Aprende a ser paciente con tu pareja
Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña
Dicen que la paciencia es una virtud que se cultiva a diario, pero a veces no sabemos por dónde empezar. En la actualidad, estamos acostumbrados a que todo sea instantáneo y express, sin embargo, en una relación a veces hay que aprender a esperar. En este artículo te contamos cómo ser paciente con tu pareja.
Puedes tratar de poner estas claves en práctica y comprobar si te ayudan a ser más paciente con tu pareja. Sino es así y crees que necesitáis ayuda profesional, siempre podéis consultar con un psicólogo o terapeuta.
Claves para ser paciente con tu pareja
Ser paciente con tu pareja es un rasgo de persona madura, de alguien que no solo tiene en cuenta sus necesidades sino también las ajenas y de un ser que puede comprender a quien ama. En la teoría suena muy bonito, ¿pero cómo es en la práctica? Estas claves que te ofrecemos a continuación pueden ayudarte.
1. Identifica qué te impacienta
Este es el puntapié inicial, ya que si bien puede haber muchas cosas que te colmen la paciencia, probablemente solo una o dos sean los detonantes principales (que luego desencadenan los pequeños disparadores).
Por ejemplo, que deje todo desordenado, que no te escuche cuando le hablas, que gaste mucho dinero, etc., pueden ser motivos de impaciencia. Una vez que hayas identificado el causal de tu intolerancia, será más sencillo encontrar una solución al trabajar en ello.
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2. Para aprender a ser paciente con tu pareja: reconócete en ella
Esto significa que -quizás el hecho de que te impaciente que sea desordenado- puede tener que ver con algún trauma de tu pasado, cuando en tu niñez tu madre se enfadaba contigo si no guardabas los juguetes, por ejemplo.
Tal vez hayas tenido una pareja que te exigía toda su atención o te hacía una escena cada vez que ibas de compras. No olvides que nosotros trasladamos nuestros defectos y sufrimientos a quien tenemos al lado.
3. Ten en cuenta sus sentimientos
Es momento de prestar un poco más de atención a lo que siente esa persona que te acompaña a diario. Para ser paciente con tu pareja, es importante que te pongas en sus zapatos aunque sea algunas veces.
¿Por qué le gusta dejar la ropa tirada? ¿Qué le lleva a gastarse todo el dinero? ¿Cuándo no te presta atención? Comprender al otro es una de las tareas más difíciles en una relación, pero la buena noticia es que cuando se pasa el umbral del “yo” y se presta atención a los alrededores, todo mejora.
4. Suaviza tus reacciones
Siguiendo con el ejemplo del desorden en la habitación, una buena manera de ser paciente con tu pareja es decirle: “¿quieres que te ayude a acomodar tus cosas”? En vez de “siempre lo mismo, estoy cansada de que dejes todo tirado”.
La reacción de la otra persona será completamente diferente según el tono de voz y las palabras que digas. En el primer caso, lo estás invitando a trabajar en equipo y en el segundo, le estás reprochando una actitud repetitiva. ¿Con cuál de las dos consideras que conseguirás mejores resultados?
5. Hablad abiertamente
Tal vez eres impaciente con tu pareja porque nunca le has dicho qué te sucede. ¡La otra persona no tiene una bola de cristal!
Quizás creas que enfadándote, gritando o reiterando reproches conseguirás alguna cosa, sin embargo, la mejor manera de que el otro recapacite o se dé cuenta de lo que pasa es hablar con total sinceridad.
Probablemente tu pareja no lo hace con la intención de molestarte ni porque sea una mala persona. Muchas veces, tenemos tantos problemas que se nos distraemos con ciertas cuestiones.
6. A la hora de ser paciente con tu pareja: cuenta hasta 10
Esta regla nos puede ayudar en cualquier situación cuando creemos que “estamos a punto de explotar” y necesitamos calmarnos sí o sí. Si te encuentras ante una situación que te saca de tus casillas, comienza a contar lentamente mientras respiras profundo.
En ocasiones, solo necesitamos esa pausa para serenarnos y ver las cosas en perspectiva. Si apenas entras a la habitación y todo es un desastre, en lugar de gritar y enfadarte respira, cuenta hasta 10 y habla con tu pareja sobre cómo podéis (entre los dos) ordenar la ropa. Eso te evitará no solo una pelea sino también una crisis estresante y perjudicial para tu salud.
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7. Sé más flexible
Una enseñanza antigua dice que “el bambú es más resistente por su capacidad de oscilar cuando hay viento, pero un árbol puede partirse debido a su rigidez”. Esto quiere decir que, en ocasiones, conviene ser un poco más permisivos con el otro.
Por supuesto no estamos hablando de dejar que haga lo que quiera, sino de comprender que eres diferente y que tus máximas o reglas no siempre aplican en su caso. La flexibilidad también radica en adaptarte a la situación y no esperar que el otro cambie de la noche a la mañana.
8. Evita el “servicio express“
En la actualidad, estamos acostumbrados a que todo sea instantáneo, pero una relación de pareja no es lo mismo que un café o una hamburguesa.
Necesitamos pasar tiempo de calidad con quienes amamos, aprender sobre ellos, saber qué les sucede, escucharles, prestarles atención…
Cada uno tiene sus tiempos para modificar ciertos hábitos y, a veces, un cambio puede llevar años. Y es que no todos somos iguales, proactivos o eficaces en lo que hacemos y para ser paciente con tu pareja debes recordarlo a diario.
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