Logo image
Logo image

Cómo descongelar el pollo y otras dudas relacionadas con su almacenamiento

6 minutos
¿Sabías que, más allá del método que uses, el tamaño de la pieza de pollo juega un papel importante en el tiempo de descongelación? Mientras más grande sea, más se demorará.
Cómo descongelar el pollo y otras dudas relacionadas con su almacenamiento
Maria Patricia Pinero Corredor

Revisado y aprobado por la nutricionista Maria Patricia Pinero Corredor

Escrito por Daniela Bernal
Última actualización: 06 noviembre, 2024

Imagina que vas camino a casa, después del trabajo, y estás pensando en un delicioso plato que prepararás con pollo para la cena. Pero, al llegar, te das cuenta de que olvidaste sacarlo del congelador y está duro como roca. Es justo en ese momento que te preguntas cómo descongelar el pollo rápido.

Te adelantamos que dejarlo en la encimera o meterlo en agua caliente no son buenas ideas. Estas acciones favorecen la proliferación de bacterias que pueden causarte intoxicaciones alimentarias.

Pero no desesperes. Hay tres maneras seguras de descongelar el pollo y te las contamos, a continuación.

1. En el microondas

De acuerdo al Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), la forma más rápida de descongelar el pollo es usando el microondas. Tan solo debes sacar la pieza de su paquete y colocarla en un recipiente apto para el aparato, elegir el programa de descongelación o defrost, y listo.

Deberás parar a mitad del ciclo para voltear el pollo. De esta manera, la descongelación será más pareja.

Si tu microondas no posee programa de descongelación, puedes bajar su potencia al mínimo y echarlo a andar, en ciclos de uno o dos minutos como máximo. Revisarás el pollo cada vez que pare, lo voltearás y repetirás el proceso hasta que percibas que está descongelado.

Con este método, el pollo debería estar descongelado en ocho a diez minutos. No obstante, hay factores que influyen en el tiempo, como el tamaño de la pieza o el nivel de congelación. Si tienes un pollo entero grande, tardará más en descongelarse que un filete de pechuga.

Considera que debes cocinar al instante el pollo descongelado en el microondas. Si no lo haces, el calor que se generó por el aparato hará que las bacterias se multipliquen y aumente el riesgo de intoxicaciones alimentarias.

2. Con el refrigerador

Si bien es cierto que no es la opción más rápida para descongelar el pollo —tarda entre 12 y 48 horas, dependiendo del tamaño de la pieza—, sí es la más segura. Con este método, el producto no se expone a cambios bruscos de temperatura y el proceso de descongelación sucede uniforme.

Hacerlo es muy sencillo. Pon el paquete o la pieza en un recipiente hermético o bandeja que cubras con papel film; luego, colócala en el estante inferior de la nevera —justo sobre el cajón de los vegetales— y espera a que se descongele.

3. En agua fría

La tercera idea para descongelar el pollo es utilizando agua fría. La USDA señala que este método puede demorar entre una y tres horas, dependiendo del tamaño de la pieza. Por ejemplo, si solo tienes un filete de muslo o pechuga, tardarás poco menos de una hora.

Comienza por colocar el pollo en un envase o bolsa hermética y sumérgela en agua fría. Cada 30 minutos vas a desechar esa agua y colocarle nueva, hasta que sientas que está descongelado.

Al igual que con el método del microondas, lo más recomendable es que cocines el pollo justo después de descongelado. De nuevo, es para evitar la proliferación de microorganismos.

La USDA también indica que puedes cocinar el pollo directo en el horno, sin descongelar. Pero el tiempo de cocción aumentará en un 50 %.

¿Cuánto dura el pollo congelado?

Te tenemos una buena noticia, pues la duración del pollo congelado en condiciones óptimas es larga. Las piezas que compras y pasas directo a tu congelador pueden soportar entre 9 y 12 meses sin problemas, aunque se recomienda, para mayor seguridad, no exceder los 6 meses de guardado.

