7 productos que jamás debes usar como lubricante
Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto
El uso de lubricantes resulta útil para las personas que experimentan sequedad vaginal, dolor durante la penetración o practican sexo anal. Sin embargo, es crucial elegir el producto adecuado, ya que no todos los lubricantes son seguros. El aceite de bebé Johnson’s®, la vaselina o las cremas hidratantes pueden ocasionar infecciones y comprometer la integridad de los preservativos, aumentando el riesgo de embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual.
Para quienes buscan opciones más seguras, existen lubricantes caseros, como el aloe vera y los aceites de cocina de oliva o de coco. No obstante, se recomienda optar por productos pensados para ese fin, dado que están formulados para ser compatibles con las zonas íntimas. En casos de emergencia, estas alternativas pueden ser útiles, pero no deben reemplazar los lubricantes comerciales en condiciones normales.
1. Vaselina sólida y líquida
A pesar de que la vaselina se utiliza para lubricar el ano o la vagina desde hace mucho tiempo, su uso frecuente es arriesgado. Aunque existen datos contradictorios al respecto, es posible que colocar vaselina en el canal vaginal represente un mayor riesgo de tener vaginosis bacteriana.
Pero este no es el único peligro. Es importante recordar que la vaselina está hecha a base de petróleo. De esta manera, existe un riesgo de que los preservativos o los diafragmas de látex se rompan con su uso. Además, no puede ingerirse, por lo que está contraindicada para el sexo oral.
2. Gel para el cabello
Por sus componentes, como parabenos, fragancias y glicerina, este producto resulta muy agresivo y podría provocar lesiones en la piel o una picazón intensa.
En el caso de los parabenos, aunque deben seguir bajo análisis, algunos estudios indican que se absorben de forma sistemática con su uso y pueden representar un riesgo para la salud. También se sabe que la glicerina puede alterar la flora vaginal y aumentar la transmisión de enfermedades.
3. Cremas corporales (como Nivea®)
Los componentes químicos, como el propilenglicol, y las fragancias de las cremas hidratantes corporales, pueden generar reacciones alérgicas y dermatitis de contacto. En el caso de la famosa crema Nivea®, contiene aceites minerales, perfume y glicerina, que pueden enrojecer la zona y aumentar la posibilidad de tener una infección.
4. Saliva
El uso de saliva como lubricante sexual eleva el riesgo de padecer infecciones. Esto se debe a que la saliva reúne miles de patógenos que tienen la capacidad de infectar el canal vaginal, el canal anal y el pene. Así, es un medio de transmisión del virus de hepatitis B, el citomegalovirus o el herpesvirus. Además, se seca muy rápido, por lo que no brinda suficiente lubricación, ocasionando irritación y molestias.
5. Aceite de bebé (como Johnson’s® o Mennen®)
Al igual que ocurre con otros productos derivados del petróleo, no se recomienda usar aceite de bebé para lubricar el ano o la vagina. Como mencionan en Sexually Transmitted Diseases, su uso en el recto se asocia con una mayor posibilidad de padecer infecciones.
En cuanto a su empleo vaginal, es posible que incremente la irritación y predisponga a padecer vaginosis bacteriana o candidiasis. Como si fuera poco, reduce la efectividad del látex, por lo cual puede generar la rotura del preservativo, del diafragma o del capuchón cervical.
6. Glicerina
A pesar de ser un producto común que se encuentra en algunos lubricantes comerciales, se desaconseja uso de la glicerina porque puede dañar las células vaginales y rectales. Entonces, es posible que aumente la transmisión de enfermedades de transmisión sexual, como el herpes y el VIH. Además, se relaciona con cambios en la flora vaginal y más probabilidades de tener vaginosis bacteriana.
7. Acondicionadores y jabones
Los productos cosméticos poseen algunos ingredientes que deben evitarse en la zona tan sensible de los genitales. Entre ellos, suelen tener perfumes fuertes, glicerina, parabenos y otros excipientes que pueden ocasionar reacciones alérgicas.
Hemos indicado que la glicerina y los parabenos no están aconsejados. Por su parte, excipientes como la clorhexidina pueden aumentar la susceptibilidad de padecer infecciones o irritaciones, porque reducen el crecimiento de las bacterias buenas. Es por eso que debes evitar usar acondicionador o jabón como lubricante.
¿Qué hacer si has usado uno de estos productos?
En principio, no debes alarmarte. Que hayas empleado alguno de estos productos caseros no significa que tendrás un problema de salud. Sin embargo, es importante seguir algunos pasos para disminuir el riesgo de tener efectos secundarios. Te recomendamos detener su uso y seguir estas indicaciones:
- Lávate con agua tibia y un jabón suave: lo primero que debes hacer es limpiar la zona íntima externa con un jabón que sea apto, no irritante y sin fragancia. El objetivo es eliminar los restos del producto usado.
- Observa si hay síntomas de irritación o alergia: la picazón, el ardor, el enrojecimiento o alteraciones del flujo vaginal son síntomas que debes tener en cuenta. Si notas alguno de ellos, consulta con un médico.
- No uses productos irritantes: mantener una buena higiene íntima masculina o femenina es fundamental después de haber usado un producto desaconsejado. Por eso, evita perfumes o productos con alcohol.
- Mantén la zona seca y aireada: usa prendas interiores de algodón y evita la ropa ajustada, ya que puede aumentar la humedad en la zona y propiciar una infección.
- Consulta con un profesional de la salud: si experimentas síntomas persistentes, lo mejor es asistir a una consulta médica lo antes posible.
- Prevén futuros incidentes: para evitar situaciones similares en el futuro, asegúrate de utilizar solo productos diseñados para la lubricación íntima. Si prefieres una alternativa más natural, consulta antes con un médico.
Infórmate bien y elige la opción que más te guste
En las tiendas hay productos específicos para tener sexo saludable y satisfactorio, sin poner en riesgo la salud. Por ello, evita usar alternativas caseras o productos de bajo costo que desconozcas o que ni siquiera tengan un etiquetado adecuado.
Antes de aplicarte cualquier cosa, piensa que estás tratando con una parte íntima y muy sensible de tu cuerpo. Los riesgos superan con creces a los beneficios. La posibilidad de contraer infecciones y de que se produzcan complicaciones es alta, de modo que nunca se deben usar los productos mencionados como lubricantes.
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