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Toma una siesta y experimenta sus beneficios para recargar energías durante el día

4 minutos
Dedicar 20 o 30 minutos de la tarde a dormir una siesta tiene múltiples beneficios para la salud. Conoce las estrategias para sacarle el máximo provecho.
Toma una siesta y experimenta sus beneficios para recargar energías durante el día
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto

Escrito por Jonatan Menguez
Última actualización: 09 agosto, 2024

Si sientes una fatiga repentina después del almuerzo, resérvate un breve tiempo y toma una siesta. Al descansar durante unos minutos en el entorno adecuado, aparecen muchos beneficios para la salud.

No obstante, ¡ten cuidado! Sobrepasar una hora de sueño a la tarde puede ser contraproducente. Descubre los beneficios de las siestas para el rendimiento y cómo aprovechar sus ventajas.

Toma una siesta y disfruta sus beneficios

Cada vez más investigaciones avalan el hecho de dormir una siesta para reponer energías y mejorar el rendimiento diario. Si bien no siempre es posible, debido a los acelerados ritmos de la vida moderna, un breve descanso puede ser positivo para aumentar la productividad.

Mejora del estado de ánimo

La serotonina, conocida como «hormona de la felicidad», es un neurotransmisor encargado de regular el estado de ánimo, entre otras funciones. Para mantener niveles saludables de la misma, el sueño es fundamental. Una breve siesta genera el descanso cerebral que aporta al bienestar durante el resto de la jornada.

Promoción de la salud metabólica

Dormir poco o mal incrementa el cortisol, la hormona relacionada con la falta de sensibilidad a la insulina. Además, genera trastornos inmunitarios que favorecen la aparición de enfermedades crónicas.

Recuperar un tiempo de sueño durante el día reduce los efectos adversos del cortisol, liberando, en sentido contrario, la hormona del crecimiento. Dicha sustancia favorece la recuperación muscular, combate el estrés y la ansiedad.

Estimulación de la creatividad

Diferentes estudios neurológicos sugieren que dormir siestas estimula el hemisferio derecho del cerebro, asociado con las tareas creativas y la capacidad de expresarse. Además, facilita la asimilación de información nueva.

Uno de los beneficios más interesantes es el vinculado al aprendizaje. Las personas que duermen breves siestas durante la tarde tienden a incrementar su capacidad de concentración y asimilación del conocimiento. Aunque sean muy cortos, los descansos intermedios favorecen la memoria a corto plazo, incorporando nuevos datos con mayor precisión.

La acción de dormir, en general, contribuye a fijar datos y a concentrarse. En especial, si se deben realizar actividades nocturnas durante el resto de la jornada.

Favorecimiento de los reflejos y la efectividad

Según la NASA, que analizó la actividad de 747 pilotos tras la siesta, dormir mejora el desempeño laboral. Quienes llevaron a cabo un descanso intermedio de entre 20 y 30 minutos, redujeron su cantidad de errores en el ámbito de trabajo en un 34 %. Además, se encontraron más atentos y con mejores reflejos.

Actitud más positiva

La siesta, por más que sea breve, atraviesa diferentes estadios del sueño que favorecen el estado de felicidad. Estudios aseguran que, quienes duermen por la tarde, tienen mayor tendencia a expresiones de alegría, que de ira y miedo.

Mejora de la presión arterial

El descanso favorece la reducción del estrés y la tensión muscular, al tiempo que produce relajación. Por lo tanto, quienes llevan a cabo una siesta, podrían reducir su presión arterial y la frecuencia cardíaca.

¿Cuándo y cómo tomar una siesta para aprovechar sus beneficios?

En algunos lugares, por lo general, alejados de las grandes ciudades, la siesta continúa siendo una arraigada costumbre. Los comercios cierran después del mediodía y las personas están habituadas a bajar el ritmo general por la tarde. Sin embargo, en las urbes esto puede volverse más difícil.

Por lo tanto, es importante generar un entorno propicio para el descanso, en términos de luz, ruido y tiempo dedicado. Toma una siesta considerando los siguientes consejos:

  • Luz. Es fundamental generar oscuridad.
  • Ruido. Acude a un sitio con el menor ruido ambiente posible.
  • Espacio. No es necesario que sea la cama principal, pero sí debe ser cómodo. Por ejemplo, un sillón.
  • Horario. Se considera el horario entre las 13 y las 17 como el ideal para tomar una siesta. De esta manera, no se afectaría tanto el sueño nocturno.

Cómo evitar los efectos contraproducentes de la siesta

Si tienes una gran fatiga después de almorzar, un trabajo de doble turno por la noche o solo deseas aprovechar las ventajas de la siesta, considera que existe una duración estimada. Se recomienda que sea por un lapso de entre 10 y 40 minutos, con el tope máximo de una hora.

De lo contrario, es posible que se produzca un efecto de inercia del sueño. Esto implica despertarse aturdido y desorientado. Además, una siesta larga y después del horario sugerido puede interferir con el sueño nocturno.

Al contrario, el descanso intermedio potencia el bienestar físico y mental durante las últimas horas de la jornada, mejorando el desempeño y la concentración. Si es posible, crea el hábito diario de una siesta, manteniendo los límites de horarios que te comentamos.


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Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.