Cómo llevar una respiración correcta al nadar
Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña
Mantener una respiración correcta al nadar es una de las claves para mejorar el rendimiento y prevenir esa incómoda sensación de fatiga dentro del agua. Aunque al principio es un poco tedioso llevar una buena coordinación al respirar, es posible dominarlo con práctica.
El problema es que no todos los deportistas le dedican tiempo a las técnicas de respiración y pasan por alto esos errores que aceleran el cansancio. Además, algunos se acostumbran a contener el aire por largos tramos, ignorando el hecho de que tal acción no resulta beneficiosa por la carencia de oxígeno que provoca.
Por fortuna, los consejos para tener una respiración correcta al nadar no son nada del otro mundo. ¿Te interesa aprenderlos?
Consejos para mantener una respiración correcta al nadar
A la hora de practicar natación, es importante tener los pulmones bien preparados. La técnica para llevar una respiración correcta al nadar puede variar según el tipo de nado.
En general, el objetivo de dominarla es optimizar el rendimiento de los ejercicios, ya que una respiración suave y relajada permite ahorrar energías muy valiosas.
Respiración bilateral en crol
La clave para llevar una respiración correcta al nadar en crol es hacerlo de forma bilateral. Esta técnica requiere que el nadador cambie el lado por el que respira tras cada ciclo completo de brazada.
Según un estudio publicado por Norwegian School of Sport Sciences, en las carreras cortas (de 50 metros) los nadadores deberían respirar lo menos posible para potenciar su velocidad de nado. En tanto, en carreras de 100 metros o más, su alternancia puede darse cada tres o cinco brazadas.
Los beneficios de la técnica de respiración bilateral incluyen:
- Disminuye la tensión sobre la zona de los hombros.
- Mejora el equilibrio y la alineación corporal.
- Contribuye a un mayor ahorro de energía.
- Mejora la capacidad de ubicación y ayuda controlar la visión en ambos lados.
Respiración frontal para estilo mariposa
En el estilo mariposa, es más fácil respirar. Para hacerlo de forma correcta, el nadador debe respirar al frente, manteniendo la cabeza lo más alto posible. Es decir, toma aire al sacar la cabeza y lo expulsa cuando la vuelve a introducir al agua.
Una de las variantes que se está utilizando actualmente es la de respirar cada dos ciclos de brazos. Esto se denomina «frecuencia de respiración 2 y 1» y se utiliza para lograr un mejor rendimiento.
Precisamente, investigaciones como una realizada por expertos de la Universidad de Edinburgo detallan que la respiración puede —aunque de manera leve— restringir la coordinación de los movimientos en este estilo. Por lo tanto, se detalla que es una «limitación» que los entrenadores deben monitorear.
Respiración en el estilo espalda
Muchos se sienten cómodos al nadar en el estilo espalda, ya que la respiración es mucho más sencilla que en las demás modalidades. No obstante, no es aconsejable confiarse, pues el nadador puede perder el control de la postura y tragar agua.
Para que no haya ningún inconveniente, es primordial vigilar los ritmos y la coordinación, tratando de inspirar el aire antes que el brazo cruce la vertical de la cabeza. Un error habitual consiste en tomar y soltar aire de manera continua, sin considerar el movimiento propio del cuerpo al nadar.
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Respiración a la inversa
En la natación, la respiración se realiza al contrario. Esto quiere decir que el aire se toma por la boca y se expulsa por la nariz. Este consejo es elemental para tener una respiración correcta al nadar, ya que ayuda a que sea más eficiente.
La expulsión del aire por la nariz permite una respiración más controlada, dado que no se suelta todo el oxígeno de golpe. Por lo tanto, este permanece más tiempo en los pulmones y evita esa sensación de ahogo.
Consecuencias de una mala respiración al nadar
No ejecutar una respiración correcta al nadar produce varias consecuencias negativas. Aunque en el proceso de aprendizaje a veces no se perciben, con el tiempo estas se vuelven un obstáculo para lograr un rendimiento óptimo. Las más comunes son:
- Mayor resistencia al avance porque las caderas y los pies tienden a sumergirse más de lo debido.
- Sensación de fatiga, ya que se incrementa la necesidad de hacer movimientos innecesarios.
- Falta de oxígeno general en todo el cuerpo, lo que aumenta el cansancio prematuro según un estudio publicado por The Journal of Strength and Conditioning Research.
- Mareos, cuando hay una respiración en cada brazada.
- Sensación de ahogo al aguantar la respiración por mucho tiempo.
- Agotamiento y tensión muscular por el sobresfuerzo.
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Aprender a llevar una respiración correcta al nadar es esencial
¿Te preocupa tener una mala respiración al nadar? Ten en cuenta las recomendaciones dadas para cada caso, pero asúmelas con naturalidad. De ahora en más, realiza tus ejercicios normales de natación, pero centrándote en tener una mejor respiración.
Con estas simples claves, conseguirás que la técnica sea cada vez más espontánea y, además, mejorarás tu rendimiento. Si te quedan dudas o sientes que lo haces mal, pide la supervisión de un entrenador para pulir los detalles que estanquen tu progreso.
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