Triste es dar con el amor de tu vida y tener que devolverlo
Escrito y verificado por el psicólogo Bernardo Peña
No es fácil dar con el amor de tu vida. Con esa persona capaz de encajar en tus vacíos, de limar tus esquinas y dar luz a tu existencia. Ahora bien, en ocasiones, el tiempo trae una dura realidad: hemos de dejarlo ir, porque solo respiramos infelicidad.
Las relaciones afectivas no son fáciles. A veces, ni siquiera el amor es suficiente. Y, por ello, cualquiera puede sentir desde frustración hasta cierta desesperanza a la hora iniciar nuevos compromisos.
Ahora bien, hay que tener clara una cosa: el amor de tu vida no se centra solo en una persona. No hay un amor perfecto ni ideal. Las relaciones se construyen, de ahí que valga la pena encontrar a esa persona que, de verdad, merece, sabe y quiere estar en tu vida.
El amor de tu vida también puede defraudarte
Cuando una persona quiere a otra, lo da todo, sin límites. Llegado a este punto, recordemos algunos puntos que nos enseñan la psicología emocional y profesionales como Walter Riso: “no debemos aferrarnos a nadie”, “primero somos nosotros y después nuestras parejas”, etc.
En la vida real, puede ser es complicado cumplir estos aspectos. Sin embargo, tampoco es imposible.
- Cuando encuentras al amor de tu vida eres capaz de dejarlo todo, de no ver ningún obstáculo y de priorizar a tu ser querido por encima de cualquier cosa.
- Amar es también arriesgarse. Por ello, es normal que te veas capaces de hacer renuncias y grandes proezas por alcanzar esa supuesta felicidad al lado de la persona que crees que es la ideal.
- Toda relación necesita compromiso, ilusión y voluntad. Pero cuando sientes que has encontrado a la persona adecuada, estas dimensiones adquieren una intensidad mayor.
El principal problema de encontrar al amor de tu vida es que focalizas muchos sueños, deseos y proyectos. Aspectos que pueden ir derribándose poco a poco en el caso de que te des cuenta de que la relación es insostenible y dolorosa.
Hay quienes podrían concluir es que el amor es ciego y que las personas se suelen fijar en las personas equivocadas. Sin embargo, eso no es así siempre. El ciego no es el amor, sino las ilusiones que cada quien construye en torno a esa pareja en concreto.
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Lo que debes saber sobre el amor de tu vida
El amor de tu vida es una persona igual de imperfecta que tú
Lo primero que vale la pena recordar es que hay que ir con cuidado con las altas expectativas. No idealices, no proyectes en la otra persona aspectos que no son reales. Este es un error en el que caen muchas personas y que vale la pena tener en cuenta.
- Conoce y observa a la persona de la que te enamores “sin anestesia” y con total realidad. Ten presente siempre que nadie es perfecto, ni siquiera tú mismo.
- Acepta defectos, manías y costumbres sabiendo encajarlos con las tuyas para saber convivir de forma armoniosa.
La persona ideal puede aparecer varias veces
Es común que caigamos en la idea de que “hubo alguien perfecto”. Alguien que dejamos atrás y que hemos puesto en un pedestal, al que nadie puede igualarse. No lo hagas.
- El amor perfecto puede llegar no una, sino varias veces. No te empeñes en estos términos cargados de romanticismo que nos impiden ver las realidad de las cosas. O sufrirás inútilmente.
- Permítete ser feliz tantas veces como sea necesario. No obstante, ten en cuenta que también se puede ser feliz sin pareja. Lo importante es no tener la necesidad de buscar a alguien perfecto. Basta con que sea buena persona y sepa reconocer todas tus grandezas, sin dejar de aceptar tus defectos.
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¿Cómo saber si aparece la persona que te conviene de verdad?
Hay algunas cuestiones que te pueden dar una pista sobre si has encontrado o no la felicidad junto a una persona:
- Puedes ser tú mismo en cada momento del día.
- Te sientes libre a la vez que feliz de tener ese compromiso.
- Ya no piensas en el pasado. No lamentas nada de lo vivido y aceptas todo lo experimentado porque te ha permitido estar donde estás: con la persona amada.
- Eres su prioridad y, a la vez, esa persona te permite crecer y tener espacios propios.
- Está cuando la necesitas.
- Sabe hacer equipo, construye y no destruye.
- Sabe cuidar la relación a través de los pequeños detalles.
- Te ríes con ella, disfrutas, hay complicidad.
- Los días malos mejoran con su apoyo.
- Piensas cómo será tu futuro con esa persona y sientes ilusión.
- Sientes que es un amor maduro, donde no hay celos porque existe la comprensión y la confianza.
- Te sientes bien contigo mismo cuando estás con esa persona y, a pesar de que haya momentos complicados, percibes que todo puede superarse.
Recuerda que vivir anclado en el pasado hace que no puedas disfrutar el presente y el futuro. Todos hemos tenido experiencias que a veces desearíamos no haber vivido, pero gracias a ellas, hoy somos como somos y estamos donde estamos. No hay que lamentarse, sino aprender y crecer.
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