Sangrado libre: qué es y cómo practicarlo
Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina
El sangrado libre es una tendencia mundial que vienen promoviendo —en particular— los movimientos feministas. Tiene que ver con la renuncia al uso de productos higiénicos para recoger el fluido menstrual y, en lugar de esto, practicar el control de la evacuación de la menstruación.
Quienes defienden esta práctica sugieren que así como es posible controlar la salida de orina o de heces, también se puede aprender a regular la salida de la sangre menstrual. Esto haría innecesario el uso de copas menstruales, compresas, tampones, etcétera.
¿Por qué cambiar las tradiciones? Muchas personas piensan que las mujeres se sienten reprimidas y temerosas frente a la menstruación y a la posibilidad de que sea visible para los demás. Además, que el uso de productos sanitarios es incómodo e inseguro. El sangrado libre sería una forma de romper esos condicionamientos.
Algunas precisiones sobre el sangrado menstrual
Antes de hablar acerca del sangrado libre, conviene hacer algunas precisiones sobre la menstruación. Lo primero que se debe tomar en cuenta es que durante el periodo no hay un sangrado permanente. El útero está cerrado y solo se abre en algunos momentos para evacuar el fluido.
La salida ocurre luego de una contracción uterina. Sin embargo, algunas mujeres —en especial las occidentales— han sido educadas para que usen productos sanitarios. Dada esta costumbre, no se presta atención a esos movimientos del útero que preceden al sangrado.
Pero así como una persona aprende a detectar la sensación de llenura en la vejiga y a realizar acciones controladas para vaciarla, también es posible aprender a detectar el momento en el que útero va a liberar el flujo y controlar esa evacuación. De eso se trata el sangrado libre.
¿Qué es el sangrado libre?
El sangrado libre es una práctica que consiste en no utilizar ningún producto de higiene íntima para recolectar la sangre durante la menstruación. A menudo, la fomentan los movimientos feministas y consideran que es una forma de empoderar a la mujer.
La tendencia nació en los años 70, en principio como respuesta al «shock tóxico», una infección producida por bacterias, que en algunos casos se encuentra asociada al uso de tampones súper absorbentes e incluso de copas menstruales. Dicho shock es una emergencia médica que puede ser mortal.
Por otro lado, el sangrado libre se considera una posición política. En primer lugar, en pleno siglo XXI no tiene por qué haber secretismo ni rechazo frente al sangrado femenino. En segundo lugar, se requiere de dinero para adquirir los productos íntimos y no todas las mujeres pueden comprarlos.
La menstruación es un proceso natural y saludable. No tiene por qué estar rodeado de miedos y tabúes. Debido a esto, figuras muy conocidas como Kiran Gandhi, durante la maratón de Londres en 2014, dejó ver su sangrado mientras corría. Utilizó la sangre como un símbolo de empoderamiento.
¿Cómo se lleva a cabo?
El sangrado libre no consiste en manchar la ropa, sino en adquirir la habilidad para retener el flujo menstrual y después expulsarlo de manera voluntaria. Sin embargo, si alguna prenda se mancha, tampoco se debe tomar como una tragedia.
El control sobre el sangrado no se logra de la noche a la mañana. Hay que aprender a escuchar las señales del cuerpo, es decir, las contracciones del útero que anuncian el sangrado. Asimismo, es necesario desarrollar la habilidad para retener el flujo hasta que sea posible evacuarlo. Todo esto necesita mucha práctica.
Las sensaciones se experimentan en el útero, el cuello del útero, la vagina y la vulva. Lo indicado es hacer conexión mental y emocional con esos órganos. Es decir, sensibilizarse a las señales que envían. Lo demás es como aprender a orinar. Las siguientes son prácticas que ayudan a lograr este cometido.
Meditación y autocontrol
Las técnicas de meditación son de gran ayuda para sensibilizarse al propio cuerpo. Ayudan a desarrollar una introspección suficiente como para detectar las sensaciones en detalle.
Ese autoconocimiento facilita también el autocontrol, que no debe confundirse con «aguantar» o «reprimirse», sino con dirigir el cuerpo con la mente.
Ejercicios de Kegel
Los ejercicios de Kegel cumplen con el papel de fortalecer y controlar la musculatura de la zona pélvica. Un suelo pélvico fuerte es muy importante para controlar la salida del flujo menstrual.
Estos ejercicios no solo son muy valiosos para manejar bien el sangrado libre, sino que también mejoran la vida sexual y facilitan los partos.
Cambio de mentalidad
El sangrado libre no tiene sentido si no se cambia la mentalidad frente a la menstruación. Se debe dejar atrás la idea de que la sangre menstrual es sucia, desagradable o que debe esconderse. Es importante aprender a ver el periodo como un evento saludable y natural, que no tiene por qué condicionar severamente a una mujer.
Beneficios del sangrado libre
El principal beneficio del sangrado libre es el de devolverle a la menstruación su carácter de proceso saludable, libre de tabúes. A través de esto, se reivindica también el mundo de lo femenino y se amplía el margen de libertad para las mujeres, que muchas veces se sienten constreñidas por la menstruación.
Otros beneficios son los siguientes:
- Favorece la salud ginecológica. El fortalecimiento del suelo pélvico, fundamental para el sangrado libre, mejora el funcionamiento del aparato reproductor femenino y previene otros problemas como la incontinencia urinaria.
- Mejor transpiración de la zona íntima. La ausencia de productos higiénicos la facilita.
- Menor riesgo de reacciones alérgicas. Hay productos higiénicos que le provocan alergias a algunas mujeres.
- Mayor sensación de control sobre el propio cuerpo.
Algunos consejos para practicar el sangrado libre
Es importante elegir el momento oportuno para comenzar a practicar el sangrado libre. Lo mejor es aprovechar las vacaciones o aquellos tiempos en los que se puede permanecer en casa. Lo indicado es tener un baño cerca, ya que al principio no se logra retener el flujo menstrual por mucho tiempo.
Las bragas menstruales también son de gran ayuda en un comienzo. Son un accesorio que permite librarse de los tampones, las copas o las toallas higiénicas, y al mismo tiempo practicar el sangrado libre sin que haya consecuencias por alguna pérdida involuntaria.
Lo primero es aprender a identificar las sensaciones corporales. Una vez se logre esto, hay que intentar retener el flujo menstrual. Los ejercicios de Kegel son ideales para lograrlo. Después, basta con ir al baño y dejar salir el sangrado.
Recomendaciones finales
El sangrado libre puede ser practicado por cualquier mujer y no tiene ningún tipo de riesgo. Es más un asunto de mentalidad. Todas están en capacidad de desarrollar el autocontrol necesario para retener voluntariamente el flujo menstrual, a menos que exista un problema anatómico diagnosticado.
Cada mujer es libre de elegir la forma en que quiere vivir su periodo. Lo ideal es que esa elección la haga sentirse cómoda y segura de sí misma. El sangrado libre es una alternativa accesible, saludable y liberadora.
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