El error común en invierno que seca tu piel y agota tu energía sin que lo notes

Cuando llega la temporada de invierno muchos cometemos un error muy común. Creemos que no necesitamos hidratarnos tanto como en verano, cuando el calor nos hace sudar y sentir sed. Sin embargo, nuestro cuerpo sigue perdiendo agua todos los días, incluso cuando estamos abrigados y a salvo del frío.
Esta pérdida silenciosa de líquidos puede reflejarse en tu energía y en la apariencia de tu piel. Fatiga, dolores de cabeza, bajones de ánimo y sequedad son señales de que tu cuerpo necesita más agua de la que le estás dando. Te explicamos cómo mantener una buena hidratación durante todo el invierno.
El invierno nos deshidrata sin que lo notemos
Aunque no lo sientas, cada vez que respiras aire frío tu cuerpo pierde un poco de agua. Incluso cuando estás dentro de casa, parte de la humedad de tus pulmones se va con el aire que exhalas, y el clima seco lo hace aún más notorio.
El frío también hace que orinemos un poco más de lo normal. Es la forma que tiene el cuerpo de mantener la temperatura, pero significa que seguimos perdiendo líquidos sin darnos cuenta.
Y como si fuera poco, algunos estudios sugieren que el consumo de agua suele ser un 30% menor en invierno que en verano. Esta falta de hidratación se refleja en orina oscura, cansancio, falta de concentración y hasta piel seca.
Consecuencias de no hidratarte bien
Cuando no bebemos suficiente agua en invierno, nuestro cuerpo empieza a dar señales sutiles de alerta. La fatiga aparece antes de lo esperado y nos cuesta concentrarnos en tareas que por lo general son fáciles.
También afecta nuestro ánimo y nuestra energía. Puedes sentirte más irritable o con menos motivación para hacer ejercicio, incluso sin entender por qué. La deshidratación ligera tiene un impacto directo en cómo nos sentimos durante el día.
Y no olvidemos la piel y las defensas del cuerpo. La falta de líquidos provoca sequedad cutánea y labios agrietados. Además, puede debilitar el sistema inmunitario, haciendo que sea más fácil resfriarse o enfermarse en la temporada fría.
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Cómo mantenerte hidratado en invierno
Aunque no tengamos sed, una buena hidratación durante el invierno es fundamental para conservar nuestra energía y defensas fuertes. Con pequeños cambios en la rutina diaria, es posible asegurar que nuestro cuerpo reciba suficiente agua, incluso cuando hace frío.
- Bebe agua regularmente: no esperes a sentir sed. Lleva siempre una botella a mano y toma pequeños sorbos durante el día.
- Incluye infusiones y caldos: bebidas calientes como té, infusiones de hierbas, sopas y caldos aportan líquidos y ayudan a mantener la sensación de calor.
- Consume alimentos con alto contenido de agua: frutas y verduras como naranja, sandía, kiwi, manzana, pepino y calabacín, contribuyen a la hidratación diaria.
- Crea rutinas y recordatorios: establece horarios para beber un vaso de agua o usa aplicaciones que te avisen; esto evita depender solo de la sed.
- Cuida el ambiente y la piel: instalar un humidificador de aire en casa y aplicar cremas hidratantes ayuda a reducir la pérdida de agua por la dermis.
Hidratarte bien en invierno no tiene que ser un esfuerzo extra. Cosas tan sencillas como tomar infusiones calientes o aplicarte crema humectante todos los días son pasos simples que marcan una gran diferencia. Recuerda, cuidar tu hidratación es uno de los mejores secretos para sentirte bien sin importar la temporada.
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