15 reflexiones sobre el amor

Te presentamos algunas reflexiones sobre el amor que te harán reinterpretar algunas ideas que tienes al respecto.
15 reflexiones sobre el amor
Elena Sanz

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 05 noviembre, 2021

Se han dicho tantas cosas sobre el amor, que hoy todo ser humano debería saber qué es, cuál es su importancia y cómo hacer para que prospere. Sin embargo, en la práctica vemos que algunos navegan perdidos cuando se alejan de la costa para encontrarlo. Es por esto que te presentamos 15 reflexiones sobre el amor para que pienses en él desde un prisma diferente.

Nuestro objetivo no es hacerte cambiar de parecer, tampoco que sufras una epifanía sobre su verdadero significado. Al contrario, queremos que al leer las reflexiones sobre el amor medites sobre él a través de ideas diferentes. Con algo de suerte, podrás aplicar algunas de estas y lograr así gestionarlo de una mejor forma en tu vida.

15 ideas para reflexionar sobre el amor

Cuando pensamos en el amor generalmente lo hacemos en el contexto de una relación de pareja. La publicidad, las películas y la forma en la que está construida nuestra sociedad nos hacen creer que el sentimiento es más potente en estos casos. Sin embargo, y como no podría ser de otra manera, el amor baña casi todos los aspectos de la vida.



El amor es el sentimiento de afecto que le profesas a alguien. Va mucho más allá de ello, por supuesto, ya que ese afecto se acompaña de un ideal de bienestar, prosperidad y felicidad hacia esa persona. Aunque podemos reseñar muchas cosas al respecto, te dejamos con 15 reflexiones sobre el amor.

1. Un proyecto de vida en común

Si pensamos en el amor contextualizado en las relaciones, este siempre se relacionará con un proyecto de vida en común. Por supuesto, esto en el caso de que se desee compartir el amor con una persona durante varios años. El amor ocasional o sexual no tiene por qué demandar esta característica.



En todo caso, no puedes amar en una relación de pareja sin que medie un proyecto de vida. Uno que debe ser compartido por ambos. Sin él, la relación está condenada al fracaso, a la desilusión o en todo caso a los problemas. Todo esto sin importar cuánto amor se profesen ambos amantes o cuál sea la intensidad del deseo.

Una relación de pareja solo puede triunfar cuando ambos miran hacia la misma dirección. Si lo hacen en direcciones opuestas, existen dos desenlaces posibles: a) tarde o temprano seguirán caminos diferentes o b) uno de los dos le dará la espalda a lo que desea para su vida; lo que siempre acaba en frustraciones.

En síntesis, el amor no es suficiente para que una relación triunfe. Lo es en la medida en que se complementa con un proyecto de vida en común. Si entiendes esto, y asimilas las dos posibilidades que hemos dado, podrás gestionar las expectativas de tus relaciones de cara al futuro.

2. No existe equidad en el amor

Algunas reflexiones sobre el amor implican la capacidad de adaptación
Los sentimientos hacia la pareja no siempre se mantienen en la misma intensidad. De hecho, una relación estable puede pasar por una montaña rusa de emociones.

Por desgracia (o por fortuna) no existe una máquina para medir cuánto amamos. A pesar de ello, es un hecho que es imposible hablar de un equilibrio en cuanto al grado de enamoramiento de los amantes. Nunca existirá una relación de equilibrio, ya que siempre uno de los dos amará con mayor intensidad al otro.

Esto no tiene por qué ser negativo; al contrario, es el bote salvavidas que muchas veces evita que la relación naufrague. El que ames más a tu pareja, o que esta te ame más a ti, no tiene por qué condicionar otros ingredientes claves en una relación: el respeto, la tolerancia, el compromiso y muchos otros más.

Por esta razón, nunca es apropiado resaltar esta desigualdad de sentimientos. Siempre existirá, y no puedes obligar a alguien a que te ame más o te ame menos. Dado que no se trata de un sentimiento monolítico, siempre es posible que en el futuro se intercambien los papeles.

