Remedios naturales para la presión baja
Revisado y aprobado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas
Cuando se habla de presión baja, normalmente se hace como si fuese algo “ideal” para gozar de una buena salud cardiovascular. Sin embargo, esto no es como se suele pensar en primera instancia. Quienes sufren de hipotensión saben que tener una presión baja no siempre es favorecedor. A veces, puede resultar molesto.
¿Y qué quiere decir entonces que una persona sufra de hipotensión? Pues bien, quiere decir que su sangre circula en una presión demasiado baja, y que al cerebro, el corazón y otras partes del cuerpo no llega suficiente cantidad de sangre. Esto, en algunas circunstancias, puede provocar desmayos o mareos.
Veamos más a continuación sobre la hipotensión y, sobre todo, por qué es importante aprender a autocuidarse en caso de padecerla.
¿Qué debemos saber sobre la hipotensión?
Desde Mayo Clinic se explica que si bien la presión varía de una persona a otra “algunos expertos definen la presión arterial baja como lecturas inferiores a 90 mm Hg de presión sistólica o 60 mm Hg de presión diastólica”.
Tener una presión excesivamente baja puede provocar los siguientes síntomas:
- Sueño.
- Fatiga.
- Náuseas.
- Letargo.
- Debilidad.
- Desmayos.
- Sudoración.
- Visión borrosa.
- Piel fría y pálida.
- Dificultades para concentrarse.
¿A qué se debe la hipotensión? No tiene una única causa realmente, sino varias. En este sentido, los expertos de Medline Plus, las causas más frecuentes de esta condición son las siguientes:
- Deshidratación.
- Hemorragia profusa.
- Bajos niveles de azúcar en sangre (hipoglucemia).
- Funcionamiento incorrecto de la glándula tiroides.
- Problemas emocionales como, por ejemplo, la depresión.
- Hemorragia interna en los riñones, colon o tracto gastrointestinal.
- Consumo de ciertos medicamentos (diuréticos y antidepresivos).
- Dieta deficiente de calorías, hierro, vitaminas (sobre todo B y C) y proteínas.
- Alteraciones en el corazón (dilatación cardíaca, infección del miocardio o insuficiencia cardíaca).
Debemos saber que la presión arterial baja de tipo crónico no suele tener síntomas tan sencillos de distinguir. Los problemas surgen cuando la presión sanguínea baja repentinamente y provoca la falta de oxígeno en el cerebro.
Existe otro tipo de hipotensión llamada postural u ortostática, y ocurre cuando cambiamos de posición bruscamente (por ejemplo, cuando nos levantamos rápido de la cama o de una silla, o nos ponemos de pie en seguida).
Dependiendo de cuál sea el diagnóstico, el médico determinará un tratamiento u otro, y brindará distintas pautas sobre cómo llevar a cabo el autocuidado diario. Es importante seguirlas y, ante cualquier duda, consultar nuevamente con el profesional.
Descubre: ¿Cuál es la diferencia entre sangre venosa y sangre arterial?
Consejos para evitar y tratar la tensión baja
Si has sufrido una bajada de la presión arterial y no deseas que te vuelva a ocurrir, procura prestar atención a estos tips.
Bebe más líquido
Ya que la hipotensión se puede deber a una deshidratación, ten siempre a mano una botella con agua mineral no solo para hidratarte, sino también para aumentar el volumen de la sangre.
No olvides que si bien beber té o café pueden elevar la presión arterial se trata de una medida temporal, y al poco rato hasta puede causar una deshidratación mayor.
Lleva una dieta equilibrada
Si se te baja la presión con frecuencia, consume más cantidad de hidratos de carbono en pequeñas porciones y varias veces al día (cada 2 o 3 horas). Por ejemplo, ingerir:
- Pan.
- Pasta.
- Arroz.
- Patatas.
- Granos enteros.
- Verduras.
- Pescados.
- Pollo magro.
- Frutas.
Equilibra el consumo de sal
Los que sufren de presión baja han de aumentar (levemente) su consumo de sodio, a diferencia de lo que ocurre con los pacientes de presión alta. Es preciso consultar con el médico para que indique la dosis adecuada.
