Aceite de algas: una fuente de omega 3 y DHA
Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias
El aceite de algas puede resultar una excelente fuente de omega 3; en especial, de DHA (ácido docosahexaenoico). Hablamos de un tipo de ácidos grasos esenciales y necesarios para conseguir que el organismo ejecute sus funciones de manera correcta.
Sin embargo, estos nutrientes suelen ser escasos en la mayor parte de las dietas actuales. Conviene incluir comestibles en la pauta que sean fuente de ellos para garantizar un equilibrio.
Antes de comenzar, hemos de destacar que las grasas no son malas para la salud; al contrario de lo que se ha afirmado años atrás. Estos nutrientes son clave para garantizar la producción hormonal, el buen funcionamiento del sistema inmunitario y para que otros muchos procesos fisiológicos que tienen lugar a diario en el medio interno se desarrollen de un modo óptimo.
En muchas personas se aconseja una ingesta de al menos 1 gramo de lípidos por kilo de peso al día.
Aceite de algas: un producto de calidad
Dentro de las grasas dietéticas podemos diferenciar entre ácidos grasos saturados e insaturados, en función de la presencia en su estructura molecular de dobles enlaces. Dentro del último grupo habría que señalar a los ácidos grasos de la serie omega 3 como beneficiosos.
Este segmento está compuesto por el ácido linolénico (de cadena corta) y por los EPA y DHA (de cadena larga). Todos ellos son necesarios para que el cuerpo mantenga un estado de homeostasis.
Sin embargo, son pocos alimentos los que concentran dichos componentes en una proporción óptima. En líneas generales, son los pescados azules las mejores fuentes.
También se encuentran en la carne procedente de reses alimentadas con pastos y en algunas semillas, como es el caso de la chía. Las algas también tienen una porción representativa de los mismos, por lo que su inclusión en la pauta regular es recomendable.
De todos modos, en muchas dietas no es frecuente el consumo de algas como tales. Por este motivo, el aceite de algas puede resultar una buena alternativa.
El aceite en cuestión se puede consumir por medio de suplementos, encapsulado o en medio líquido. En este último caso se añadiría a preparaciones, sobre todo de vegetales. Lo que no conviene nunca es emplear esta grasa para freír o calentarla a alta temperatura, ya que así se arruinan sus propiedades.
¿Por qué es bueno el omega 3?
Como hemos comentado, el omega 3 es un nutriente esencial para la salud. Esto quiere decir que el organismo no puede fabricarlo por sí mismo. Es preciso que se incluya de manera regular en la pauta mediante los alimentos para satisfacer las necesidades.
Cumple muchas funciones distintas. Se vincula, por ejemplo, con un menor riesgo de desarrollar patologías de tipo cardiovascular. Así lo evidencia una investigación publicada en la revista International Journal of Molecular Sciences.
Este beneficio se produce, entre otras cosas, porque los ácidos omega 3 contribuyen a modular la inflamación en el medio interno. Un estudio publicado en Biochemical Society Transactions lo confirma.
Ahora bien, para realmente experimentar mejoría al respecto, la clave está en equilibrar el consumo de omega 3 con el de omega 6, ya que ambos tienen efectos antagónicos en el control de los procesos inflamatorios.
Por desgracia, la mayor parte de las dietas actuales cuentan con un peso mucho mayor de los omega 6, lo que puede generar ineficiencias con el paso de los años. Para contribuir a revertir la situación se puede suplementar con omega 3 o incluir aceite de algas en las rutinas. Incluso esta última alternativa sería especialmente positiva, ya que además se garantiza la ingesta de otros micronutrientes de calidad.
Aceite de algas versus aceite de pescado
Otra de las estrategias que se utiliza para incrementar el aporte de omega 3 es el consumo de aceite de pescado en la pauta. También existen suplementos de este producto. Lo que sucede es que los veganos no podrán beneficiarse de él.
En este sentido, el aceite de algas sería una excelente alternativa para este grupo poblacional.
Es clave destacar que si las personas con dieta flexible cuentan con dificultades a la hora de equilibrar los omega 3 y los omega 6, la cuestión se complica todavía mucho más cuando se restringen los alimentos de origen animal. Resulta casi obligada la suplementación en veganos para asegurar el buen funcionamiento del medio interno.
Y es que no solo el omega 3 protege al sistema cardiovascular o reduce la inflamación, sino que se relaciona también con el buen funcionamiento del músculo esquelético. De acuerdo con un estudio publicado en la revista Mar Drus, dichos nutrientes consiguen proteger al tejido magro del catabolismo. Incluso, en el contexto de una dieta hipocalórica. Hasta mejorarían la recuperación tras el ejercicio físico.
En ciertos momentos de la temporada del deportista, las necesidades de omega 3 dietético pueden verse aumentadas. Un ejemplo sería el caso de las lesiones musculares. En esta situación se recomienda garantizar una ingesta dietética de al menos 6 gramos por día, para lo que suele ser indispensable la suplementación.
El aceite de algas es un producto de calidad para la dieta
El aceite de algas es un buen producto para incluir en la dieta, tanto vegana como omnívora. Se trata de una fuente de ácidos grasos de la serie omega 3 que ayudará a prevenir el desarrollo de patologías crónicas y complejas.
Ahora bien, esto no quita que haya que introducir en las pautas otros alimentos que concentren dichos nutrientes. Además, piensa que para garantizar un buen estado de salud, no solo basta con cuidar lo que comes.
Es preciso poner otros hábitos en marcha. De entre todos ellos podemos destacar la práctica de actividad física de manera regular. Así mantendrás la inflamación interna controlada.
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