¿Por qué siempre te pasa lo mismo en las relaciones de pareja?

A veces repetimos patrones y vivimos los mismos fracasos en múltiples relaciones de pareja. Descubre por qué sucede esto y qué puedes hacer para romper el ciclo.
¿Por qué siempre te pasa lo mismo en las relaciones de pareja?
Elena Sanz

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 18 octubre, 2022

Aunque nos gustaría que el amor fuese eterno y todopoderoso, lo cierto es que los vínculos románticos terminan. Algunas personas cumplen un ciclo en nuestra vida y después los caminos se separan. Esto es natural. Sin embargo, en ocasiones nos vemos repitiendo una y otra vez la misma película dramática con diferentes actores. Si sientes que siempre te pasa lo mismo en las relaciones de pareja, es importante que tomes medidas.

Esta sensación puede surgir por diversos motivos: tiendes a tener las mismas discusiones con todas tus parejas o sentir las mismas carencias en todas tus relaciones. Tal vez nunca logras avanzar hasta el compromiso o has sido víctima de varias infidelidades; quizá tus compañeros sentimentales tienden a faltarte al respeto o sientes que das mucho más de lo que recibes. En cualquier caso, si observas un patrón, es que hay algo por sanar.

Observa tu infancia: ¿qué aprendiste del amor?

Los patrones que se repiten en las relaciones de pareja suelen ser el reflejo del modo en que aprendimos a vincularnos de pequeños, de aquello que conocimos sobre el amor en nuestros primeros años. Trata de recordar qué viste en la relación de tus padres, cómo se comportaban entre ellos y cómo lo hacían contigo.

Crecer en un hogar en el que los gritos, las faltas de respeto o la indiferencia son una constante, crea una impronta. En nuestra mente infantil asumimos que esto es lo normal y lo esperable, que eso es el amor.

Del mismo modo, si no fuimos amados incondicionalmente por nuestros progenitores, aprendimos que el afecto hay que ganárselo; tal vez complaciendo, siendo sumisos o amoldándonos a lo que se espera de nosotros.

Ya de adultos, somos incapaces de conectar con nuestra intuición y con nuestras emociones. Ignoramos las señales de que algo va mal y nos centramos solo en sostener el vínculo, por muy dañino que sea, para no quedarnos solos. Desde esta posición de temor y carencia es imposible construir y sostener una relación de pareja sana.

Niño ve pelea de sus padres.
Las vivencias del amor que tuvieron frente a nosotros nuestros progenitores nos marcan. Aprendemos a vincularnos como lo hacían ellos.


Revisa y ajusta tus expectativas románticas

Para muchas personas, la dinámica es siempre la misma: todo va genial, la relación fluye y la pasión es desbordante, pero de pronto todo se termina. Por algún motivo, no son capaces de llevar sus vínculos al siguiente nivel de compromiso y encadenan fracasos sentimentales que les hacen sentir culpables y defectuosos.

Esto puede suceder si tenemos una idea errónea del amor y unas expectativas poco realistas. Hemos de saber que el enamoramiento es solo una etapa inicial y no podemos sostenerla por siempre.

Con el tiempo vamos descubriendo el lado menos amable del otro y también mostrando nuestra sombra. Nos enfrentamos al reto de construir un amor más maduro, basado en la intimidad y la comunicación y sin la idealización propia del inicio.

Para algunas personas esto se siente como un problema. Cuando la descarga de neurotransmisores baja, cuando la pasión se estabiliza, asumen que algo va mal, que esa relación no funciona.

Esto puede llevarlos a romper o a iniciar una dinámica de exigencias y reclamos hacia el otro que desgasta la pareja. En realidad, basta con comprender el momento que se está atravesando.



¿En qué posición te colocas?

Es natural que algunas relaciones no funcionen. Y cuando esto sucede, tenemos la oportunidad de reflexionar y analizar acerca de lo ocurrido para no repetir errores en el futuro.

Elaborar el duelo es muy necesario para permitirnos sanar y para poder extraer los aprendizajes que cada relación nos deja. Sin embargo, no todas las personas se permiten este proceso.

