5 razones por las que no deberías darle a tus hijos batidos de chocolate

Los batidos de chocolate suelen contener aditivos y una alta cantidad de azúcar que perjudica la salud metabólica de los niños a medio plazo.
5 razones por las que no deberías darle a tus hijos batidos de chocolate
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 06 julio, 2023

Las noticias alertando sobre el peligro de ciertos alimentos a veces nos cansan, pero debemos prestarles atención. ¿Sabes por qué tus hijos no deberían beber diariamente batidos de chocolate?

Como madres y padres, estamos seguros de que en más de una ocasión habrás leído el análisis nutricional de, por ejemplo, los tetrabriks de 200 mililitros que solemos ponerles en la mochila.

Todo nos parece positivo, sabemos que contienen esos estabilizadores que mantienen su aspecto y textura, pero… ¿Hay algo más que no nos dicen? Hoy en nuestro espacio queremos explicártelo.

Análisis de los batidos de chocolate

Merengada o batido de chocolate.

1. Presencia de carragenanos

Si nunca has oído hablar de los carragenanos te diremos que son un producto natural elaborado a base de diferentes algas. ¿Algas en un producto lácteo? Así es.

Ahora bien, a pesar de ser un elemento natural debes saber que la Organización Mundial de la Salud lo desaconseja para la alimentación infantil, ha avisado que puede:

Es posible que te preguntes cuál sería la cantidad diaria recomendada para que los niños no sintieran estos efectos. De momento, las autoridades sanitarias no se han puesto de acuerdo al respecto.

Lee también: Cómo tratar la diarrea en los niños

2. Los batidos de chocolate contienen caseína

Este dato seguro que ya lo conoces. Los batidos de chocolate no dejan de ser un producto lácteo y, por tanto, son ricos en caseína, es decir, la proteína de la leche.

Los efectos de esta proteína en el cuerpo varían mucho de persona en persona, pero en los organismos infantiles suelen verse muchas veces los siguientes efectos:

  • Irritan el intestino.
  • Producen alergias.
  • Afectan al sistema inmune.
  • Puede producir eccema o bronquitis, todo inducido por la alergia a este lácteo.

No todos los niños desarrollarán este tipo de alergias o reacciones, pero es un dato que debemos tener en cuenta para, al menos, regular su consumo.

A pesar de todo, los estudios más actuales recomiendan la ingesta de este tipo de proteína a la hora de ayudar a preservar la masa muscular. Por este motivo, existe cierta discordancia en cuanto a su consumo. Hasta hace pocos años se valoraba más la proteína de suero lácteo que la caseína, pero últimamente las recomendaciones están comenzando a cambiar.

3. Contienen demasiado azúcar

No te sorprenderá si te decimos que los batidos de chocolate contienen azúcar pero, ¿sabías que un brick de 200 mililitros contiene casi 30 gramos de azúcar?

Esta cantidad es demasiado elevada y más si tenemos en cuenta que en el caso de los niños su consumo suele ser muy frecuente.

  • El azúcar causa resistencia a la insulina, con lo cual, corremos el riesgo de que los niños acaben sufriendo síndrome metabólico y diabetes.
  • El azúcar aumenta la concentración de ácidos biliares en las heces y las enzimas bacterianas en el colon, lo cual puede reducir la diversidad bacteriana, según un estudio publicado en el año 2018.
  • Los batidos de chocolate presentan en su composición jarabe de maíz, un tipo de endulzante muy rico en frutosa. Este compuesto puede causar daños en el hígado a largo plazo.
  • Corremos el riesgo de que nuestros hijos se conviertan en niños obesos.

4. No harán que los niños tengan los huesos fuertes

Batido de chocolate

Es habitual que las empresas lácteas que fabrican este tipo de batidos de chocolate nos vendan sus beneficios a través de frases como: “promueve el crecimiento óseo, los huesos de los niños crecen más fuertes, será alto y fuerte”…

  • Este tipo de informaciones hay que valorarlas con calma, cuidado y algo de escepticisimo. El calcio de este tipo de batidos de chocolate no se absorbe con facilidad. De hecho, es común perderlo.
  • Amy Lanou, directora del centro de nutrición del “Comité de médicos para una medicina responsable”, nos indica curiosamente que los países con las tasas más altas de osteoporosis son aquellos en los que la gente bebe más leche envasada, o más batidos de este tipo.
  • Los batidos de chocolate no son una buena fuente para obtener calcio. Sería más recomendable un yogur natural, o incluso el calcio de las fuentes vegetales. Además, cabe recordar que la mejor forma de asimilar el calcio de los alimentos es combinar su ingesta con el consumo de productos ricos en vitamina C.

5. Puede no saber a chocolate

El sabor es completamente artificial. De hecho, los fabricante suelen utilizar productos químicos y otros elementos aromáticos que recuerdan al chocolate sin necesidad de serlo. Lo mismo ocurre con otros sabores como la fresa, la vainilla…

Es habitual que contengan sustancias como la proteína vegetal hidrolizada o glutamato monosódico. A este dato se le añade otro aún más preocupante: los fabricantes de alimentos no tienen por qué revelar los ingredientes que utilizan para crear ese sabor.

Se supone que son fórmulas privadas para poder competir con otras marcas. Es lo que ocurre, por ejemplo, con Coca-Cola.

Prepara tus propios batidos en lugar de comprarlos

Hacer batidos en la licuadora

No hay por qué renunciar a los lácteos, pero vale la pena consumir los más saludables, los que sabemos que tienen mayor cantidad de calcio y que, además, cuidan de la flora intestinal de los niños.

Puedes prepararle a tus hijos un batido con un yogur blanco natural añadiendo chocolate en polvo y un poco de bebida de avena. Les encantará.

Las bebidas vegetales son también una opción adecuada, siempre que no contengan azúcares añadidos. Otra idea es prepararles zumos naturales de casa.

Para concluir, queremos señalarte que consumir de vez en cuando un batido de chocolate no implica riesgo alguno. El peligro llega cuando estas bebidas se convierten en algo habitual en la dieta de los niños.


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