La inequidad en el amor también se puede interpretar desde las acciones. No esperes la misma cantidad de esfuerzo, gestos o participación en las cosas que ambos hacen. En mayor o menor medida existirá desigualdad, y es importante tratar de no enojarse por ello. Sin embargo, la relación ha de ser recírproca y el grado de entrega ha de ser similar aunque nunca llegue a ser exactamente el mismo.

3. Sin compromiso no hay futuro

Ha llegado el momento en nuestras reflexiones sobre el amor de hablar sobre el compromiso. El compromiso, dicho rápidamente, es el acuerdo al que han llegado dos personas hacia algo; con frecuencia luego de hacer algunas concesiones previas.

Debe existir compromiso de que existirá una correspondencia de ese amor; compromiso de que existirá fidelidad de por medio, compromiso a luchar y esforzarse para que la relación triunfe, compromiso para tratar de hacer feliz al otro o al menos procurarle su bienestar; compromiso en ayudarlo, respetarlo y apoyarlo.

Estos son algunos ejemplos del compromiso en una relación de pareja. Todos ellos no son más que manifestaciones del amor. Es decir, quien se compromete a ayudar, respetar o apoyar a una persona no está demostrando más que materialmente su amor. Estar comprometido con alguien no es otra cosa que ejemplificar cuánto se ama.

4. El amor puede no ser correspondido

Otra de las grandes reflexiones del amor es asimilar que este puede no ser correspondido. Esto también se puede entender como que el amor se agota, no es eterno o inquebrantable. Nuestra sociedad actual está en gran medida presa de la erotomanía. Esto es, el delirio idealizado de que alguien está enamorado de nosotros.

Sin embargo, la experiencia con la realidad nos grita que el amor no siempre es correspondido. Cuando enfrentamos cara a cara a un amor de este tipo, y de acuerdo con los investigadores, experimentamos sentimientos de humillación, ira y angustia.

Algunos expertos han catalogado cinco tipos de amores no correspondidos, los cuales se asocian con distintos niveles de intensidad, pasión o apego:

  • Amor hacia alguien que no está disponible (está casado, por ejemplo).
  • Amor hacia alguien cercano.
  • Perseguir un objeto de amor (casi de forma patológica).
  • Anhelar a un amante pasado.
  • Estar en medio de una relación amorosa desigual.

Amar a alguien no es una garantía para que este nos corresponda con el mismo sentimiento. Esto parece algo muy evidente, pero día a día miles de personas en todo el mundo padecen de angustia por ello. La no correspondencia del amor también puede ocurrir entre parejas, incluso cuando entre ellos medien años y cientos de experiencias en común.

5. Tus prioridades también importan

Nuestra sociedad asocia con frecuencia el amor con el apego, la dependencia o la aprehensión. Todo esto lleva a anteponer las prioridades personales por debajo de aquellas que pertenecen a quien amamos. En gran medida esta es una concepción cultural, una que en ocasiones puede ser difícil dejar atrás.

Amar no implica deshacerte de tus prioridades, tus sueños, tus ideas o ilusiones por satisfacer a alguien. Por supuesto que hay que hacer concesiones, pero estas deben ser bidireccionales y en ningún momento situarte en una posición de inferioridad.

El apego es un proceso natural en una relación. Es lo que te motiva a luchar por ella, querer pasar tiempo con tu amante y disfrutar de los momentos en común. Pero lo cierto es que una cosa es el apego sano y otra aquel que se practica de manera patológica.

De acuerdo con los estudios y las investigaciones, el apego excesivo hacia una persona se relaciona con mayores eventos emocionales dolorosos. Amar no es reemplazar, abandonar o anclar tu identidad por otra. Tampoco depender de alguien para ser feliz, o dejar atrás quién eres o qué deseas hacer por satisfacerlo.

6. El amor se forja en las circunstancias difíciles

Sí, es otra de las reflexiones sobre el amor romántico que podemos catalogar como obvias. Sucede, al igual que todas las demás, que la mayoría olvida ponerla en práctica. Es muy fácil amar cuando la montaña rusa se encuentra en pleno ascenso o cuando está en la cima; más complicado cuando está descendiendo a toda velocidad.

