Los 11 alimentos menos recomendados si quieres cuidar tus riñones


Revisado y aprobado por la nutricionista Maria Patricia Pinero Corredor
Ningún alimento por sí solo «daña los riñones», pero hay algunos que, ingeridos en exceso o dentro de un contexto de enfermedad renal, pueden ser perjudiciales. El exceso de sal, las grandes cantidades de proteínas animales, las bebidas azucaradas y el alcohol son algunos de los ejemplos de las opciones que conviene moderar, sobre todo si ya hay un diagnóstico renal o factores de riesgo.
Comprender cómo impactan la salud no implica caer en restricciones estrictas, sino aprender a elegirlos y usarlos con criterio para contribuir a una óptima función renal. Al fin y al cabo, cuidar estos órganos es esencial para mantener el equilibrio y bienestar de todo el cuerpo. ¡Descúbrelos a continuación!
1. Sal en exceso
A la hora de prevenir y controlar la enfermedad renal, la primera recomendación que sugiere el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales es reducir el consumo de sodio en la alimentación. La cantidad de este mineral no debe sobrepasar los 2,3 gramos al día, lo que equivale a una cucharadita de sal de mesa.
Esto es importante porque niveles elevados de sodio sobrecargan los riñones y tienden a deteriorar su función con el tiempo. Además, esto favorece la retención de líquidos y el aumento de la presión arterial, ambos asociados a un mayor riesgo de daño renal progresivo.
2. Carnes rojas
El problema de las carnes rojas es su alto contenido de proteínas animales que, sumadas al sodio, el colesterol y las grasas saturadas, sobrecargan los riñones y aumentan la producción de los residuos que deben filtrar. Por ello, las personas sanas deberían limitar su consumo a no más de 300 a 500 gramos por semana.
Si ya hay un diagnóstico de insuficiencia renal u otras afecciones del riñón, la ingesta debe ser aún más controlada y supervisada por el médico. En general, es preferible optar por otras fuentes de proteína más ligeras, como pescados, legumbres, pollo (sin piel) y carnes magras como lomito o rueda.
3. Carnes embutidas
Las carnes embutidas, como jamones, salchichas y tocinetas, tienen varios compuestos perjudiciales para el riñón, en especial cuando se comen en exceso o de forma constante: sodio, conservantes como los nitritos, y aditivos fosforados. Demasiado sodio, como comentamos antes, eleva la presión arterial y favorece la retención de líquidos.
Entre tanto, el fósforo añadido —más difícil de eliminar en personas con insuficiencia renal— puede alterar el equilibrio mineral y afectar huesos y vasos sanguíneos. Por todo esto, es frecuente que a los pacientes con enfermedad renal crónica (o riesgo de esta) se les recomiende evitar o restringir al máximo estos alimentos, incluso en cantidades pequeñas.
4. Comida rápida
Muchas opciones de comida rápida se preparan con varios ingredientes que ya mencionamos: exceso de sal, carnes rojas y embutidos. Además, es posible que contengan quesos grasos, harinas refinadas y otros ingredientes que, ingeridos con regularidad, también influyen en el deterioro progresivo de la función renal.
Evitarlos es una buena elección para cuidar tus riñones, dado que su presencia regular en la dieta puede alterar el equilibrio de sodio y fósforo, derivando complicaciones cardiovasculares y renales. Asegúrate de limitar la ingesta de opciones como:
- Hamburguesas
- Perros calientes
- Pizzas
- Papas fritas
- Pollo frito
- Pescado apanado
Como alternativas más seguras, opta por versiones caseras con ingredientes frescos, como carnes magras al horno, vegetales salteados sin sal añadida o papas cocidas sin procesar.
5. Bebidas azucaradas
A pesar de que para muchos son deliciosas, las gaseosas, los jugos de fruta en caja y las bebidas energizantes son fuentes de azúcares que hacen trabajar a los riñones más de lo que deberían. Dado que influyen en el aumento de los niveles de glucosa en sangre, a largo plazo comprometen la función de los vasos sanguíneos que irrigan estos órganos.
Además, algunas opciones son altas en fructosa, una forma de azúcar relacionada con un mayor riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica, ya que favorece la inflamación, el estrés oxidativo y la acumulación de ácido úrico. Es crucial limitar al máximo su consumo y optar por opciones saludables como el agua, las infusiones o, de forma ocasional, jugos naturales.
