¿Qué relación existe entre las hemorroides y el embarazo?
Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina
Las hemorroides son una enfermedad incómoda y penosa que surge con más frecuencia durante el embarazo. También se les conoce como almorranas y corresponden a una dilatación de las venas en la zona rectal.
Algunas mujeres solo desarrollan las hemorroides durante el embarazo, mientras que otras también tienen este problema en otros momentos de la vida. En todo caso es más común que esto ocurra durante la gestación: se estima que hasta el 50 % de las mujeres embarazadas las padecen.
Lo habitual es que las hemorroides se desarrollen a partir del segundo trimestre de la gestación. También suelen aparecer durante y después del parto. Aunque no ponen en riesgo el embarazo, sí causan muchas molestias que, de todos modos, pueden prevenirse y tratarse.
¿Qué son las hemorroides?
Los vasos sanguíneos de la zona rectal se inflaman y producen dolor y picazón.Las hemorroides son vasos sanguíneos inflamados que se localizan en la zona rectal. Se ven como almohadillas hinchadas en el ano o en la parte inferior del recto. Tales almohadillas contienen muchas venas y arterias.
Estas inflamaciones tienen tamaños muy variados. Suelen causar dolor y picazón, que por lo general se incrementa durante las deposiciones. Las hemorroides tienden a sangrar por lo que pueden causar nerviosismo en una mujer embarazada.
A veces, causan dolor e incomodidad para sentarse o caminar. Incluso podría ser difícil encontrar una posición cómoda para dormir. Las hemorroides pueden ser de dos tipos, como veremos a continuación.
Tipos
Las hemorroides pueden ser internas o externas. Las primeras aparecen dentro del ano, en la zona donde comienza el recto. Si son muy grandes, pueden salir por el ano, lo cual se denomina «prolapso» o «hemorroides prolapsadas».
A menos que se presente el prolapso, este tipo de hemorroides suelen ser menos dolorosas que las externas, pero tienden a sangrar más. Por su parte, las hemorroides externas surgen por fuera del ano y, por lo general, son más dolorosas y molestas.
Las hemorroides externas se ven como bultos dolorosos alrededor del ano y causan gran incomodidad para sentarse. También pueden sangrar o hacerse aún más dolorosas si se les tensiona.
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¿Qué causa las hemorroides durante el embarazo?
Hay varios factores que inciden para que surjan las hemorroides durante el embarazo. En primer lugar, el crecimiento del feto hace que el útero se agrande y esto, a su vez, genera mayor presión sobre los vasos sanguíneos que están en el ano y el recto.
Por otro lado, también puede influir el incremento de la hormona progesterona durante el embarazo. Esto lleva a que las paredes de las venas estén más relajadas y, por lo tanto, sean más propensas a inflamarse.
Asimismo, se estima que hasta el 38 % de las mujeres embarazadas padecen de estreñimiento. Esto se debe a que el crecimiento del útero presiona el intestino y, a veces, al consumo de suplementos de hierro. A su vez, las hormonas del embarazo hacen que el tránsito intestinal se ralentice.
Todo en conjunto lleva a que las heces se vuelvan más duras y que para eliminarlas se haga más presión sobre las venas rectales. Esto conduce a la inflamación. Lo más habitual es que las mujeres que han tenido este problema antes del embarazo, también lo desarrollen durante el mismo.
Tratamientos disponibles
A veces, las hemorroides desaparecen por sí solas después del embarazo y del parto, sin ningún tratamiento. Sin embargo, no es buena idea dejarlas sin tratar, ya que pueden empeorar y afectar la calidad de vida de forma significativa o provocar complicaciones de importancia.
Lo usual es que se acuda primero a tratamientos caseros, ya que estos suelen ser eficaces en la mayoría de los casos. Si no hay mejoría, lo indicado es acudir al médico para iniciar un tratamiento más formal. ¿Cómo tratar las hemorroides durante el embarazo? Veamos.
