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10 signos que delatan la falta de empatía y cómo abordarla

6 minutos
La falta de empatía está presente en todas las personas en alguna medida. Sin embargo, para algunos es un rasgo constante y que da lugar a dificultades con los demás.
10 signos que delatan la falta de empatía y cómo abordarla
Elena Sanz

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz

Escrito por Edith Sánchez
Última actualización: 01 marzo, 2022

La falta de empatía es más que un rasgo de carácter. Se trata de una característica que puede impedir una convivencia sana. Con frecuencia, da lugar a conflictos originados en la ausencia de consideración y de respeto con el otro.

El problema es que la falta de empatía no siempre se detecta con facilidad. Muchas veces solo se manifiesta cuando hay un contacto estrecho o se presentan situaciones difíciles.

Una persona así está encerrada en su propio punto de vista. No tiene interés en los efectos que su conducta produce en los otros. Tampoco le importa establecer vínculos genuinos y valiosos con los demás. ¿Cómo detectar este rasgo?

La empatía y la falta de empatía

En términos generales, la empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Esto es comprender los pensamientos y los sentimientos de los demás, así como la forma en la que afectan las conductas de quienes entran en contacto con ellos, incluyendo las de uno mismo.

Esta habilidad es fundamental para tener relaciones sanas y profundas con los otros. La falta de empatía impide buscar el bienestar mutuo, ya que supone una incapacidad para darle valor a los demás. Si tal incapacidad es leve, genera problemas. Si es muy severa, vuelve peligroso el vínculo.

La falta de empatía suele originarse en experiencias de abuso emocional, físico o sexual durante la infancia. A veces también es causada por problemas en el desarrollo neurológico.

Los signos que delatan la falta de empatía

La falta de empatía puede manifestarse en diversos planos. En lo cognitivo implica no poder comprender cómo se siente el otro.

En el plano emocional supone la incapacidad para sentir lo que el otro experimenta. Una persona puede carecer de una o ambas modalidades de empatía.

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La empatía fortalece los vínculos y genera ámbitos de confianza.

1. Vive en su propia realidad

Las personas con falta de empatía no son necesariamente introvertidas, pero sí se centran en exceso en su propio mundo. Solo les importa lo que les ocurre a ellos y tienen la tendencia a desestimar aquello que no los involucre. No logran ver más allá de la frontera de su propio yo.

2. Muestra indiferencia hacia los demás

Quienes carecen de empatía no se interesan de manera genuina por nadie más que ellos mismos. Muchas veces son cordiales, pero nada de lo que les suceda a los otros tiene un impacto sobre ellos. No logran conmoverse, solidarizarse o alegrarse por las experiencias ajenas.

3. Establece relaciones superficiales o destructivas

A alguien con falta de empatía le resulta muy difícil o imposible construir una relación profunda. Pueden tener amigos, familia y pareja, pero buscan en todos ellos aquello que les pueda ser de utilidad.

No logran intimar con nadie, ya que no les interesa abrirse. Ni tampoco pretender sintonizar con alguien en el plano afectivo o social.

4. Narcisismo

Entre menos empatía, más narcisismo. Contrario a lo que muchos piensan, este no es un excesivo amor propio, sino un sustituto falso de la verdadera autoestima.

Lo cierto es que este rasgo los lleva a tomar en cuenta solo sus propias necesidades y deseos. Si esto implica pasar por encima de otros, les tiene sin cuidado.

5. Comunicación inadecuada

Lo usual es que una persona con esta carencia no logre comunicarse bien con los demás. Es habitual que carezcan de tacto, ya que no les preocupa lo que el otro piense o sienta.

Puede ser muy duro con sus palabras o mostrarse impertinentes, haciendo bromas en momentos críticos o poniendo resistencia a la alegría colectiva.

6. Se apega a estereotipos y prejuicios

Como las personas con falta de empatía no logran formarse un mapa mental y emocional de los demás, no es raro que terminen clasificando a todo el mundo en función de estereotipos y prejuicios. Las etiquetas y los estigmas le ayudan a marcar diferencias entre una y otra persona de manera superficial.

7. Conductas utilitaristas

Para una persona sin empatía, los demás son un medio y no un fin. Su interés en el otro siempre se basa en la utilidad que pueda prestarle para lograr alguno de sus propósitos o satisfacer alguno de sus deseos.

8. Agresividad

Este tipo de personas suelen reaccionar con agresividad cuando las cosas no salen o no se hacen como ellos quieren. En los casos más severos pueden ser violentos para conseguir sus propósitos. Sienten que la realidad debe funcionar como a ellos les guste o les convenga.

9. Ausencia de remordimiento

Quienes presentan falta de empatía no experimentan remordimientos o los sienten en una medida mínima. No creen que haber lastimado a otro sea tan importante como para padecer un malestar. Justifican el daño que hacen y se convencen de que, incluso, fue positivo hacerlo.

10. Dificultad para resolver conflictos

Para resolver conflictos es fundamental comprender los puntos de vista y las subjetividades de las partes que están en desacuerdo. Quienes carecen de empatía no logran hacer esto. Por lo tanto, son ineficaces a la hora de abordar problemas y más bien suelen ser fuente de ellos.

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La persona sin empatía no hace una gestión del conflicto, sino que tiende a generarlo.

Cómo abordar la falta de empatía

No es fácil tener un vínculo con una persona que carece de empatía. Aunque resulte contradictorio, lo más inteligente es tratar de comprenderla y no esperar que se corresponda la actitud. Sin embargo, se debe tener en cuenta que comprender no es justificar.

Es muy habitual que detrás de alguien con falta de empatía haya una historia de carencias y abusos que le han impedido desarrollar sus recursos emocionales. Su indiferencia o incomprensión son fruto de esa incapacidad. También es posible que la tristeza o la ira hayan bloqueado sus emociones.

La falta de empatía no es una decisión que alguien tome, sino la consecuencia de sus propias dificultades. Aun así, es necesario marcar límites.

Es muy importante ser asertivos y hacerles saber con claridad cómo nos sentimos. Por extraño que parezca, ser empático con alguien no empático es algo que podría ayudarle a cambiar.

¿Cuándo buscar ayuda profesional?

La falta de empatía puede existir en diversos grados. De hecho, nadie es empático en todos los momentos de su vida ni en todas las situaciones. Solo cuando es un rasgo constante y provoca conflictos, o da lugar a situaciones difíciles, hay que considerarlo con seriedad.

Lo más indicado es que una persona con falta de empatía reciba ayuda psicológica. Las raíces de esta condición suelen ser profundas y se requiere de un proceso para llegar al fondo de todo.


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  • Liceras Ruiz, Á. (2003). Tópicos, estereotipos y prejuicios, componentes de un aprendizaje informal que deforma. Iber: Didáctica de las ciencias sociales, geografía e historia.
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  • Albiol, L. M. (2011). La violencia: la otra cara de la empatía. Mente y cerebro, 47, 15.

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