Síndrome de la serotonina: ¿en qué consiste?
Escrito y verificado por el médico Diego Pereira
El síndrome de la serotonina o serotoninérgico es la consecuencia de niveles muy altos de este neurotransmisor en el sistema nervioso central. Por lo general, esto sucede debido a la interacción entre fármacos neuropsiquiátricos.
La serotonina es una sustancia que participa en numerosas funciones cerebrales, ya que se encarga de regular el estado de ánimo, la atención, la sexualidad, entre otras. ¿Te interesa saber más sobre este tema? A continuación, te contamos más al respecto. ¡Sigue leyendo!
¿Qué produce el síndrome de la serotonina?
Cuando un fármaco relacionado con la regulación de los niveles de serotonina se consume en dosis elevadas, o cuando se combina con otra sustancia con actividad similar, aumenta mucho el riesgo de toxicidad.
Esto no solo sucede en este caso, sino con la mayoría de los medicamentos disponibles en el mercado. La toxicidad no es más que la capacidad que tienen estas sustancias de producir efectos que pueden ser mortales.
Un pequeño desbalance en los niveles de este importante neurotransmisor puede ocasionar severas consecuencias. Es más o menos lo mismo que sucede en las convulsiones o la depresión.
Esta última condición es muy prevalente en todo el mundo. Si tienes algo de tiempo, la Sociedad Española de Psiquiatría junto con el Royal College of Psychiatrists (Reino Unido) ha elaborado esta guía sobre fármacos antidepresivos para pacientes.
Medicamentos relacionados
Los fármacos más involucrados en este síndrome son los antidepresivos, antimigrañosos y antitusígenos. Para ser más exactos, abarcan los siguientes:
- Inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS): son muy utilizados en todo el mundo, y actúan en las neuronas del sistema nervioso central al aumentar la cantidad de serotonina disponible entre ellas. Incluyen el citalopram, sertralina y fluoxetina.
- Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y norepinefrina (ISRSN): actúan de forma similar al grupo anterior e incluye medicamentos como la duloxetina y venlafaxina.
- Inhibidores de la monoamino oxidasa (IMAO): fueron los primeros antidepresivos en el mercado, y en la actualidad han sido desplazados por los grupos antes mencionados. Podemos mencionar la moclobemida, isocarboxazida y nialamida.
- Triptanes: se utilizan para crisis migrañosas agudas y tienden a provocar vasoconstricción cerebral. El ejemplo más representativo es el sumatriptán, pero también se incluye al zolmitriptán y rizatriptán.
- Antitusígenos: el dextrometorfano se utiliza para el alivio sintomático de la tos, y es posible encontrarlo en muchos jarabes. Algunas personas lo utilizan de forma recreativa al utilizar dosis excesivas.
- Drogas ilícitas: este grupo incluye el LSD (capaz de inducir alucinaciones), la cocaína, entre otras.
En menor proporción es posible encontrar los siguientes medicamentos:
- Antiparkinsonianos: aumentan la disponibilidad de dopamina en el sistema nervioso, como la levodopa.
- Antieméticos: sirven para disminuir las náuseas y vómitos en una amplia variedad de trastornos. El ondansetrón y la metoclopramida son algunos ejemplos.
- Antibióticos: el linezolid es un potente agente antimicrobiano que se ha relacionado en algunas ocasiones con el síndrome de la serotonina.
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Síntomas del síndrome de la serotonina
El síndrome de la serotonina es una condición clínica con manifestaciones muy variadas. Lo más llamativo es la presencia de movimientos musculares involuntarios que se asemejan a una convulsión. Los síntomas incluidos en la siguiente lista son los más comunes:
- Agitación.
- Clonus ocular (movimientos descontrolados y desorganizados de los ojos).
- Taquicardia (frecuencia cardíaca acelerada).
- Diaforesis (sudoración abundante).
- Diarrea que no puede ser explicada por otro motivo.
- Hipertermia (aumento de la temperatura corporal) que puede llegar a fiebre.
- Hiperreflexia (aumento de la intensidad de los reflejos osteotendinosos). Esto se considera un signo, y es evaluado o inducido por el médico.
- Alucinaciones de cualquier tipo, como las visuales o auditivas.
- Elevación transitoria de la tensión arterial.
¿Se presenta siempre de la misma manera?
No. La enfermedad suele clasificarse en función de la intensidad y duración de los síntomas en tres categorías: leve, moderada y severa. Por lo general, cuando los síntomas son leves es posible planificar una cita con el médico, ya que no representa una urgencia vital.
En los otros dos casos, de acuerdo a los resultados de la evaluación, se puede requerir hospitalización. De hecho, cuando el síndrome de la serotonina es desencadenado por el consumo de fármacos antidepresivos modernos (como los ISRS), los síntomas tienden a durar más tiempo.
¿Cómo se diagnostica?
No se disponen de pruebas específicas para diagnosticar el síndrome de la serotonina. A menudo, se trata de un diagnóstico de exclusión. Esto quiere decir que, debido a su escasa frecuencia, los médicos deben descartar otras causas más posibles que expliquen los síntomas.
