¿Por qué los frutos secos son buenos para el cerebro?
Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater
Los frutos secos son una verdadera maravilla de la naturaleza. Contienen una enorme cantidad de nutrientes, entre ellos magnesio, fósforo, potasio, vitamina E y vitaminas del complejo B. Todo ello los convierte en alimentos que deben incluirse en la dieta regular.
Los frutos secos contribuyen a mantener el buen funcionamiento del sistema cardiovascular. Esto, a su vez, incide en la buena salud cerebral. Se debe a que cuando los órganos del cuerpo tienen un buen aporte de sangre y de oxígeno, mejora el funcionamiento del cerebro.
Hay varias investigaciones al respecto que prueban que el consumo regular de nueces, almendras, maní, pistachos, avellanas y todo tipo de frutos secos está asociado con una menor mortalidad y un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares y nerviosas. Veamos esto con mayor detalle.
Una investigación relevante
En la Universidad de Loma Linda University Health, Estados Unidos, se llevó a cabo una investigación sobre la relación entre la salud cerebral y el consumo de frutos secos. Para el estudio se tomó como base a un grupo de personas que consumían frutos secos. Entre ellos, nueces, almendras, pistachos, maní, etc.
A estas personas se les realizaron varios electroencefalogramas. Dichos exámenes revelaron que el consumo de frutos secos aumentaba la longitud de las ondas cerebrales. Así mismo, detectaron que se incrementó la producción de ondas Delta y ondas Gamma.
El doctor Lee Berk, director de la investigación, indicó que los frutos secos estimulaban la frecuencia de las ondas cerebrales. El efecto de esto es un mejoramiento en los procesos cognitivos, en la memoria y en el estado de ánimo.
Las nueces, un superalimento
Las nueces son uno de esos frutos secos que le generan enormes beneficios al cerebro. Tienen un alto contenido de vitaminas y minerales, pero se destacan particularmente por los altos niveles de vitamina E en su composición.
La vitamina E tienen un elevado efecto antioxidante. De la misma manera, es una fuente de ácidos grasos poliinsaturados, dentro de los que se destacan el omega 3 y omega 6. Estos son esenciales para el funcionamiento neuronal y del sistema nervioso central.
Las nueces contienen también ácido fólico, el cual disminuye el riesgo de sufrir enfermedades cerebrovasculares. Adicionalmente, por su alto contenido en melatonina, podrían favorecer el sueño reparador.
Las almendras, otro de los frutos secos que benefician el cerebro
Las almendras son otro de esos frutos secos que inciden de manera positiva en la salud cerebral. Tienen un elevado contenido en fósforo, algo así como 481 miligramos por cada 100 gramos de almendra. Ese elemento mejora el rendimiento intelectual.
En la Universidad de Illinois (Chicago, USA) se llevó a cabo un estudio acerca del efecto del consumo de almendras en el rendimiento intelectual. Se comprobó que quienes consumían un puñado de estos frutos secos al día resolvían más acertadamente las pruebas de memoria.
Lo aconsejable es ingerir al menos unas 8 almendras al día, entre las comidas. Para mayor eficacia, acompañarlas con una taza de té verde. Este último es rico en polifenoles, que son buenos antioxidantes.
El maní, también buenos para tu cerebro
En la Escuela de Ciencias de la Salud de la Universidad del Sur de Australia se adelantó un estudio sobre el consumo de maní. La directora de la investigación, Alison Coates, indicó que este fruto seco tiene estupendos efectos sobre la salud cerebral.
El estudio llegó a una conclusión interesante: consumir 30 gramos de maní por día ayuda a reducir los niveles de colesterol y mejora las funciones cerebrales. Esto equivale más o menos a 30 granos de este fruto seco.
El maní posee compuestos (como la arginina) que hacen que haya un mejor flujo sanguíneo, según publicaciones académicas. Esta vasodilatación favorece todas las funciones cerebrales y permite que haya un mejor desempeño en las actividades cognitivas.
Dos estudios alentadores
En 2015 se publicó un estudio de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard. En este se comprobó que había una relación entre el consumo de frutos secos y la esperanza de vida.
Después de 30 años de investigaciones, lograron probar que el consumo regular de frutos secos disminuía hasta en un 20 % la tasa de mortalidad. Quienes ingerían este tipo de alimentos más de cuatro días a la semana mostraban mejores índices de supervivencia.
A una conclusión similar llegó otro estudio publicado por la prestigiosa revista American Journal of clinical Nutrition, en 2015. En este caso, se comprobó que las nueces dentro de una dieta equilibrada ayudan a reducir el riesgo de padecer diversas enfermedades.
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