Ahora bien, aunque esta cantidad de tiempo es extensa y aplica para la mayoría de las formas en que congeles la carne de pollo, la USDA sugiere los siguientes límites para conservar calidad y textura, de acuerdo a la presentación:

  • Entero y fresco: 1 año.
  • En partes y fresco: 9 meses.
  • Molido y fresco: de 3 a 4 meses.
  • Sobras cocidas: 4 meses.
  • Incluido en guisos: 4 a 6 meses.

¿Y cuánto dura el pollo en la nevera?

La nevera no es igual al congelador en lo que a conservación de alimentos se refiere. Y si bien la comida cocinada dura un poco más, para todas las presentaciones serán solo unos días antes de que se dañen. De manera general, los tiempos son los siguientes:

  • Entero y fresco: 1 a 2 días.
  • En partes y fresco: 1 a 2 días.
  • Molido y fresco: 1 a 2 días.
  • Sobras cocidas: 3 a 4 días.
  • Incluido en guisos: 3 a 4 días.
¿Cuánto se puede mantener el pollo descongelado en la nevera? Si lo descongelaste en la propia nevera, aguantará hasta dos días allí. Pero, si lo hiciste en el microondas o por el método del agua fría, deberás cocinarlo de inmediato y, en todo caso, volver a congelarlo ya cocinado.

¿Cómo congelar pollo?

Así como hay formas seguras de descongelar el pollo, debes saber que también existen técnicas de manipulación ideales para su congelado. Esto ayudará a que al producto no le aparezcan quemaduras por congelación (manchas de color marrón). Las secciones afectadas suelen tener menos sabor y una textura diferente.

Toma los siguientes recaudos:

  • Si tienes una envasadora al vacío en casa, opta por esta alternativa de empaquetado.
  • Pega una etiqueta en el paquete con la fecha en que congelas. Así podrás llevar un mejor orden y determinar el momento para comerlo.
  • Si no tienes envasadora, coloca las piezas de pollo en un recipiente o bolsa para congelador. Para los muslos, los filetes de pechuga o las hamburguesas, es conveniente colocar entre ellas una capa de papel para congelador, de modo que no se peguen.
  • En caso de que vayas a congelar el pollo en el empaque en el que lo compraste, debes envolverlo en papel de aluminio, papel para congelador o una bolsa apta para congelador. Esto es necesario porque el envoltorio plástico en el que vienen no es muy resistente a la humedad.

¿Cómo mantener el pollo de forma correcta en la nevera?

Hay dos formas de mantener el pollo fresco en la nevera: en su empaque original del supermercado o reenvasándolo por tu cuenta. En la primera, basta con colocar una bandeja o recipiente bajo el paquete de pollo, para evitar la contaminación cruzada. Por otro lado, si vas por el reenvasado, puedes colocar el pollo en recipientes herméticos para organizar la nevera o bolsas herméticas.

En cualquiera de los casos, las piezas tendrán que ir a la zona más fría del refrigerador. Según la Organización de Consumidores y Usuarios de España, es la parte que se encuentra encima del cajón de verduras, en las neveras combi; y en el estante de arriba, en las tradicionales.

Para mantener sobras o pollo ya cocido, guarda las piezas en un recipiente hermético e introdúcelo en el refrigerador, sin importar que aún esté tibio.

La seguridad empieza en el supermercado

Descongelar el pollo y mantenerlo en casa de forma segura no es ingeniería de cohetes. Basta con seguir los consejos que te indicamos y podrás disfrutar de platillos deliciosos, sin poner en riesgo tu salud.

La conservación y la manipulación segura de la carne de pollo comienzan desde el supermercado. A la hora de comprar, revisa bien los paquetes y escoge aquellos cuya carne sea rosa clara. Esta es una señal de su buena calidad.

De igual manera, procura que sea lo último que tomes antes de pagar y vete a casa después de allí. Así lograrás que mantenga el frío por el mayor tiempo posible y evitarás la multiplicación de las bacterias causantes de enfermedades.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.