7 tipos de ombligos más comunes y de qué depende su forma
Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto
El ombligo es una cicatriz fibrosa compuesta por la fusión de ligamentos y partes musculares, que queda en nuestro abdomen como resto del cordón umbilical. Suele tener forma de embudo o de agujero, sin embargo, también puede pasar que los tejidos se expongan hacia fuera.
Las formas que el ombligo desarrolla son muy variadas. Dependen de qué tan adherido haya estado el cordón, del proceso de cicatrización luego del nacimiento, la anatomía de cada persona e, incluso, la genética. Lo que sí es constante es su posición en la barriga.
Si notas que tu ombligo es muy diferente al de otros, ten en cuenta que no existe una forma única o «normal». En todo caso, hay variantes más o menos comunes, que son las que te explicamos a continuación para que descubras tu tipo.
1. Ombligo hacia dentro o «hueco profundo»
Este es el tipo de ombligo más frecuente. Se reconoce por ser una depresión hacia dentro de la pared del abdomen.
También suele tener un ligero pliegue en la parte superior, que proyecta una sombra. Por ello, suele compararse con una boca abierta.
El ombligo hacia dentro aparece cuando los tejidos del muñón umbilical se retraen, al momento del corte del cordón. Aunque se le llama «hueco profundo», en algunas personas solo es un orificio pequeño.
Dentro de este grupo podemos mencionar a los tipos de ombligos redondos. Destacan por una forma de círculo muy definido, sin pliegues ni capucha, y son los más fáciles de limpiar.
2. Ombligo hacia fuera o protuberante
Este es un tipo de ombligo menos usual. Aparece cuando una parte del muñón umbilical del recién nacido no se retrae, sino que sobresale. El tamaño de la protuberancia puede variar desde un abultamiento ligero a uno más pronunciado.
En algunos casos, se forma por la tendencia de la zona a las hernias. La pared alrededor del ombligo tiene algunas debilidades y los tejidos del interior del abdomen pueden empujar hacia fuera. Sin embargo, en la mayoría de los casos, esto no representa ningún riesgo ni requiere un tratamiento.
También es frecuente en las mujeres embarazadas, durante su último trimestre. En algunas madres, puede llegar a doler un poco, debido al estiramiento del abdomen. No obstante, el tejido sobresale de manera temporal y suele volver a su forma habitual tras el parto.
3. Ombligo horizontal
Este es un ombligo con una hendidura que atraviesa de forma transversal el abdomen. La mayor parte de su pliegue es horizontal y por eso adquiere un aspecto delgado.
Los ombligos horizontales pueden ser profundos cuando la persona tiene mucha grasa abdominal. Aunque también se nota mayor estiramiento en quienes tienen bastante masa muscular.
4. Ombligo en T
Es un tipo de ombligo poco frecuente y se caracteriza por tener más de un pliegue. En la zona superior, su pliegue es horizontal, mientras que el inferior es más vertical. Esto da como resultado la apariencia de una letra «T».
El desarrollo de un ombligo como este puede deberse a un proceso normal de cicatrización y a la anatomía del cuerpo. No obstante, también es resultado de cirugías o cambios notorios en el peso corporal que provocan estiramientos en la piel abdominal.
5. Ombligo vertical
También tiene el nombre de ombligo dividido, pues luce como una hendidura delgada que separa el abdomen de arriba hacia abajo. Es similar a una letra «I», no tiene mucha capucha ni pliegue en la parte superior.
La forma se atribuye a factores genéticos y a la cicatrización de la piel alrededor del muñón umbilical. También a cambios de peso bruscos y al estiramiento de la piel en el área del abdomen.
6. Ombligo bombilla
Es un tipo de ombligo que tiene muy poco o ningún pliegue en su parte superior, la cual es redondeada. La forma suele ser ovalada y se estrecha al descender hacia la pelvis. Por ello, tiene similitud con una bombilla o una botella invertida.
