¿Cómo saber si tu cabello necesita tratamiento de proteínas?
Un tratamiento de proteínas es un tipo de producto en el que se incluyen ingredientes que ayudan a revitalizar la cutícula capilar para reparar las hebras dañadas, que pueden romperse por diferentes razones.
La mayoría incluyen en su composición queratina, así como glicerina, colágeno, aceite de argán, entre otros. Estos se recomiendan cuando el cabello muestra signos como alta porosidad, rotura, textura fibrosa o sequedad. ¿Quieres saber más al respecto? Descubre cuándo y cómo aplicarlo.
¿Cómo saber si tu cabello necesita tratamiento de proteínas?
Las fibras de los cabellos están compuestas por agua, lípidos, oligoelementos, células muertas y proteínas. Entre estas últimas, la más importante es la queratina, que constituye casi el 95 %.
Ahora bien, hay diferentes elementos que pueden causar daño en el cabello; desde la contaminación y el uso de tintes, hasta los mismos tratamientos y el secado. De hecho, el estilo de vida y la dieta también están asociados.
Así pues, cuando hay signos de debilidad, el uso de un tratamiento de proteínas puede ser pertinente. Su aplicación revitaliza las hebras y ayuda a conseguir un aspecto más sano y fuerte. Considéralo en caso de presentar los siguientes síntomas:
- mechones que se rompen,
- poco brillo,
- pérdida de elasticidad,
- caída excesiva,
- el cabello caído no es de la raíz (no muestra el bulbo), sino que se ha quebrado,
- textura fibrosa,
- hebras que suelen enredarse,
- mucho frizz,
- es muy poroso.
En algunos de estos casos, es posible que haya huecos o roturas que lo hacen absorber más agua. Claro que eso lo debe determinar un especialista, quien a su vez indicará si, en efecto, es conveniente emplear un tratamiento de proteínas.
Ahora bien, la resequedad por sí sola no indica que deba aplicarse este tipo de productos. Tal vez solo necesita recuperar humedad, por lo que es mejor probar primero con acondicionadores que contengan emolientes.
Diferentes tipos de tratamientos de proteína
Los tratamientos con proteína para el cabello pueden venir en diferentes formas y presentaciones. Por lo general, los productos usados por profesionales vienen en ampollas. La mayoría contiene queratina y colágeno; sin embargo, se complementan con otros ingredientes para cada necesidad.
Algunos de los más destacados son los siguientes:
- Aceites naturales, como el de argán, ricino, jojoba o manteca de karité.
- Aceites sintéticos, entre los que se incluyen la silicona y la glicerina.
- Aminoácidos de queratina.
- Aminoácidos de seda.
- Ceramidas de colágeno.
- Elastinas.
- Proteínas naturales (de guisante o de quinoa).
- Extractos de té verde, higo, mango, miel, arroz, aloe o girasol.
- Semillas de adansonia, shorea, macadamia o argania.
Además de los productos cosméticos que se adquieren en tiendas, también es posible hacer mascarillas para el cabello abundantes en proteínas con productos naturales como:
- yogur,
- aceite de oliva,
- huevo,
- leche de coco,
- mayonesa,
- miel.
La elección de una opción u otra depende del daño en el cabello, incluso del largo y otros factores (por ejemplo, si es teñido). De todos modos, lo ideal es siempre acudir con un especialista. Una vez este determine las necesidades del cabello, se puede hacer una elección más acertada.
¿Cómo se aplica en el cabello?
Con respecto al modo de aplicación, hay algunos tratamientos de proteínas que se deben dejar actuar más profundamente por varios minutos para que se concentren mejor en las hebras. Esto se hace con los que vienen en ampolla.
De manera particular, se recomiendan cuando el daño es mayor; por ejemplo, si el cabello está decolorado o luce marchito. Debido a estas características, su aplicación se sugiere cada 15 o 20 días. A veces, se complementa con un corte de puntas.
Otros tratamientos de proteínas vienen en forma de champú o acondicionador. Estas presentaciones se pueden aplicar con más frecuencia, aunque sin abusar. Lo ideal es seguir las indicaciones del envase.
Se emplean durante el baño y, algunos, después del lavado (no necesitan enjuague). El procedimiento recomendado es el siguiente:
- Lavar bien el cabello.
- Luego, aplicar el tratamiento hasta cubrir todas las hebras. Para ayudar a extender el producto se puede usar un peine de dientes gruesos.
- En caso de que se requiera, hay que dejar actuar por unos minutos y cubrir con un gorro de baño.
- Con un secador manual, secar con calor bajo.
- Para finalizar, enjuagar, si es el caso.
Cabe apuntar que algunos productos vienen en un kit que contiene las proteínas y una hidratación. Se tienen que usar ambos para que funcione. Asimismo, hay que mantener la regularidad en el procedimiento.
Beneficios del tratamiento de proteínas
Por fortuna, las fibras de los cabellos tienen una estructura porosa, lo que les permite absorber nutrientes. De ahí que se considere beneficiosa la aplicación de los tratamientos con proteínas.
En general, algunos efectos que se pueden esperar tras usar estos productos son los siguientes:
- Endurecimiento de la capa de la cutícula.
- Fortalecimiento de las hebras.
- Restauración de la hidratación.
- Aumento del diámetro del cabello.
- Incremento de la resistencia mecánica en cabellos decolorados o dañados por los químicos.
- Mayor suavidad.
- Recuperación del brillo.
- Ayudan a alisar el cabello rizado.
- Protección del tallo capilar.
- Aumento de la elasticidad.
- Disminución de las puntas abiertas.
- Reducción de la caída del cabello.
Precauciones y contraindicaciones
El tratamiento de proteínas debe usarse cuando el cabello está dañado. Si bien se afirma que son seguros para cualquier tipo de cabello, los beneficios no se aprecian cuando el cabello es fuerte y saludable.
Por otra parte, hay que señalar que el uso excesivo —o con una frecuencia mayor de la recomendada— puede traer consecuencias no deseadas, como alteraciones en el pH del cuero cabelludo, sensación grasosa y pelo quebradizo.
Debido a esto, conviene leer bien las indicaciones del producto con respecto a la cantidad y a la periodicidad de uso. También hay que aclarar que estos no sustituyen el champú, el acondicionador y otros productos de uso regular.
Al leer las etiquetas de estos productos hay que cerciorarse de que estén libres de parabenos y formaldehídos.
Cuidados complementarios para el cabello
Si la idea es restaurar el cabello, es primordial tener claro que el uso de tratamientos por sí solos no es suficiente. Es conveniente revisar los hábitos alimentarios e incrementar el consumo de proteínas, vitaminas y minerales. Así, nutrirás el cabello por dentro y por fuera.
También hay que revisar otros hábitos de la rutina capilar y adaptarlos a las necesidades del pelo (si es graso o seco, teñido o natural, corto o largo, etcétera). Evita la exposición excesiva a elementos de calor, químicos agresivos, rayos UV y cloro de las piscinas.
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