señala que estos niños «promoverán verdaderos saltos cuánticos y cualitativos en el despertar de la conciencia colectiva.»
Esto se debe a que tienen un temperamento equilibrado. Por ejemplo, les encanta traer paz, dar besos y abrazos, incluso, desde antes de aprender a hablar. Asimismo, son muy discretos. No suelen destacar y prefieren pasar inadvertidos, a pesar de llamar la atención de personas sensibles. Veamos otras características que Doreen Virtue recoge en su libro Los niños de cristal.
1. Tienen una personalidad atrayente
Su esencia y naturaleza atrae a las personas con las que se relacionan. Su presencia es demasiado cautivadora, tanto que es irresistible no interactuar con ellos. Esto hace que quienes los conocen se sientan muy cómodos en su compañía.
2. Son niños cariñosos
Muestran un afecto auténtico hacia los demás, el mundo, la naturaleza y los animales. Su cariño es muy sincero y desinteresado. Expresan su amor de manera libre, espontánea y sin presión. Su forma de ser es amable y amorosa, y tienden a tratar a los demás con dulzura y comprensión.
3. Son equilibrados
Este tipo de niños del tercer milenio tienen una gran estabilidad emocional. Este rasgo les permite afrontar situaciones adversas sin perder esa tranquilidad que los caracteriza. Además, tienen un sentido muy fuerte de lo que son, conocen su esencia, lo que les ayuda a mantenerse centrados en circunstancias intensas.
4. Tienen un gran sentido musical
Su afinidad con la música es notable. Son capaces de desarrollar y mostrar habilidades impresionantes al tocar un instrumento. Cantar también se les da muy bien y aprecian las canciones profundas y significativas que los conmueven.
5. Perdonan con facilidad
Debido a que su naturaleza es comprensiva y amorosa, no les cuesta perdonar y no abrigan rencores ni remordimientos en sus corazones. Además, son capaces de olvidar y dejar en el pasado los conflictos. El inmenso valor que le dan a la paz y a la armonía los mueve a no perpetuar los problemas con los demás.
6. Son sensitivos y empáticos
Los niños de cristal viven con profundidad y sentido sus experiencias emocionales. La empatía que los caracteriza les permite comprender los sentimientos, ideas y vivencias de otros. De igual modo, su gran habilidad para ponerse en el lugar de los demás fortalece y facilita su habilidad para conectar con las personas.
7. Tienen una conexión especial con la naturaleza
La vida vegetal y animal no le resulta indiferente a este tipo de niños. Más bien, saben centrar su atención en ella porque reconocen que ellos mismos son una extensión de esa naturaleza que los rodea. Se sienten unidos a las plantas, a los animales, a los elementos del mundo, al espacio y al aire libre despejado de toda contaminación.
8. Poseen habilidades de sanación
Se piensa que los niños cristal tienen una capacidad especial para brindar sanación, mediante la energía, el tacto y la presencia. Hay quienes creen que pueden aliviar dolores y malestares corporales, psíquicos y espirituales.
9. Facilidad de adaptación
Dadas las características fijadas, junto al mundo cambiante en el que les ha tocado vivir, estos niños, poseen amplia capacidad de adecuación. Aspecto que les ayuda a relacionarse de forma muy positiva con el entorno, del mismo modo que acostumbra a suceder con sus iguales y superiores.
A pesar de todas estas cualidades positivas, dentro de la medicina tradicional, al niño cristal se le suele asociar con ciertos trastornos del desarrollo. Por ejemplo: el síndrome de déficit de atención, el síndrome de Asperger o la condición del espectro autista. No obstante, el pronóstico no tiene que ver con las causas de su comportamiento, pues estos niños tienen un alto propósito de vida.
En el ya mencionado libro de Steve Rother, el autor identifica a grandes rasgos los principales atributos de estos pequeños con el objetivo de alcanzar una mejor definición de los niños cristal. El niño cristal cuenta con habilidades psicocinéticas, hipersensibilidad vibratoria y conexión con la tierra. También, siente empatía emocional, alergia por el miedo, entre otras características.
¿Estos niños existen?
La teoría de los niños del tercer milenio aún no tiene comprobación científica. De hecho, dichas cualidades y atributos pueden aplicarse a cualquier niño, en cualquier lugar y época. Por otra parte, debemos recordar que cada niño y cada persona es diferente e irrepetible.
Ser niño cristal o índigo es una forma de describir características psicoenergéticas. El objetivo de esta clasificación es comprender a estos pequeños, pero sobre todo, su mensaje.
La búsqueda de la mejora y de los cambios sociales debe venir de las nuevas generaciones. Ellos tienen la llave para concienciar a sus contemporáneos y para liderar grandes cambios.
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- Aisenberg, S., & Melamud, E. (2004). Niños cristal: un puente al corazón. Editorial Kier.
- Cañete, I. (2022). Crianças Cristal: A transformação do ser humano. Digitaliza Conteudo.
- Rother, Steve. (2011). Re-member (A Handbook for Human Evolution). Lightworker Publication.
- Virtue, D. (2003). Los niños de cristal. Obelisco. https://www.academia.edu/22819764/LOS_NI%C3%91OS_DE_CRISTAL
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