Trastorno bipolar tipo I
Revisado y aprobado por el biotecnólogo Alejandro Duarte
El trastorno bipolar tipo I, también llamado depresión maníaca, es la forma más extrema de la enfermedad maníaco-depresiva, cuya característica principal es la aparición de episodios maníacos o mixtos, alternados con al menos una crisis de depresión mayor.
Los pacientes afectados por esta enfermedad mental han tenido al menos un episodio maníaco en su vida. Durante este estado emocional se sienten eufóricos y llenos de energía, con comportamientos anormales que pueden interrumpir el ritmo de vida.
A menudo, el primer episodio maníaco está precedido por uno o más episodios de depresión mayor. Estos estados de ánimo intensos afectan de forma considerable la calidad de vida, pues interfiere en las relaciones personales y, muchas veces, conduce a intentos de suicidio.
Sin embargo, entre los episodios de manía y depresión, muchas personas con trastorno bipolar tipo I pueden vivir una vida normal. Además, sus síntomas se pueden mantener bajo control siguiendo un plan que incluye medicamentos y terapia psicológica.
Causas del trastorno bipolar tipo I
Se desconoce la causa exacta del trastorno bipolar tipo I, pero al parecer está relacionado con factores genéticos, biológicos y ambientales. Una persona tiene más riesgo de sufrir esta enfermedad mental si:
- Tiene un pariente consanguíneo (como padre o hermano) con trastorno bipolar
- Ha sufrido experiencias traumáticas o abuso en la infancia
- Está expuesta de forma constante a situaciones de estrés
- Abusa de sustancias psicoactivas y bebidas alcohólicas
- Ha sufrido la pérdida de un ser querido recientemente
- Tiene alteraciones neurológicas o endocrinas
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Síntomas del trastorno bipolar tipo I
Para hablar de trastorno bipolar tipo I y no de otras afecciones mentales, la persona ha de haber tenido por lo menos un episodio maníaco, precedido de un episodio hipomaníaco o depresivo mayor. En ocasiones, la manía provoca una desconexión de la realidad o psicosis.
Síntomas del episodio maníaco
La manía o episodio maníaco se caracteriza por un estado excesivamente alegre o sobreexcitado. Sus síntomas son similares a los de la hipomanía, pero son más intensos y suelen causar problemas en las actividades sociales y laborales. Los más comunes son:
- Disminución de la necesidad de dormir
- Autoestima elevada
- Episodios anormales de optimismo, nerviosismo o tensión
- Aumento de energía y agitación
- Sensación exagerada de bienestar (euforia)
- Frenesí de ideas
- Hablar de manera excesiva
- Conductas impulsivas e imprudentes
- Comportamientos sexuales riesgosos
- Abuso de sustancias
- Hacer compras compulsivas
Síntomas del episodio depresivo mayor
Los síntomas de depresión pueden aparecer un poco después del episodio maníaco. Sin embargo, a veces tardan en manifestarse varias semanas o meses. Para catalogarse como episodio depresivo mayor, los síntomas deben ser lo suficientemente graves como para causar dificultades evidentes en las actividades cotidianas. Estos incluyen:
- Estado de ánimo depresivo, con sensación de tristeza constante y desesperanza
- Ganas de llorar
- Pérdida del interés por actividades placenteras
- Cambios bruscos de peso
- Insomnio o dormir demasiado
- Agitación o comportamiento lento
- Fatiga crónica
- Sentimiento de inutilidad o culpa
- Indecisión y dificultades de concentración
- Pensamientos suicidas
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Diagnóstico
Los primeros pasos para el diagnóstico del trastorno bipolar I incluyen una exploración física y análisis clínicos para identificar si existe algún problema médico que pudiese estar ocasionando los síntomas. Luego, tras un interrogatorio, el médico puede sugerir:
- Evaluación psiquiátrica: que analiza los pensamientos, sentimientos y conductas para determinar si corresponden a los del trastorno bipolar tipo I. Es posible que se deba complementar con una autoevaluación o cuestionario.
- Evaluación psiquiátrica: el psiquiatra puede comparar los síntomas del paciente con los criterios para el trastorno bipolar y trastornos relacionados que están descritos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-5 publicado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría.
Tratamiento para el trastorno bipolar tipo I
Para un adecuado manejo del trastorno bipolar tipo I se debe contar con la supervisión de un médico especializado en enfermedades mentales (psiquiatra). Este profesional tiene la capacidad de diseñar un programa de control adecuado para cada caso.
Es probable que en el equipo de tratamiento también haya psicólogos, asistentes sociales y enfermeros psiquiátricos. Los medicamentos y la psicoterapia están centrados en controlar los síntomas y disminuir las crisis.
Medicamentos
Para el control de los episodios maníacos del trastorno bipolar tipo I se requieren medicamentos como los estabilizadores del estado de ánimo, antipsicóticos, antidepresivos y sedantes hipnóticos como las benzodiacepinas.
Psicoterapia
La psicoterapia es una parte esencial del tratamiento del trastorno bipolar tipo I. Puede hacerse de manera individual, familiar o grupal. Aunque su principal objetivo es ayudar a controlar el estado de ánimo, también sirve para estabilizar los ritmos de vida diarios.
- Terapia interpersonal: necesaria para ejercer más control en el estado de ánimo y recuperar el ritmo social.
- Terapia cognitiva conductual: centrada en identificar las conductas negativas para encontrar soluciones. También permite establecer qué detona los episodios de bipolaridad.
- Psicoeducación: ayuda a pacientes y familiares a comprender el trastorno bipolar y sus efectos.
- Terapia centrada en la familia: el apoyo familiar es necesario para evitar recaídas. Además, les permite a los parientes estar alertas ante cualquier signo de advertencia de cambios en el estado de ánimo.
El tratamiento para el trastorno bipolar tipo I debe ser continuo, incluso en los períodos donde hay ausencia de síntomas. Los medicamentos se deben tomar de por vida o hasta que el psiquiatra lo indique. Asimismo, es conveniente que los pacientes adopten hábitos saludables.
Tener una rutina habitual para dormir, comer y hacer actividad física puede ayudar a paliar los descontroles del estado de ánimo. También es muy importante mantenerse alejado de las bebidas alcohólicas y drogas recreativas.
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