Vitamina K: fuentes y funciones

La vitamina K es esencial para la salud. Dentro de sus múltiples funciones, la más destacada es su papel en la coagulación de la sangre.
Vitamina K: fuentes y funciones
Alejandro Duarte

Revisado y aprobado por el biotecnólogo Alejandro Duarte.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 julio, 2023

La vitamina K es un tipo de vitamina liposoluble, esencial para la correcta coagulación sanguínea, el mantenimiento de la salud cardiovascular y el buen estado de los huesos,entre otras funciones. Gracias a ella, los factores de coagulación circulan activos, algo esencial para detener las hemorragias.

Fuentes de vitamina K

Fuentes de vitamina K

Las principales fuentes de vitamina K son exógenas. Es decir, la mayor parte del aporte de esta se realiza a partir de la dieta que se lleva en el día a día. En ese sentido, los alimentos con mayor contenido de vitamina K son:
  • Verduras como la coliflor, el repollo o el brócoli.
  • Las hojas verdes, como la lechuga, las acelgas o las espinacas.
  • El pescado.
  • El hígado.
  • Los huevos.
  • Algunos cereales.

Sin embargo, no debe pasarse por alto la existencia de una fuente endógena de esta vitamina: la flora intestinal. Las bacterias que forman parte de la flora del tracto digestivo son una importante fuente de vitamina K endógena.

Aunque este pequeño aporte endógeno de vitamina K es importante, no es suficiente. El aporte de esta vitamina con la dieta es fundamental, tanto para la salud, como para mantener muchos procesos fisiológicos.

¿Cómo se absorbe?

Cómo se absorbe

A grandes rasgos, la vitamina K se absorbe en el ileon  y en el colon. Para ello, es necesario que las funciones biliar y pancreática funcionen correctamente. Además, dado que es una vitamina liposoluble, su absorción se ve favorecida por la presencia de grasas.

Funciones de la vitamina K

En primer lugar, l a vitamina K actúa como coenzima. En otras palabras, son moléculas orgánicas que, al unirse al precursor de una enzima, permiten que esta se convierta en su forma activa. Una vez que la enzima pasa a su forma activa, las reacciones pueden llevarse a cabo.

Esta sería una manera de graficar este proceso con un ejemplo concreto: queremos lavar el coche, lo que sería la reacción. Para ello, necesitamos el túnel de lavado, que sería la enzima.

Cuando llegamos, el túnel no funciona; las esponjas no giran, y no hay ni agua, ni jabón. Es decir, nuestra enzima se encuentra inactiva. Para activarla, necesitamos un cofactor, que sería el dinero. Una vez que el dinero está en la máquina, esta se pone en marcha; es decir, la enzima se activa.

Papel en la coagulación de la sangre

Cómo se coagula la sangre (2)

La función principal de la vitamina K es la de activar determinados factores de coagulación en el hígado. Este proceso se denomina gamma-carboxilación. Afecta a los factores dependientes de vitamina K, es decir: factores II, VII, IX y X y las proteínas C y S.

Gracias a este paso, puede ponerse en marcha la cascada de coagulación destinada a frenar las hemorragias. Los factores pasan de un estado inactivo a otro activo.

Relación con la calcificación de los huesos  

Otra función muy importante de esta vitamina es su papel como facilitador en la captación del calcio. Este proceso es posible gracias al papel que tiene la vitamina K en la carboxilación de la osteocalcina, una hormona producida durante la formación ósea.

El análisis de su concentración en sangre permite conocer el ritmo de formación y remodelación ósea, lo que resulta de especial interés en algunas patologías. En mujeres menopáusicas, este dato es de gran utilidad para controlar la osteoporosis.

En este sentido, un déficit de la vitamina K se asocia a una menor densidad ósea. Con ello, el riesgo de fracturas es más elevado.

Protección cardiovascular

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Como mencionamos antes, la vitamina K es esencial para la carboxilación de una proteína denominada Glaz. Esta inhibe la calcificación de los vasos sanguíneos.

Por lo tanto, una correcta ingesta de esta vitamina protege al individuo del daño vascular. De ello puede deducirse que las concentraciones bajas de esta aumentan el riesgo cardiovascular. Además, la vitamina K nos protege frente a la diabetes y tiene un importante papel en la sensibilidad a la insulina.

Usos médicos

A nivel clínico, la vitamina K se emplea en:

  • Recién nacidos: Para prevenir hemorragias graves.
  • Como antídoto: Para frenar hemorragias provocadas por anticoagulantes clásicos, como el Sintrom.

En definitiva, no cabe duda de que la vitamina K es una más entre las varias que nuestro organismo necesita para funcionar de manera óptima. Ya lo sabes: garantizar su ingesta a partir de los alimentos citados es sumamente importante para las funciones aquí detalladas.


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