6. Cafeína
Si eres una persona sana, tomar cafeína con moderación no acarrea riesgo alguno para tus riñones. No se ha demostrado que cause enfermedad renal crónica o deterioro de la función de estos órganos. Sin embargo, si sufres hipertensión arterial o insuficiencia renal, ingerir esta sustancia en exceso (más de 400 mg al día, equivalente a unas 4 tazas de café) resulta perjudicial.
Dicho de otro modo, el problema no es la cafeína en sí, sino los excesos o el contexto en el que se consume. Por ello, si tienes alguna condición renal o riesgo elevado, es preferible que consultes con tu médico.
7. Alimentos ultraprocesados
Además de los embutidos, existen muchos otros alimentos ultraprocesados que deberías evitar si te preocupa tu salud renal. Productos como comidas listas para calentar —lasañas, pizzas, platos precocinados— y snacks dulces o salados como galletas, nachos, donas o bizcochos, suelen contener grandes cantidades de sodio, azúcares añadidos, grasas saturadas y aditivos como conservantes y fosfatos.
Lo mismo sucede con sopas preparadas y cubitos sazonadores sabor a pollo, costilla o verduras, que contienen altos niveles de sodio y saborizantes artificiales. Estos componentes no solo sobrecargan el trabajo de los riñones, sino que contribuyen al desarrollo de hipertensión, obesidad y resistencia a la insulina, factores que aumentan el riesgo de enfermedad renal crónica.
De hecho, estudios preliminares señalan que las personas que consumen más alimentos ultraprocesados tienen hasta un 25 % más de probabilidad de desarrollar insuficiencia renal en comparación con quienes los consumen poco o nada. Por ello, se recomienda limitar al máximo la ingesta de estos productos y priorizar una dieta basada en alimentos frescos y mínimamente procesados.
7. Alimentos ricos en oxalatos
Algunos alimentos con alto contenido de oxalato, como la espinaca, la acelga, la remolacha y la fruta estrella, están relacionados con un aumento del riesgo de cálculos renales. Su consumo abundante y prolongado puede llegar a deteriorar la salud renal, sobre todo entre quienes tienen riesgo de insuficiencia renal crónica y otras afecciones renales.
9. Encurtidos
Los pepinillos, las aceitunas, las cebollas en vinagre y demás encurtidos se conservan en salmuera (una combinación de agua con grandes cantidades de sal). Por ende, pueden ser perjudiciales para la salud renal si hacen parte de la dieta diaria.
Un solo pepinillo encurtido puede llegar a tener más de 300 mg de sodio. Comerte varios a la vez siendo paciente de enfermedad renal solo hará que tus riñones se sobrecarguen y tu cuerpo retenga más agua.
10. Mantequilla
Incluir mantequilla en tu alimentación diaria tiene, a mediano y largo plazo, varios efectos en tu salud que comprometen el buen funcionamiento de tus riñones. Este alimento es abundante en grasas saturadas y colesterol, sustancias que contribuyen al aumento de la presión arterial y al deterioro de la función cardiovascular, relacionados con la enfermedad renal.
Además, su ingesta elevada se asocia con inflamación y resistencia a la insulina, dos condiciones que influyen en el daño renal. Por eso, si tu objetivo es priorizar el cuidado de tus riñones, limita el uso de esta grasa y opta por fuentes saludables, como el aceite de oliva virgen extra o el aguacate.
11. Alcohol
El alcohol no se considera un alimento en sentido estricto, ya que no aporta nutrientes esenciales y su valor energético proviene solo del etanol. Sin embargo, como forma parte de la dieta de muchas personas y su consumo puede tener un impacto significativo en la salud renal, es importante incluirlo en este listado.
Incluso si se toma en pequeñas cantidades, favorece la deshidratación y dificulta la función de filtración de los riñones. Además, su metabolismo genera sustancias tóxicas que deben ser eliminadas por estos órganos, aumentando su carga de trabajo.
En personas con enfermedad renal, tomar bebidas alcohólicas puede empeorar el daño existente y afectar el control de la presión arterial y el equilibrio electrolítico. Por estas razones,
Prioriza una alimentación equilibrada
Ahora conoces los alimentos menos recomendados para tus riñones. Y aunque ninguno por sí solo te generará enfermedad, es preferible reducir al máximo en su ingesta. En lugar de esto, procura dar prioridad a una alimentación equilibrada, basada en alimentos frescos, bajos en sodio y ricos en nutrientes.
Las frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y grasas saludables no solo favorecen la función de los riñones, sino que ayudan a mantener bajo control factores de riesgo como la hipertensión, la diabetes o el sobrepeso. Por supuesto, es clave comer con consciencia y moderación, adaptando siempre la dieta a tus necesidades individuales.
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