En casa
Algunas de las medidas caseras que podrían ayudar a reducir la inflamación y a aliviar los síntomas son las siguientes:
- No permanecer sentada o de pie por mucho tiempo. Lo más conveniente es caminar por un breve lapso, en promedio cada hora.
- Hacer ejercicio. Una tanda de ejercicios diaria de 30 minutos es muy conveniente para activar la circulación.
- Usar una almohada o un cojín circular para sentarse.
- Baño tibio. Un baño de asiento con agua tibia, varias veces al día, ayuda a aliviar el dolor.
- Compresas frías. Las compresas frías o de hielo aplicadas en la zona ayudan a reducir la inflamación y el dolor.
- Usar toallitas húmedas. Son preferibles al papel higiénico. Mejor si vienen con hamamelis. En todo caso, no deben contener perfume ni alcohol.
- Acostarse del lado izquierdo. Esta posición es mejor para dormir y se puede adoptar varias veces al día para aliviar las molestias.
- Ejercicios de Kegel. No solo ayudan a prepararse para el parto, sino que también contribuyen a aliviar las hemorroides.
En la consulta médica
Siempre es conveniente consultar al médico cuando haya sangrado durante el embarazo, incluso si se tiene la aparente certeza de que este se origina en las hemorroides. De ser así, de todos modos, el médico puede ayudar en el manejo de estas.
Lo usual es que el médico recete algún laxante o algunos supositorios para tratar el estreñimiento. También es posible que recete medicamentos para el dolor, así como alguna crema que alivie los síntomas y no sea riesgosa para el embarazo.
De igual modo, el médico podría prescribir alguno de los siguientes tratamientos:
- Ligadura con banda elástica. Se coloca una banda de goma alrededor de la base de las hemorroides. Esto detiene el flujo sanguíneo y en unos 10 a 12 días, el bulto se cae. En su lugar, queda una cicatriz que impide la reaparición del problema en el mismo lugar.
- Escleroterapia. Consiste en inyectar una sustancia química en la almorrana. Ayuda a que se encoja y cicatrice, pero podría reaparecer después de un tiempo.
- Hemorroidectomía. Es un procedimiento quirúrgico para eliminar las hemorroides. Debido a los riesgos que implica, solo se recomienda para casos muy severos o aquellos en los que haya complicaciones.
- Grapadohemorroidopexia. Se implantan unas grapas quirúrgicas para volver a colocar las hemorroides dentro del ano, cuando presentan prolapso.
¿Cómo se puede prevenir?
Lo ideal es prevenir las hemorroides, en lugar de tratarlas. La mejor manera de hacerlo es evitando que haya estreñimiento. Para lograrlo es importante beber mucha agua y mantener una dieta muy rica en fibra. Si es necesario, acudir a un suplemento de fibra.
Se debe mantener un horario estable de alimentación, evitar los alimentos flatulentos y astringentes, masticar bien la comida y hacer ejercicio con frecuencia. Otras medidas adecuadas son las siguientes:
- Evitar el uso de la bicicleta.
- Realizar con frecuencia los ejercicios de Kegel.
- No esperar a ir al baño cuando se sienta la necesidad de defecar.
- No sentarse en el inodoro por mucho tiempo.
- No esforzarse al defecar.
- Evitar el consumo de suplementos de hierro.
- Acostarse de lado para dormir, leer o ver televisión.
- Cuidar el peso.
Recomendaciones finales
Es muy importante consultar con el médico si las hemorroides toman un tono azulado o los síntomas empeoran al punto de dificultar las actividades diarias. También cuando hay un sangrado muy voluminoso.
En cualquier caso, es necesario preguntarle al médico por los tratamientos caseros, antes de iniciarlos. Resulta fundamental iniciar un tratamiento temprano, ya que si las hemorroides se dejan avanzar pueden provocar muchas complicaciones. Las medidas de prevención deben mantenerse después del parto.
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