Relajantes musculares: 11 medicamentos utilizados

Los relajantes musculares son medicamentos que se usan para tratar los espasmos y la espasticidad. Sigue leyendo y conoce cuáles son los más comunes, así como sus efectos y contraindicaciones.
Relajantes musculares: 11 medicamentos utilizados
Franciele Rohor de Souza

Revisado y aprobado por la farmacéutica Franciele Rohor de Souza.

Última actualización: 16 noviembre, 2023

Los relajantes musculares o miorrelajantes son un grupo amplio y diverso de fármacos cuya finalidad es reducir la tensión muscular. Esta tensión se trata de una contracción involuntaria que puede agruparse en dos situaciones distintas: espasmos y espasticidad.

Al hablar de espasmos nos referimos al aumento del tono que suele ser transitorio, de breve duración y que responde a procesos inflamatorios leves del tejido muscular. En cambio, la espasticidad es un fenómeno más grave, prolongado y generalizado que ocurre por trastornos neurológicos diversos como parálisis cerebral, esclerosis múltiple o como consecuencia de un ictus.

Según su mecanismo de acción, hoy en día contamos con una amplia variedad de medicamentos que pueden ser utilizados en una u otra condición. En casos excepcionales pueden servir para ambos procesos, y también hay otros fármacos con indicaciones muy diferentes, pero con un pequeño efecto miorrelajante que puede ser útil en algunas circunstancias.

Cómo funcionan los relajantes musculares

Según explica un estudio publicado en Farmacia Profesional, los relajantes musculares son un grupo de sustancias químicas que actúan sobre los centros nerviosos. Tienen características estructurales muy diversas que —generalmente— no están relacionadas entre sí. Esto puede dificultar agruparlos, aunque la clasificación más aceptada es la siguiente:

  • Antiespasmódicos. En una investigación publicada en la Revista Colombiana de Gastroenterología los autores explican que se agrupan según si son relajantes directos del músculo liso, anticolinérgicos (impiden la acción de la acetilcolina) o bloquean los canales de calcio de las células musculares.
  • Antiespásticos. Si bien todos estos fármacos tienen en común su uso clínico al tratar la espasticidad, pueden tener mecanismos de acción directos tanto en el sistema nervioso central (médula espinal) como en el músculo.

Otro término utilizado es el de bloqueantes neuromusculares que, como su nombre lo indica, interrumpen la comunicación entre neuronas y músculos. Esto evita en última instancia la contracción muscular. Se utilizan principalmente junto con los anestésicos en el contexto de las intervenciones quirúrgicas, aunque incluyen algunos fármacos como el dantroleno, que es técnicamente un antiespástico.

Recuerda que estos medicamentos no deben intercambiarse, es decir, no se pueden administrar unos en lugar de otros. Por tanto, los antiespásticos no deberían usarse para los espasmos, aunque algunos antiespasmódicos (como la tizanidina) también se recomiendan en la espasticidad.

Algunos relajantes musculares de uso común

Hay muchos relajantes musculares en el mercado
La elección del mejor relajante muscular siempre va a depender del contexto clínico, ya que no son intercambiables.

Los medicamentos que se mencionan a continuación pueden ser consumidos por vía oral. Sin embargo, hay algunas presentaciones endovenosas para casos excepcionales que requieran manejo hospitalario o en urgencias. Por lo general requieren prescripción médica y es importante tener en consideración si se están tomando otras sustancias por la posibilidad de interacciones.

1. Clorzoxazona

Conocida también como Parafon ® o Lorzone ®, la clorzoxazona es un relajante muscular de acción central que se usa para aliviar el dolor y las contracciones debidas a desgarros musculares o esguinces. En tratamiento, se suele usar conjuntamente con fisioterapia, aspirina o analgésicos como el paracetamol.

De acuerdo con una publicación de la revista LiverTox la dosis usual en adultos es de 250-750 mg. Aunque los productos que contienen clorzoxazona suelen ser bien tolerados, existen estudios que sugieren que están contraindicados en pacientes con enfermedad hepática.

2. Metaxalón o metaxalona

Comercialmente, también se llama Skelaxin ® o Metaxall ®. Se administra por vía oral, viene en tabletas de 800 mg y se usa junto con el reposo y la terapia física. Es recetado para aliviar el malestar causado por torceduras, esguinces y otras lesiones musculares.

El metaxolón es efectivo, pero relativamente potente, por lo que se debe consumir con moderación.

3. Metocarbamol

El nombre comercial más conocido de este relajante muscular es Robaxin ®. Viene en comprimidos de 500 mg. Se considera poco efectivo para el dolor lumbar, así como en los casos de artritis reumatoide y problemas musculares asociados a la parálisis cerebral.

La dosis máxima en adultos es de 2 a 3 comprimidos 4 veces diarias (4 a 6 gramos al día). Sin embargo, debe ajustarse para personas de edad avanzada y pacientes con enfermedad hepática.

4. Orfenadrina

Conocida como Norflex ®, es un relajante muscular de administración oral. La dosis usual es de 100 mg dos veces al día. Tiene un efecto anticolinérgico, por ende, se recomienda para el dolor y para ayudar con el control motor en personas con párkinson.