Verifica los medicamentos que consumes
Ciertos fármacos para el corazón, como los antidepresivos o tranquilizantes entre otros, pueden reducir la presión sanguínea. Si está indicado en los efectos adversos, pide al médico que te lo cambie por otro similar.
Evita cambios de posición muy bruscos
Antes de ponerte de pie, cruza las piernas en forma de tijera y aprieta. Otra opción es apoyarte en el respaldo o en otra silla para ayudarte a levantar. Cuando estés acostado, muévete despacio y siempre de costado, nunca te levantes haciendo fuerza con los abdominales. Si estás sentado o inclinado cerca del suelo, levántate por etapas, aunque tardes más tiempo.
Realiza ejercicios mentales
Según algunas investigaciones, resolver problemas matemáticos (restar, sumar, contar, multiplicar, dividir) eleva la presión sanguínea y puede compensar la hipotensión.
Duerme con la cabeza en alto
La cabecera debe estar a unos 20 o 30 centímetros elevada en relación a los pies. Puedes colocar más almohadas o unos tacos en las patas delanteras de la cama.
Remedios naturales para la presión baja
Además de cumplir con los consejos indicados anteriormente, si tu médico lo autoriza, puedes aprovechar las bondades de la naturaleza y disfrutar de varias recetas caseras para la hipotensión.
Ten en cuenta que no todas cuentan con respaldo científico, por lo que su eficacia se basa principalmente en datos anecdóticos.
Té de regaliz
Según la medicina alternativa, el té de regaliz es un remedio natural para subir la presión.
Ingredientes
- 1 cucharadita de regaliz (5 g).
- 1 taza de agua (250 ml).
Preparación
- Calienta el agua y, cuando hierva, echa la cucharadita de regaliz.
- Retira del fuego y deja reposar 5 minutos.
- Cuela, sirve y bebe.
Romero
Se considera que el romero tiene la capacidad de estimular el sistema nervioso central y mejorar la circulación de la sangre. Para aprovecharlo, una opción es masajear las piernas con unas gotas de aceite esencial de romero mezclado con unas gotas de aceite de almendras o de oliva. Otra alternativa es preparar un té.
Ingredientes
- ½ cucharadita de romero (2,5 g).
- 1 taza de agua hirviendo (250 ml).
Preparación
Deja infusionar durante 10 minutos, filtra, endulza con miel y bebe.
Cola de león
Esta planta, también denominada agripalma, se dice que es muy buena para evitar la trombosis, mejorar la salud de los capilares sanguíneos y actuar como tónico cardíaco. A su vez, puede ayudar a combatir la fatiga y cuida tanto el sistema cardiovascular como el nervioso. Se puede consumir en infusión o tintura.
Jengibre
El jengibre, por su contenido de gingerol, estimula la circulación, evita que la sangre se coagule y aumenta la temperatura corporal. Para aprovecharlo, puedes hacer una infusión.
- 1 cucharadita de jengibre rallado (5 g).
- 1 taza de agua caliente (250 ml).
Preparación
- Deja que el jengibre se disuelva en la taza de agua.
- Bebe con moderación (preferiblemente previa consulta con el médico, pues podría estar contraindicado en algunos casos). Puedes añadir limón o miel.
Ginseng
El ginseng uno de los remedios naturales más versátiles que existe, se ubica dentro del selecto grupo de los “todoterreno” junto al ajo por ejemplo. En este caso, ayuda a regular la presión (alta o baja). Puedes preparar una infusión.
Ingredientes
- 1 cucharadita molida de la raíz de ginseng (5 g).
- 1 taza de agua (250 ml).
Preparación
- Pon a calentar el agua y cuando rompa el hervor, agrega el ginseng.
- Deja reposar 15 minutos, filtra y bebe.
Sigue leyendo: Infusión de jengibre con limón: propiedades y beneficios
Geranio
De acuerdo con la medicina alternativa, el geranio permite regular la presión arterial baja y alta. Con el aceite esencial de geranio mezclado con aceite de oliva o de almendras realiza masajes en las piernas. Esto podría ayudar a subir la presión.
No debemos menospreciar la hipotensión, pese a que en principio no es un mal que entrañe un grave peligro si nos puede condicionar la calidad de vida; recuerda que si nos exponemos a emociones fuertes la presión puede bajarnos aún más.
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