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¿Cómo se manifiesta la ansiedad en la menopausia?

7 minutos
La menopausia es una etapa en la que se producen muchos cambios hormonales, físicos y psicológicos. Los altibajos emocionales y la sensación de ansiedad forman parte de esta transformación.
¿Cómo se manifiesta la ansiedad en la menopausia?
Última actualización: 29 agosto, 2024

Además de los sofocos y los sudores nocturnos, muchas mujeres también sufren alteraciones emocionales, como el estrés y la ansiedad, durante la menopausia. El final de la vida fértil trae momentos de tensión y desesperación, sin que respondan a ningún estímulo concreto.

Aunque es normal sentir un poco de preocupación cada tanto, no hay problemas mayores si se trata de una sensación pasajera. Sin embargo, la repetición de los síntomas y las sensaciones de incomodidad pueden interferir con la vida diaria.

Entender cómo y por qué aparece la ansiedad durante esta etapa te ayudará a reconocerla y gestionarla para sentirte mejor. Ahora te lo explicamos.

Cambios profundos en todos los niveles

La menopausia comienza con la ausencia de la regla por más de 12 meses consecutivos, lo que sucede entre los 45 y los 55 años. Los cambios propios de la etapa se explican, en su gran mayoría, por la disminución gradual en la producción de estrógenos.

Entre las mujeres menopáusicas, los síntomas físicos más comunes son los siguientes:

Además, se incrementa el riesgo de padecer problemas cardiovasculares, como hipercolesterolemia e hipertensión arterial. También hay más posibilidad de sufrir alteraciones en el aparato locomotor y osteoporosis.

Pero, además de las transformaciones físicas, varias mujeres experimentan ansiedad. Se intensifican las sensaciones de nerviosismo y de preocupación, con mayor vulnerabilidad e inestabilidad emocional.

¿Por qué te sientes así?

La ansiedad en la menopausia puede atribuirse a los cambios hormonales. Durante el climaterio, que abarca la premenopausia y la posmenopausia, los niveles de estrógeno y progesterona disminuyen, afectando el equilibrio de neurotransmisores como la serotonina, el GABA, la acetilcolina y la dopamina, responsables de regular los estados de ánimo.

Cuando disminuyen los niveles de estrógeno, también lo hacen los de serotonina, la hormona que mejora el estado de ánimo. Al mismo tiempo, aumenta el cortisol, una sustancia asociada al estrés.

El sueño es otro factor que puede explicar el malestar. Estudios científicos han mostrado que las mujeres experimentan trastornos del sueño o insomnio durante la menopausia, lo cual puede agravar la ansiedad. Además, los sofocos, la fatiga y los dolores afectan el estado de ánimo y la autoestima.

Tampoco se pueden obviar los cambios significativos en la vida. La salida de los hijos del hogar, la necesidad de cuidar a padres mayores o modificaciones en las relaciones de siempre, como el divorcio, pueden aumentar los niveles de ansiedad.

Finalmente, la combinación de menos estrógenos y una dieta poco saludable desequilibra la microbiota intestinal. La reducción de las bacterias beneficiosas del intestino podría exacerbar la ansiedad y aumentar el riesgo de depresión.

Los síntomas de la ansiedad en la menopausia

No todas las mujeres experimentan la ansiedad de igual manera. Sin embargo, hay manifestaciones comunes que pueden orientarte para identificar el problema:

  • Incapacidad para relajarse: se hace difícil calmar la mente y disfrutar los momentos cotidianos.
  • Nerviosismo y preocupación excesiva: hay sentimientos intensos de tensión sin una causa aparente.
  • Problemas para concentrarse: hay dificultad para enfocarse en tareas o recordar información, lo que puede interferir con el desempeño laboral y las actividades cotidianas.
  • Síntomas físicos: el malestar mental puede traducirse en manifestaciones físicas, como palpitaciones, taquicardia, sudoración excesiva, temblores, sensación de falta de aire y dificultad para respirar.
  • Irritabilidad: hay cambios repentinos en el estado de ánimo, que pueden resultar en enojo y frustración. Es posible sentirse muy molesta o alterada por situaciones que normalmente se manejarían con calma.
  • Miedo o pánico: ocurren episodios de miedo intenso, sensación de estar fuera de control o pensamientos recurrentes sobre una fatalidad inminente. Algunas mujeres pueden experimentar ataques de pánico, que se caracterizan por un miedo abrumador y síntomas físicos intensos.

La duración de los episodios y la severidad de los síntomas varían según la persona. Algunas los experimentan de manera transitoria y ocasional, mientras que otras pueden enfrentar una ansiedad persistente y debilitante.