Es por esto que el amor, o al menos el amor verdadero, se forja en las circunstancias difíciles. Aquellas en las que se pone a prueba y se valora cuál es su naturaleza. Al igual que solo sabes cuáles son tus capacidades en los momentos en los que debes manifestarlas, solo podrás saber cuánto amas o cuánto te aman en las circunstancias más difíciles.

Distancia, dificultades económicas, peleas y conflictos de cualquier tipo. Desde los más simples hasta los más complejos. En ellos descubres quién es verdaderamente la persona que amas, cómo se corresponden sus palabras con la realidad y cómo tú también las aplicas.

7. Establecer límites es fundamental

En el orden con otras reflexiones sobre el amor en pareja, establecer límites es fundamental. Aprender a decir que no, a disentir con la pareja y hacer cosas en común solo cuando hay un consenso previo no es discutible. No se puede usar la excusa del amor como un cheque en blanco para permitir o hacer absolutamente todo por la pareja.

La madurez juega un papel fundamental en todo esto, algo en lo que están de acuerdo los especialistas. Cuando tienes suficiente madurez; esto es, cuando sabes gestionar tu amor, entiendes que los límites forman parte de una relación. No permitas que esa persona cruce el límite sin tu consentimiento, sin importar la intensidad del amor o de la pasión que sientas hacia ella.

8. La comunicación y el respeto son claves

No podemos hablar de amor sin hacer referencia a la comunicación y el respeto. Por supuesto que podemos mencionar otros valores, pero estos son los más básicos e imprescindibles. Si amas a alguien te comunicas con ella, te interesas por lo que hace y no procuras interrumpir o infravalorar los momentos en que dialogan.

A su vez, le demuestras respeto, eres tolerante con ella y no intentas imponer una idea o una acción a la fuerza. Toda relación de amor que se cimente sobre el respeto y la comunicación será próspera; lo cual no quiere decir que será eterna. Asimila estos ideales como muestra de que sabes gestionar con propiedad el sentimiento.

9. De cada relación puedes aprender

No solo puedes aprender, sino que debes aprender. Tus relaciones pasadas son un campo de experiencias desde el que puedes extraer cientos de enseñanzas. Solo debes estar dispuesto a revisarlas desde un punto de vista objetivo. Si no logras aprender algo de una relación, entonces en el fondo esta ha sido inútil.

Puedes aprender sobre ti mismo, sobre lo que esperas de los demás y sobre el mundo en general. Aprendes de los errores que cometiste, los que cometieron los demás y los usas para corregirlos en tus relaciones venideras. Aprendes qué hacer y qué no hacer para evitar situaciones tóxicas, desagradables o en todo caso ideas para gestionarlas mejor.

10. Existen muchos tipos de amor

Una de las reflexiones sobre el amor verdadero que no podíamos dejar por fuera. Existen muchas formas de amar, lo que se traduce a su vez en muchos tipos de relaciones amorosas. Se trata de un sentimiento que no se agota en una categoría, o que debe permanecer estático a lo largo de tu vida.

Si haces una retrospectiva de seguro descubrirás que tu idea sobre el amor habrá cambiado a lo largo de los años. Entre otras cosas, han cambiado tus prioridades, tus expectativas, tu idea de belleza, de afecto o la manera en que gestionas tus emociones.

El que no compartas o no entiendas un tipo de amor no implica que lo condenes. En tu vida conocerás a personas que simpatizan con una idea que no se corresponde con tus ideales, como lo puede ser el amor libre. Está en ti si lo aceptas o no, aunque lo importante es que definas qué crees que es y cuál de todos deseas asimilar en tus relaciones.

11. El amor es una experiencia química

Sin el ánimo de apagar la llama de la pasión, debes recordar que el amor es una experiencia química. De ello te hemos hablado con meticulosidad en nuestro artículo qué es el amor, de modo que te invitamos a leerlo para entender el proceso.

