¿Los bultos en la cabeza pueden ser tumores?
Revisado y aprobado por la bióloga, médica María Belén del Río
El miedo de padecer algún tumor es muy grande en algunas personas. De hecho, en ocasiones se suele asociar la presencia de bultos en la cabeza con tumores de esta zona, sobre todo con los cerebrales. Sin embargo, en la mayoría de los casos estos abultamientos no están relacionados con este tipo de enfermedades.
De esta manera, si tienes un bulto en la cabeza puedes calmarte, lo más probable es que no se trate de un tumor cerebral. Sin embargo, existen múltiples patologías capaces de generar esta manifestación clínica. En este artículo, exploramos las posibles causas de los bultos en la cabeza.
Tumores craneales
Los tumores o los distintos tipos de cáncer surgen de la división sin control de las células de una zona corporal. Poco a poco se forman bultos internos que pueden ser benignos o malignos (cancerígenos). Se ha comprobado que esta alteración surge a partir de una mutación en el material genético de esas células.
Se han determinado algunos factores de riesgo que aumentan las probabilidades de desarrollar la enfermedad. Por ejemplo, la adopción de hábitos insalubres (tabaquismo, alcoholismo y consumo de drogas). En otras ocasiones también influye el historial clínico del paciente y sus antecedentes (parientes que hayan padecido la misma afección).
Por otra parte, en los tumores cerebrales nunca aparecen bultos externos o sobre la piel que recubre la cabeza. Sin embargo, están asociados a una gran cantidad de síntomas diferentes entre los cuales destacan los dolores de cabeza, cambios en la conducta, vértigos, náuseas, vómitos, pérdida de memoria o parálisis.
Como los tumores cerebrales alteran a las células cerebrales, el cáncer se desarrolla en el interior de este órgano. Además, se debe destacar que sin importar el tamaño del tumor, los huesos de la bóveda craneana impedirán que se palpe en la superficie.
Esta enfermedad nunca daña a las neuronas, puesto que estas células del sistema nervioso no experimentan división celular. Por tanto, esta patología afectará a la neuroglia, las células que acompañan, nutren y protegen a las neuronas. También existen otras alteraciones que pueden ser asociadas a la formación de bultos en esta región corporal como las que se mencionan a continuación.
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Bultos a causa de un traumatismo
Si nos caemos o recibimos un golpe en la cabeza es posible que nos duela la zona lesionada. Poco después es posible que se forme un bulto que puede presentar un tamaño variable.
El chichón resulta de la rotura de los vasos sanguíneos en la región donde hemos recibido el golpe. Como la sangre no puede hundirse a tejidos más profundos y se acumula hacia el medio externo en forma de hinchazón.
Por norma general, a los pocos días desaparece y el área alterada retorna al estado inicial. Si este chichón provoca otras señales, como adormecimiento o pérdida de visión, será necesario acudir al médico para comprobar la existencia de daños más graves.
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Quistes de grasa, bulto sebáceo o lipoma
Tal y como su nombre lo indica, los quistes de grasa son acumulaciones espontáneas de grasa (sebo) y otros desechos en forma de abultamientos sobre la piel. Por tanto, pueden aparecer en cualquier lugar en la superficie del organismo. Sin embargo, en raras ocasiones son alteraciones malignas y la afección más grave sería el cambio estético de la zona.
Los especialistas han confirmado que suelen ser adquiridos, es decir, la persona los desarrolla a lo largo de su vida. En un pequeño porcentaje de los casos los bultos sebáceos aparecen desde el nacimiento de la persona en cuestión.
Por norma general, se forman por la obstrucción de las glándulas sebáceas que se localizan en todo el cuerpo (incluyendo el cuero cabelludo). Todavía se desconocen las causas y los factores de riesgo que pueden favorecer tal situación. La grasa que producen estas estructuras es capaz de nutrir y proteger el tejido que forma la piel.
También se puede apreciar distinta consistencia si el bulto crece desde el cráneo (es duro y posee poca movilidad) o desde la zona más próxima al cuero cabelludo (son más blandos y se pueden desplazar ligeramente).
Existen casos clínicos en los que ciertas enfermedades provocan la formación de quistes de grasa (en raras ocasiones). Este es el caso del síndrome de Gorlin, el síndrome de Gardner, la panoquinia congénita o el esteatocistoma múltiple.
Siempre consulta a tu médico
El principal problema de los quistes sebáceos reside en que pueden alcanzar un gran tamaño, suelen ser varios y si no se tratan correctamente tienen tendencia a infectarse. Generalmente, se produce un sobrecrecimiento de la flora bacteriana que habita de manera natural en la piel.Sin embargo, cuando esta situación se vuelve grave o el paciente tiene un sistema inmunitario que no es capaz de funcionar correctamente, es decir, si el paciente presenta inmunodeficiencia, existe un riesgo mayor para la colonización de agentes patógenos oportunistas.
Estos microorganismos aprovechan una situación especial de “defensas bajas” para reproducirse y anidar en el lecho del quiste. En general, se trata de bacterias que se alimentan del sebo y es necesario realizar un tratamiento antibiótico.
Otras causas de bultos en la cabeza
A pesar de que los lipomas y los bultos por traumatismos son las causas más comunes, existe una gran cantidad de afecciones capaces de generar una masa en el cuero cabelludo. Por fortuna, la mayoría son de carácter benigno y mejoran con el tratamiento médico adecuado. Dentro de estas patologías destacan las siguientes:
- Dermatitis seborreica. Es un trastorno de la piel que afecta principalmente al cuero cabelludo, causando la aparición de costras blancas o amarillentas de diferente tamaño, las cuales pueden confundirse con bultos. La dermatitis también genera picazón y una producción excesiva de caspa y requiere tratamiento médico para controlar la inflamación.
- Foliculitis. Se trata de la inflamación e infección de un folículo piloso, el cual puede llegar a ser doloroso y tener secreción purulenta. Por fortuna, se trata de una afección benigna que desaparece por sí sola al cabo de pocos días.
- Urticaria. Es una reacción cutánea que genera picazón y aparición de ronchas en la piel, la cual puede presentarse en cualquier zona del cuerpo, incluida la cabeza. Estas ronchas pueden confundirse con pequeños bultos. La urticaria suele desaparecer sin intervención médica, aunque puede ser necesario emplear medicamentos contra la picazón.
- Inflamación de los ganglios linfáticos. Estas estructuras pueden inflamarse por múltiples causas, la mayoría de ellas benignas. La principal causa es una infección por un agente patógeno, sin embargo, siempre es conveniente una evaluación médica.
Todas las patologías mencionadas suelen acompañarse de otros síntomas como dolor a la palpación, enrojecimiento o picazón de la zona afectada. Además, la foliculitis también puede acompañarse de secreción purulenta debido a una sobreinfección.
Por otro lado, un tipo de cáncer de piel llamado carcinoma basocelular también puede originar un bulto en la cabeza. En este caso, es necesario buscar manchas en la piel que rodea al bulto y acudir al especialista lo antes posible en caso de notarlas.
Una señal de patologías en su mayoría benignas
Como puedes ver, un bulto en la cabeza nunca estará relacionado con un tumor cerebral. Esta manifestación clínica se debe a una gran cantidad de patologías diferentes, en las que solo una de ellas es maligna. No obstante, siempre es recomendable que un especialista evalúe la lesión, sobre todo si aparece posterior a un traumatismo.
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