7. Ombligo en espiral
Ocurre cuando los pliegues de piel cicatrizan creando un remolino. Tiene la apariencia de un ombligo que se ha torcido hacia dentro.
Las causas para esta forma son la genética y el procedimiento seguido para la curación del muñón umbilical en el bebé. Si bien es uno de los tipos menos frecuentes, es muy distintivo.
¿El tipo de ombligo predice tu salud o tu personalidad?
Aunque existe el mito de que la forma del ombligo puede ser indicativa del estado de salud o de la personalidad de alguien, no hay ninguna evidencia científica que respalde dichas afirmaciones. Es cierto que es un sello anatómico distintivo y un remanente de la conexión en el útero entre madre y bebé, pero más allá de eso, no cumple ninguna función.
Por lo tanto, no puede considerarse señal del temperamento o de predisposición a una enfermedad. Lamentablemente, esas ideas circulan en internet y se difunden como ciertas, pero no lo son.
Sin embargo, si sientes dolor en el ombligo, entonces sí debes acudir al médico. Las molestias (no la forma) pueden ocurrir por problemas digestivos o por hernias.
¿Puedo cambiar la forma de mi ombligo?
Algunas personas con ombligo protuberante u horizontal, optan por cambiar su apariencia con un procedimiento quirúrgico conocido como umbilicoplastia. Se trata de una cirugía estética que se enfoca en modificar el tamaño, la forma o la posición.
En general, se suele buscar un diseño horizontal o en forma de hueco no tan profundo. Dependerá de los deseos del paciente y del asesoramiento del cirujano.
También es un procedimiento sugerido para las personas que perdieron una cantidad significativa de peso y notan cambios en la forma de su ombligo por la piel laxa y colgante que les queda. En estos casos, la umbilicoplastia forma parte de una abdominoplastia, en la que se remueve tejido cutáneo sobrante.
Tu ombligo es único
No existe un tipo ideal o normal de ombligo. Todas las formas en las que puede desarrollarse son propias de la diversidad entre las personas.
El ombligo es una marca de nacimiento que tendrá una apariencia particular, dependiendo de tu genética, del proceso de cicatrización de la piel cuando eras bebé, los posibles cambios de peso y la anatomía de tu zona abdominal.
Que te agrade o no su apariencia dependerá de lo que consideres en lo estético. Recuerda que si te produce incomodidad su forma, puedes consultar con un médico sobre las alternativas para una modificación.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Collado, M., Vallejo, J., Pérez, V., Pérez, F., & Saborit, M. (2018). Ombligo en “cerradura de puerta” y hernia umbilical. Umbilicoplastia. Multimed, 22(5). https://www.medigraphic.com/cgi-bin/new/resumen.cgi?IDARTICULO=84488
- Fahmy, M. (2018). Anatomy and Physiology of the Umbilicus. En Umbilicus and Umbilical Cord. Springer, Cham. https://link.springer.com/chapter/10.1007/978-3-319-62383-2_20
- Fahmy, M. (2018). Umbilicus Types and Shapes. En Umbilicus and Umbilical Cord. Springer, Cham. https://link.springer.com/chapter/10.1007/978-3-319-62383-2_22
- Hespe, G. E., Stepien, D. M., Sherif, R. D., & Gilman, R. H. (2021, September). Umbilicoplasty in abdominoplasty: modifications for improved aesthetic results. In Aesthetic Surgery Journal Open Forum (Vol. 3, No. 3, p. ojab025). US: Oxford University Press. https://academic.oup.com/asjopenforum/article/3/3/ojab025/6306515
- Schlaudraff, K. (2017). Umbilicus Management – History and New Trends: Creating a Neo-umbilicus. En Tiryaki, K. (eds) Inverse Abdominoplasty. Springer, Cham. https://link.springer.com/chapter/10.1007/978-3-319-39310-0_8
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.