Tics nerviosos: ¿por qué aparecen? ¿cómo tratarlos?
Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña
Los tics nerviosos son movimientos involuntarios de los músculos. Son inoportunos, convulsivos y excesivos. Pueden aparecer en cualquier momento y con diferente frecuencia.
En otras palabras, los movimientos repetitivos en cierta parte del cuerpo, y sin tener noción de ellos, son considerados tics nerviosos. Suelen aparecer a partir de los 8 años de edad y pueden mantenerse hasta la adultez.
¿Qué hay que saber sobre los tics nerviosos?
En muchos casos de tics severos, los pacientes se aíslan de los demás por vergüenza. Además, las contracciones involuntarias y las posturas anormales, en ocasiones, pueden ocasionar dolores musculares y otras molestias.
Ahora bien, existen dos tipos de tics nerviosos: de etiología (se generan de forma involuntaria) y los de neurofisiología (se deben a deficiencias en el sistema nervioso o a daños en el cerebro). Los primeros son los más comunes e implican una cantidad limitada de músculos.
Los tics nerviosos más habituales son:
- Tocarse la nariz.
- Tronar los dedos.
- Rechinar los dientes.
- Morderse los labios.
- Encogerse de hombros.
- Pestañear rápidamente.
- Mover la cabeza hacia los laterales.
Los tics nerviosos y el estrés
Los tics pueden estar causados por diferentes detonantes, aunque en muchos casos son una manifestación del estrés, de la ansiedad o de una fobia.
Hay personas más propensas a su desarrollo y la aparición se intensifica en ciertos momentos en los que los nervios nos pueden jugar una mala pasada: exámenes, una boda, un viaje, una mudanza, etc.
Por el contrario, estas manifestaciones mejoran cuando la persona está tranquila o la situaciones estresante ha pasado. Otros causantes de los tics nerviosos pueden ser:
- Tensión excesiva.
- Inseguridad y temores.
- Sentimientos de culpa.
- Carácter obsesivo compulsivo.
- Ingesta de ciertos medicamentos.
- Represión de los sentimientos o emociones.
¿Qué hacer cuando los niños padecen tics nerviosos?
Este trastorno suele aparecer a temprana edad y es más frecuente en los niños que en las niñas, sobre todo si son introvertidos, tímidos o sobreprotegidos por sus padres. En estos casos los pequeños no pueden anticipar su aparición ni mucho menos controlarlos. Incluso intentar cambiar el hábito puede generar más estrés y angustia.
Los tics nerviosos en los niños pueden estar causados por tres factores: neurobiológicos, genéticos o ambientales (este último es el más frecuente).
Si bien en la mayoría de los casos los “síntomas” son pasajeros, es fundamental ayudar a los hijos. A continuación te compartimos algunas pautas.
1. No tratar de que modifique la conducta
Es necesario recordar que los tics nerviosos no son voluntarios y, por lo tanto, obligarles a que los controlen tiene la consecuencia opuesta: más movimientos y contracciones musculares.
2. No castigar
Lo que debemos hacer es todo lo contrario: ignorar o minimizar el problema para que el niño no se sienta disminuido y puede dejar de prestarle atención al momento de relacionarse con las demás personas.
3. Evitar situaciones estresantes
Ya que el tic nervioso probablemente haya aparecido por un trauma o una situación adversa, es muy importante no exponerlo a momentos similares. A esa edad, cualquier inconveniente en la escuela, en casa o en el parque pueden provocar síntomas de este tipo.
4. Analizar el tic
¿En qué momento o situación particular el niño mueve el brazo, pestañea o castañetea los dientes? Al observar el inicio del tic, podemos ayudarle para que elimine esa acción. Por ejemplo, se le puede distraer o entretener.
5. Hacerle sentir bien y útil
Elegir ciertas responsabilidades para que lleve a cabo en casa puede ser de utilidad en los niños con tics nerviosos. Por ejemplo, que ordenen su habitación, que saquen la basura o que junten los platos de la mesa. De esta forma, estaremos fomentando su autoestima y evitando que se sientan inseguros o disminuidos.
¿Cómo reducir los tics nerviosos?
Ya que la aparición de estos movimientos está relacionada con el estrés y la ansiedad, podríamos emplear técnicas de relajación para reducirlos. Entre los más efectivos encontramos:
1. Yoga
Sirve para equilibrar las emociones y dejar que los sentimientos fluyan. Además, el yoga contribuye a un ambiente relajado y al autoconocimiento. Con unos minutos al día y ciertas posturas, los tics nerviosos pueden reducirse paulatinamente.
2. Meditación
Otra de las prácticas que nos aporta serenidad y bienestar. Sentarse en posición de loto con los ojos cerrados y centrarse en la respiración equilibra los latidos del corazón y nos tranquiliza sobremanera. Puedes hacerlo antes de acostarte o al levantarte.
3. Masajes
Las sesiones de masajes practicadas por un profesional sirven para relajar los músculos y sobre todo para reducir los posibles dolores o molestias causados por el tic nervioso. Una vez por semana puede ser suficiente.
4. Terapia
La psicología puede ayudarnos desde el punto de vista emocional, ya que permite revelar ciertas cuestiones ocultas en nuestro interior. Por ejemplo, si hemos sufrido un trauma o nos sentimos inferiores a los demás quizás la consecuencia sea un movimiento involuntario en los músculos.
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5. Alimentación
Aunque no se trate de una técnica en sí, lo cierto es que ciertos alimentos pueden aumentar la aparición o la intensidad de los tics nerviosos. Por ejemplo, deberías reducir el consumo de café, bebidas alcohólicas y refrescos. Por el contrario te recomendamos que ingieras aquellos alimentos benéficos para el sistema nervioso tales como:
- Nueces.
- Pescado.
- Almendras.
- Infusiones de manzanilla.
6. Ejercicio
Hacer actividad física te puede servir para liberar las tensiones y dejar de lado el estrés. Por ello puede ser de ayuda si tienes un tic nervioso. Elige la disciplina que más te guste y no dudes en ejercitarte, al menos, 3 veces por semana.
No lo dejes solo
Es importante que el niño se sienta acompañado, valorado y querido para que pueda dejar atrás su problema.
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