Por lo tanto, el diagnóstico es clínico. Para ello, es necesario proporcionar información detallada sobre el consumo de fármacos y drogas ilícitas en las últimas semanas. El médico podría solicitar pruebas sanguíneas para determinar la concentración de esas drogas. Si es mayor a lo normal, podría facilitarse mucho el proceso diagnóstico.
Si es necesario, se solicitan otros estudios complementarios para evaluar el estado general de la persona y planificar un tratamiento. Estos incluyen una analítica sanguínea completa, electrocardiograma, tomografía computarizada, entre muchos otros.
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¿Se puede confundir con otras enfermedades?
Existen varios diagnósticos diferenciales que pueden plantearse los médicos al evaluar un paciente estos síntomas. A continuación, se resumen los más frecuentes:
- Síndrome anticolinérgico: es desencadenado por el consumo de antihistamínicos, atropina y antidepresivos, por ejemplo. También suele provocar hipertensión, aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria.
- Síndrome neuroléptico maligno: en este caso, el neurotransmisor involucrado es la dopamina, y se puede producir por la retirada abrupta de algunos medicamentos. En estos pacientes puede existir deterioro del estado de consciencia, evolucionando luego al coma.
- Hipertermia maligna: a veces, cuando se administran anestésicos inhalados, es posible desencadenar este síndrome caracterizado por elevación de la temperatura corporal, deterioro del tejido muscular (rabdomiólisis) y rigidez extrema.
Como te puedes dar cuenta, la principal diferencia entre estas condiciones es el fármaco involucrado. Si llegas a sufrir alguno de los síntomas y requieres ir al médico, ten en cuenta las recomendaciones al final del artículo.
Tratamiento del síndrome de la serotonina
Las medidas terapéuticas dependen en gran medida de la intensidad de los síntomas. A continuación, lo detallamos.
- Casos leves: se suele optar por reducir la dosis de los medicamentos antes indicados o retirar algunos de ellos.
- Casos moderados o graves: se necesita hospitalización y administración de medicamentos para controlar la enfermedad.
Para este último caso, suelen utilizarse medidas farmacológicas y no farmacológicas. Los medicamentos más utilizados son los siguientes:
- Ciproheptadina: se utiliza en algunos casos debido a su potente actividad antiserotoninérgica. Esto significa que disminuye los efectos provocados por el exceso de serotonina a nivel cerebral.
- Diazepam o lorazepam: usados para disminuir la intensidad de los movimientos involuntarios. Estos pertenecen al grupo de las benzodiacepinas.
- En algunos casos, también podrían utilizarse relajantes musculares y fármacos para regular la frecuencia cardíaca.
Las medidas no farmacológicas incluyen la hidratación intravenosa y oxigenoterapia.
Recomendaciones finales
El síndrome de la serotonina o serotoninérgico es consecuencia de la combinación de medicamentos o del exceso de uno solo. A veces, esto no puede ser predecible, ya que cada organismo metaboliza los fármacos a un ritmo distinto.
Los síntomas más comunes incluyen movimientos anormales e involuntarios, junto con alteraciones inespecíficas como cambios en la frecuencia cardíaca, sudoración excesiva y diarrea.
La intensidad puede ser desde muy leve hasta grave, y en ciertos casos es mortal. Por lo tanto, según indicación médica, es posible la hospitalización para un tratamiento más intensivo.
¿Cuándo ir al médico?
Si te encuentras consumiendo algunos de los medicamentos mencionados en los apartados anteriores de forma conjunta, y empiezas a presentar cualquiera de los síntomas mencionados, programa una cita con tu médico tratante.
En caso de que los síntomas sean demasiado molestos o de aparición muy abrupta, es mejor acudir al servicio de emergencias más cercano. Es preferible consultar de inmediato antes de suspender todos los medicamentos, ya que podrían generarse efectos adversos indeseados.
¿Cómo prepararse antes de acudir al médico?
De ser posible, pon en práctica las siguientes recomendaciones antes de acudir al centro de salud:
- Anota en una hoja de papel todos los medicamentos que estés consumiendo. De no ser posible, asegúrate de llevarlos a la consulta. Puede que en medio de la evaluación te cueste recordar el nombre de todos ellos.
- Si cuentas con algún informe médico que describa una condición que padezcas, llévala contigo.
- En caso de consumo de drogas ilícitas, se recomienda dar la información. Recuerda que la relación médico-paciente tiene carácter confidencial.
- Solicita el acompañamiento de algún amigo o familiar. Esto es muy importante si te sientes nervioso. Una persona cercana podría complementar la información o recordar mejor lo que diga el especialista.
- Intenta pedir un transporte y no conducir, en especial si estás presentando movimientos involuntarios.
¿Cuál es el especialista que puede tratar esta enfermedad?
En general, los medicamentos que causan el síndrome son indicados por neurólogos y psiquiatras. En algunas ocasiones, el médico de familia o internista podría indicar algunas variedades. Para casos leves, es recomendable acudir con el médico que indicó el tratamiento inicial para evaluar un ajuste de la dosis.
En situaciones graves, los pacientes pueden ser atendidos por un grupo interdisciplinario. Este puede incluir internistas, médicos de urgencias, médicos de familia, neurólogos, psiquiatras e intensivistas.
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