5 virtudes que toda relación amorosa debe tener

Nunca debemos basar nuestra relación en la dependencia. Debemos adaptarnos el uno al otro, pero sin someternos. El respeto y la ilusión son fundamentales para el éxito de toda relación de pareja.
5 virtudes que toda relación amorosa debe tener
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 19 enero, 2021

Mantener una relación amorosa estable, saludable y feliz, es algo a lo que todo ser humano aspira. No existe ninguna receta mágica que nos permita conseguirla. No obstante, sí debemos saber que hay unos pilares básicos a los que todos deberíamos aspirar. Te los comentamos a continuación.

Una relación amorosa debe edificar a ambos, hacerlos sentir libres con todo y su unión, ayudarlos a aceptar el pasado, vivir el presente y mirar hacia el futuro con entusiasmo.

1. Dar y recibir

10 cosas que las buenas parejas hacen juntos.

En ocasiones, caemos en el error de darlo absolutamente todo por la otra persona, sin esperar nada a cambio. Debemos tener cuidado con el hecho de que la balanza se incline siempre hacia el mismo lado. Antes bien, la atención y el respeto son dos de esos pilares sobre los que debe descansar la relación de pareja.

Mantener una relación amorosa saludable es dar y recibir por igual. Lo deseable sería no tener que exigir, pero, llegado el caso, conviene hacerlo en pos de la salud de la relación. Yo te ofrezco mi amor, y, a cambio, necesito ser respetada, comprendida y atendida.

El pacto debe residir, pues, en que seamos capaces de ofrecer lo mismo que exigimos de la otra persona. De lo contrario, no tardarán en aparecer sentimientos como el sufrimiento y la frustración. Ábrete a la otra persona, pero cerciórate de recibir lo mismo a cambio.

2. Amar sin depender ni someter

Otro error muy común es construir una relación basada en la dependencia. Si nos acostumbramos a depender de otra persona, jamás nos sentiremos realizadas. Esta da pie a situaciones propicias para la aparición de los celos o la desconfianza. Debemos construir una relación amorosa en la que no haya sometimiento, en la que nadie obligue a nadie a hacer nada que no quiera, en la que no haya dominación ni control.

Lo deseable, en cualquier caso, es que nuestra pareja confíe en nosotros, que nos quiera. Cosa bien distinta es nos quite el aire o nos ponga límites. Disponer de espacio para una como persona es algo esencial. Es decir, no solo debes encontrar tiempo para ti misma, para crecer como persona, sino que tu pareja ha de ayudarte en tu propósito. Ello redundará en el refuerzo de la autoestima y la autonomía de ambos. Di no al sometimiento.

3. Escuchar y aprender a dialogar

Las discusiones son algo habitual en la relación amorosa. ¿Qué pareja no ha tenido diferencias en alguna ocasión? Es algo normal e incluso higiénico. Defender el punto de vista propio nos ayuda a marcar normas y a poner límites, también necesarios para el entendimiento mutuo.

En esas ocasiones, por lo general poco agradables, ponemos a prueba a la otra persona y a nosotras mismas. Pero, permite, además, conocer mejor a la pareja. Así, mejor que discutir, lo mejor será aprender a dialogar. O sea, que la finalidad de ese intercambio de opiniones sea para bien, nunca para sancionar o humillar al otro.

Dialogamos para llegar a acuerdos y para aprender de esas situaciones. De ahí la importancia de saber escuchar. Quiere ello decir hacer el sano ejercicio de ponerse en el lugar de la otra persona y tener en cuenta sus necesidades.

Saber escuchar es saber hablar, aportar ideas, defender el punto de vista propio y tener la valentía de cambiarlo si, tras el intercambio, viéramos la ventaja o la justeza del planteamiento de la pareja. Conviene, pues, intentar tener la mente abierta y comprender que dialogar no es enfadarse ni insultar. Dialogar es comprender y aprender también.

4. Saber adaptarse

Hay algo que debemos tener claro: no es posible cambiar a la otra persona. Tampoco es bueno intentar que lo haga, porque es inútil. Pongamos un ejemplo sencillo: a ti te gusta la naturaleza y estás acostumbrada a hacer excursiones con tus amigos y familia los fines de semana. Él, sin embargo, es más de estar en casa, de ver la televisión o de jugar con su consola. Os queréis pero vuestros intereses difieren a veces.

¿Debes tú dejar de ir a pasear por el campo? ¿Debe él dejar sus costumbres? En absoluto, debemos adaptarnos el uno al otro y saber compaginar aficiones. Una posible solución para este problema podría ser que una semana te acompañará él  a tus excursiones, y la siguiente, te quedes en casa viendo películas cómodamente con tu pareja.

Para llegar a estos acuerdos es necesario que en la relación amorosa exista respeto e ilusión por tener un proyecto juntos.

5. Mantener la ilusión cada día

Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta

-Sam Keen.

El amor se alimenta día a día, incluso, con los pequeños gestos. Los gestos son muy importantes para mantener esa ilusión cotidiana con la cual mantener fuerte nuestra relación amorosa. Y ello requiere pequeños esfuerzos y tener detalles siempre que sea posible. Demuéstrale a la otra persona lo importante que es para ti. Y, deja que tu pareja te lo demuestre también.

Una caricia cuando menos se espera, un beso de buenos días, acostarnos los dos a la misma hora, esforzarnos por hacer cosas juntos, demostrar con hechos que la otra persona importa… Todos son pilares sobre los que se edifica una relación verdaderamente sólida y estable.

Recuerda: la relación ideal es la que se construye día a día sobre estas bases. Te mereces ser feliz y puedes hacer mucho para conseguirlo. En tus manos está la felicidad. Nunca lo olvides.


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  • Austen, J. (2000). Sentido y sensibilidad. Barcelona: Plaza & Janés.
  • AA.VV. (2012). La cultura y el proceso de socialización. Madrid: McGrawHill.
  • Ruiz Becerril, D. (2001). “Relaciones de pareja”, Revista de Educación, 325: 49-55.

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