5. Tizanidina

La tizanidina es un relajante muscular agonista de los receptores alfa-2 de la médula espinal. Es de funcionamiento central y hace que la acción del cerebro y del sistema nervioso sean más lentas. Un estudio publicado en Expert Opinion on Pharmacotherapy, ha respaldado su uso en el tratamiento de la espasticidad causada por la esclerosis múltiple (EM), la lesión cerebral adquirida o la lesión medular.

La dosis máxima recomendada es de 36 mg al día. Los efectos adversos más frecuentes asociados a la tizanidina son la sequedad de boca y la somnolencia.

6. Ciclobenzaprina

La ciclobenzaprina es un fármaco tricíclico. Viene en diversas presentaciones, por lo común de 5 a 10 mg. Se administra de 2 a 4 veces al día, siendo la dosis máxima de 60 mg al día. De acuerdo con un estudio publicado en la Revista Médica Clínica las Condes, tiene un efecto placebo en el alivio del dolor y los espasmos musculares, pero no para la espasticidad o la rigidez.



7. Baclofeno

El baclofeno, también llamado Lioresal ®, se usa para la espasticidad en la esclerosis múltiple. Además, se ha sugerido que actúa bloqueando las señales nerviosas que envía la médula espinal y que desencadenan los espasmos.

La dosis máxima recomendada es de 80 mg al día, sin embargo, existen casos en los que se requieren hasta 240 mg al día. Los efectos secundarios de este fármaco incluyen somnolencia, mareos, debilidad y fatiga.

8. Dantroleno

Conocido comercialmente como Dantrium ®, el dantroleno también se receta en la esclerosis múltiple, así como para los espasmos musculares causados por accidentes cerebrovasculares, lesiones en la columna que dañen la médula y parálisis cerebral. A diferencia del anterior, actúa en el músculo esquelético.

9. Diazepam

El diazepam, también conocido como Valium ®, es un medicamento del grupo de las benzodiacepinas. Se administra, inicialmente, con dosis de 5 mg una vez por día. Es usado en la depresión y la ansiedad, y también es un relajante muscular que ayuda a aliviar los espasmos.

Otros medicamentos prescritos como relajantes musculares

Aparte de los ya mencionados, algunos medicamentos pueden ser recomendados por los profesionales de la salud para tratar espasmos o espasticidad. Estos tienen otros efectos sistémicos e indicaciones generalmente diferentes, pero su pequeño efecto miorrelajante los convierten en una alternativa terapéutica.

10. Benzodiacepinas

De acuerdo con un estudio publicado en la revista Sanidad Militar, las benzodiacepinas, además de funcionar como relajantes musculares, son usadas como ansiolíticos, hipnóticos y anticonvulsivantes. Son útiles en el control de espasmos musculares así como en la disfunción temporomandibular.

Además del diazepam, otras benzodiacepinas pueden ayudar a relajar los músculos, debido a sus efectos sedantes. Entre estas se tienen al clonazepam y al alprazolam.

11. Gabapentina

Gabapentina para las convulsiones.
La gabapentina tiene un efecto de relajación muscular que no se usa de forma directa en la práctica clínica. Su principal indicación es la prevención de las convulsiones.

El principal uso de la gabapentina es como anticonvulsivo en muchos cuadros de epilepsia. En años más recientes se ha popularizado como parte del tratamiento de algunos tipos de dolor, entre ellos el asociado a los trastornos musculoesqueléticos como artralgias, del nervio ciático, mialgias y espasmos inespecíficos.

Precauciones y contraindicaciones

Los relajantes musculares interactúan con el alcohol y con otros medicamentos. Por lo tanto, se debe evitar usarlos en el mismo período de tiempo con analgésicos opioides, psicotrópicos y depresores del sistema nervioso central.

Debido a que son de uso delicado, debe consultarse con el médico en los siguientes casos:

  • Adultos mayores de 65 años y menores de 18 años.
  • Pacientes con trastornos mentales.
  • Enfermedad hepática e insuficiencia renal.

Si la persona va a manejar maquinaria, equipo pesado o a realizar alguna tarea que demande fuerza, precisión y coordinación, no puede tomarlos.

Efectos secundarios de los relajantes musculares

Los relajantes musculares pueden producir diversos efectos secundarios. Los más comunes son los siguientes:

  • Somnolencia y fatiga.
  • Mareo o pérdida del equilibrio.
  • Dolores de cabeza.
  • Agitación nerviosa.
  • Dificultad para concentrarse o recordar cosas.

Debe evitarse el tratamiento con los relajantes musculares por un tiempo prolongado, ya que algunos pueden crear dependencia, así como síndrome de abstinencia.

Un grupo amplio y útil de medicamentos

Muchos de los fármacos que hemos mencionado son de uso común por su excelente efecto local sobre el tejido muscular. Sin embargo, algunos requieren prescripción médica debido a los efectos adversos asociados e interacciones, por lo que lo más recomendable siempre es acudir al médico en caso de detectar síntomas como rigidez, espasmos y contracturas dolorosas frecuentes.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.