Si siempre te pasa lo mismo en las relaciones, quizá es porque te colocas en una posición de víctima. Sientes que tienes muy mala suerte, que todo te va mal, que todo te pasa a ti. Tiendes a culpar y juzgar a tus parejas y no te preguntas cuál es tu parte de responsabilidad. Además, saltas a una nueva relación lo antes posible, pues te disgusta profundamente la soledad.

Esta actitud solo hace que sigas repitiendo las mismas vivencias una y otra vez, pues no has aprendido ni has realizado los cambios necesarios. Ten presente que todo lo que nos ocurre en las relaciones lo provocamos o lo permitimos.

Así, es fundamental preguntarnos si hay alguna carencia emocional en nosotros, algún miedo, alguna dependencia que nos esté impidiendo tener éxito en el plano romántico.

Si siempre te pasa lo mismo en las relaciones, echa un vistazo a tus creencias

Una de las mejores formas de descubrir por qué repetimos patrones es detenernos a analizar lo que creemos sobre nosotros, sobre los demás y sobre las relaciones. Estos pensamientos, a veces inconscientes y muy arraigados, son los que guían nuestras elecciones de pareja y la forma en que interpretamos y nos comportamos dentro del vínculo.

Es posible que tus creencias no sean las más funcionales.

Puede que tengas un autoconcepto negativo y una baja autoestima. Tal vez pienses que no eres lo suficientemente atractivo, divertido o inteligente, que no eres digno de ser amado, respetado o priorizado. Esto, sin duda, te llevará a escoger parejas narcisistas y egocéntricas y a soportar malos tratos y faltas de respeto.

Quizá pienses que todos los hombres son infieles o que todas las mujeres son superficiales o interesadas. Este tipo de creencias pueden actuar como una profecía autocumplida que sabotea las relaciones.

Si consideras que tu pareja te será infiel, puede que acostumbres a controlarlo o interrogarlo y esto le lleve a sentirse insatisfecha con la relación y a terminar, efectivamente, engañándote.

Por otra parte, tu concepto del amor también puede ser un auténtico lastre. ¿Piensas que el amor es sacrificio y entrega, que has de desvivirte por tu pareja y renunciar a otras partes de tu vida? ¿Sientes que las relaciones son un yugo y te roban la libertad? En cualquiera de estos casos no te estarás vinculando desde una posición sana y tenderás a depender o a mostrarte huidizo.

No es que tus relaciones no funcionan, sino que no las estás dejando funcionar.

Las creencias preconcebidas sobre el otro y sobre el amor nos pueden llevar a los celos constantes, a la desconfianza o a la sensación de estar atrapados en un vínculo.

No sabes lo que quieres

Por último, si encadenas una ruptura tras otra, es probable que esto suceda porque no sabes lo que quieres. Esta falta de claridad puede llevarte a escoger o conformarte con personas que no son las más adecuadas y a invertir tu energía en vínculos claramente destinados al fracaso.

Para que esto no suceda, observa tus experiencias anteriores y saca algunas conclusiones. ¿Qué deseas en una pareja? ¿Qué no estás dispuesto a permitir?

Estos mínimos innegociables y esas líneas rojas que no se pueden traspasar han de estar muy claras en tu mente y debes comprometerte con ellas. ¿Cómo? No aceptando relaciones que no se ajusten a lo que necesitas.

¿Siempre te pasa lo mismo en las relaciones? Entonces vuelve la mirada hacia ti

En definitiva, y por mucho que nos cueste admitirlo, lo que tienen en común todas nuestras relaciones pasadas somos nosotros mismos. Por ende, es en nosotros donde hemos de buscar el problema y la solución. Solo puedes ocuparte de ti, de tus creencias, expectativas y actitudes, de lo que eliges y lo que aceptas.

Así, si siempre te pasa lo mismo en las relaciones, deja de culpar a otros y toma las riendas de tu vida sentimental. Cuando veas tus heridas, miedos y carencias, cuando los sanes, esos patrones dejarán de repetirse.


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  • Castelló, J. (2000). Análisis del concepto dependencia emocional. In I Congreso Virtual de Psiquiatría (Vol. 5, No. 8).
  • Sánchez, M. (2011). Apego en la infancia y Apego adulto: influencia en las relaciones amorosas y sexuales [Tesis de Maestría]. Salamanca: Universidad de Salamanca.

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