En resumen, y siguiendo a la doctora Helen Fisher, diferentes manifestaciones del amor se relacionan con procesos químicos. El cerebro libera determinadas hormonas cuando atraviesas las etapas de lujuria, atracción y apego. Las primeras dos operan a través de una explosión química temporal, mientras que la última es permanente.

En ello radica el que no sientas lo mismo durante la primera semana de relación que luego de dos años. Al inicio, tu organismo está bombardeado de hormonas como la dopamina, la noradrenalina y la serotonina. Estas luego dan paso a la oxitocina y la vasopresina, las cuales provocan menos mariposas en el estómago.

12. No le debes nada a nadie

Las reflexiones sobre el amor incluyen cuándo esperar algo a cambio
Todo lo que se hace en una relación debe ser de forma desinteresada y buscando el bien común, no esperando algo a cambio.

Una de las ideas erróneas que se tienen al momento de amar es que lo haces porque se lo debes a una persona. Esto te puede llevar, entre otras cosas, a permanecer de manera forzada en una relación o tratar de recompensar continuamente un “favor ” que ha hecho tu pareja por ti.

No le debes nada a tu pareja, entendiendo esto como acciones que debes hacer de manera obligatoria como retribución por algo. Las cosas que uno u otro aportan a la relación se hacen en pro de ella, de forma voluntaria y sin pensar en compensaciones posteriores. Si eliminas esta idea, podrás gestionar tus relaciones sin sentir culpa y sin condicionar tus decisiones o lo que haces.

13. Todos tienen un pasado

Otra de las grandes obviedades de nuestras reflexiones sobre el amor. Sin embargo, ¿cuántas veces el pasado de una pareja ha condicionado lo que piensas de ella? En este caso haremos referencia a sus relaciones pasadas, quizá el objeto más común cuando se indaga en la historia de un amante.

Si de verdad pretendes amar no puedes condicionar ese amor por el pasado romántico o sexual de tu pareja. Todos tienen un pasado, incluso tú. Como ya hemos comentado sobre el equilibrio es imposible que exista una relación equidistante entre tus experiencias y las de ella. Él podrá haber amado más y tú menos, y esto no tiene por qué determinar tu relación.

14. Las acciones valen más que mil palabras

Una de las reflexiones sobre el amor más importantes, en parte porque es lo que demuestra materialmente cuando alguien ama de verdad. Encadenar palabras melifluas, de encanto o de exaltación es muy fácil. Prometer acciones o proyectos, también.

Sin embargo, lo que importa es cómo esas palabras, promesas y proyectos se corresponden con la realidad. No ama quien solo promete amor, sino quien lo demuestra. Sin esto último, el amor prometido es solo una ilusión, un manera suave de decir que es inexistente.

Si de verdad amas a alguien, o alguien te ama a ti, entonces se crearán situaciones en las que se demuestre. Por supuesto, se hará con palabras, pero también con acciones. Incluso, estas últimas pueden sustituir perfectamente a las primeras como manifestación del amor, algo que no sucede en el caso contrario.

15. Tienes que identificar cuándo es mejor decir adiós

Por último, una de las reflexiones sobre el amor imprescindible es reconocer cuándo es momento de decir adiós. La suma de todo lo que hemos comentado concluye en esta idea, una que además demuestra la madurez emocional y sentimental de una persona.

El que el amor se forje en los malos momentos no implica en persistir en ellos indefinidamente. En especial cuando no existe un proyecto de vida en común, se trata de un amor no correspondido, no hay compromiso del otro, se anteponen la prioridades, no hay respeto ni comunicación y tampoco otros elementos que presentamos.

En definitiva, amar implica saber cuál es momento para dar un paso atrás. Esto se hace porque por encima del amor hacia los demás existe el amor propio. Esta es la base que sostiene al sentimiento, una que debe guiar toda manifestación que hagas de él.

Con estas palabras cerramos nuestras 15 reflexiones sobre el amor. Como te prometimos al principio no esperamos que estas te hayan hecho cambiar de parecer, aunque al menos sí que te hayan motivado a pensar en tus relaciones pasadas o en la actual.


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