Una vez que la transición menopáusica se completa y las hormonas comienzan a estabilizarse, la mayoría de las mujeres notan que sus niveles de ansiedad disminuyen. Sin embargo, se puede seguir experimentando la sensación, sobre todo, cuando existen otros factores asociados.

¿Qué puedes hacer?

Aunque el cese de la menstruación es un proceso natural por el que pasan todas las mujeres, no debes asumir que sentirse mal es una parte inevitable. Es habitual que todos tengamos preocupación y nerviosismo de vez en cuando. Sin embargo, si la ansiedad persiste en el tiempo e interfiere con la vida diaria, requiere un abordaje apropiado.

En el caso de que te sientas demasiado nerviosa, preocupada, irritable o frustrada, identificar los signos tempranos de ansiedad te permitirá tomar medidas proactivas para manejarla. Consultar a tu médico y contarle lo que te pasa también es un paso importante para encontrar una solución. Con el acompañamiento apropiado, el uso de medicamentos, cambios en el estilo de vida, ciertas prácticas y terapias específicas, puedes vivenciar este momento con bienestar.

Las siguientes son algunas estrategias que pueden ayudarte. Aun así, no todas funcionan por igual en cada mujer.

Realiza ejercicio

La actividad física puede ayudar a reducir los niveles de ansiedad y mejorar el estado de ánimo. Apuntarte al gimnasio, salir a correr, caminar o bailar en casa pueden ser acciones beneficiosas.

Practica técnicas de relajación

La meditación, el yoga, la atención plena o los ejercicios de respiración pueden promover la calma y reducir la ansiedad. Por ejemplo, la técnica de inhalar durante 4 segundos, mantener durante 7 segundos y exhalar durante 8 segundos, es muy efectiva para disminuir el estrés.

Come bien

Mantener una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras y alimentos saludables, te ayudará a sentirte mejor. Reduce los ultraprocesados y los azúcares refinados. En su lugar, elige alimentos que promuevan la salud intestinal, como los fermentados.

Cuidar la microbiota es una excelente manera de mejorar los síntomas de la menopausia. Para ello, también es útil limitar el consumo de cafeína, tabaco y alcohol.

Descansa

Respeta los ritmos circadianos —andar de día y dormir en horario nocturno— y asegúrate de dormir de 7 a 9 horas por noche. Un descanso suficiente y apropiado te ayudará a ganar estabilidad emocional.

Busca apoyo y socializa

La soledad, la falta de propósito vital, la lejanía de la naturaleza, la falta de movimiento, el aislamiento social y no tener pertenencia pueden afectarte emocionalmente. Busca socializar y hacer cosas que disfrutes y que te hagan sentir mejor. Habla con amigos, familiares o profesionales de la salud para obtener apoyo.

Prueba con remedios naturales

Algunos tés de hierbas e infusiones para relajarse, como la manzanilla o la melisa, pueden tener propiedades calmantes que ayuden a aliviar la ansiedad. Consulta a tu médico para utilizarlos de manera segura. La aromaterapia, la hipnoterapia y la acupuntura también pueden contribuir.

Encuentra un terapeuta

Si los síntomas de ansiedad se vuelven más graves, busca la ayuda de un experto en salud mental. La orientación profesional puede darte herramientas concretas para controlar mejor los síntomas.

Considera el uso de medicamentos

En algunos casos, el médico puede valorar como necesaria la prescripción de ciertos fármacos para recuperar el bienestar. La terapia de reemplazo hormonal es una estrategia que ayuda a controlar los desequilibrios y sus efectos. Además, en situaciones de ansiedad severa y generalizada, puede ser necesario recurrir a medicamentos ansiolíticos.

No tienes que vivir con ansiedad

Es normal experimentar un aumento de la ansiedad durante la menopausia, debido a los cambios hormonales y emocionales. Sin embargo, los ataques de pánico y la depresión no son una parte esperada ni aceptable.

Si los síntomas se vuelven abrumadores, no debes resignarte a vivir con ellos. Busca ayuda profesional si la ansiedad es constante, a pesar de tus esfuerzos por manejarla, o si sufres interferencia con las actividades del trabajo, del hogar o las relaciones sociales.

La menopausia, con sus desafíos y cambios, puede ser un periodo difícil. Sobre todo, cuando la inestabilidad emocional se suma a la complejidad de la transición.

Presta atención a tus sensaciones y necesidades para adaptarte. No estás sola en el proceso; hay estrategias y tratamientos disponibles que pueden ayudarte a mejorar tu calidad de vida.


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Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.